Una vez más, Andrés Calamaro volvió a presentarse en Chile con un sólido show que entusiasmó a más de 12 mil personas que llegaron la noche del viernes 17 hasta el Movistar Arena de Santiago.
El argentino regresó al país luego de más tres años de su último show en solitario, en diciembre de 2009. Esta vez, el de Buenos Aires llegó con una impecable banda nueva y un repertorio que abarcó su historia solista más reconocida, la misma que ha sido desde hace más de dos décadas parte de la historia del rock en español.
Con su impronta habitual (lentes oscuros, ropa negra y actitud de torero) y un pañuelo en su cabeza, Calamaro apareció en el recinto santiaguino para ofrecer un concierto sin puntos bajos, en parte por sus nuevos acompañantes y también por «el regreso» del músico al teclado durante todo el set, a diferencia de sus anteriores visitas en las que la guitarra fue la figura principal.
Así apareció pasadas las 21 horas, para regalar una tríada que demostró que, pese a los años, su figura se mantiene vigente: «Loco», «Crímenes perfectos» y «A los ojos» (ésta de Los Rodríguez) fue el primer golpe atestado por Calamaro en una noche que también tuvo espacio para palabras sobre el ex dictador argentino Jorge Videla, expresando su conformidad de que haya muerto en prisión tras estar condenado por crímenes de lesa humanidad.
Pese a evidentes dificultades de salud, el trasandino mantuvo el nivel de su concierto a punta de éxitos reconocidos («El salmón», «Mi enfermedad» y «Te quiero igual»), algunos temas rescatados de su extenso repertorio («¿Quién asó la manteca?», «El día de la mujer mundial» y «Patas de rana») y clásicos coreados y ovacionados («Los aviones», «Tuyo siempre» y «Estadio Azteca»), todos aplaudidos por quienes asistieron al recinto en una especie de ritual.
Fueron dos horas en las que Calamaro entregó un show riguroso, complementado de excelente forma por su banda compuesta por los guitarristas Julián Kanevsky y Baltasar Comotto, el bajista Mariano Domínguez, el tecladista Germán Wiedemer y el baterista Sergio Verdinelli. Con esta alineación, el argentino ganó solvencia y pulcritud.
El show cerró con «Alta suciedad» y «Los chicos», el que nuevamente dedicó -a través de palabras e imágenes- a grandes figuras que ya partieron.
Con la partida de Spinetta y el sueño profundo de Cerati, los vaivenes de Charly García y los dispares recorridos de Jorge González y Fito Páez, el rock sudamericano carece de una figura central y vigente. Con la presentación de la noche del viernes, Calamaro se postula para convertirse en el emblema de este lado del mundo. Actitud, música y palabras no le faltan.
GALERÍA DE FOTOS
Fotógrafo: Javier Valenzuela
Andrés Calamaro | Movistar Arena | 17.05.2013
Setlist
1. Loco
2. Crímenes perfectos
3. A los ojos
4. ¿Quién asó la manteca?
5. El salmón
6. Todavía una canción de amor
7. Mi enfermedad
8. Mi bandera
9. Los aviones
10. Output Input
11. El día de la mujer mundial
12. Días distintos
13. La libertad
14. Mi gin tonic
15. Tuyo siempre
16. Tres Marías
17. Patas de rana
18. Media Verónica
19. Me estás atrapando otra vez
20. Carnaval de Brasil
21. Te quiero igual
22. Estadio Azteca
23. Canal 69
24. Sin documentos
Encore:
25. Alta suciedad
26. Los chicos
Hola Carlos. Tu comentario no fue borrado, sólo estaba pendiente de moderación.
El dato de la última visita de Calamaro es efectivo, pues en 2009 fue su última presentación en solitario en Chile. El año 2010 fue parte del Festival El Abrazo.
Saludos.
Para que borraron mi comentario ??? son una reverenda mierda infelices.
Pobre gente que fue a ver al salmon por primera vez se deben haber llevado una terrible decepcion con el setlist, que a mi gusto fue de lo peor, error la ultima visita de andres fue a fines del 2010 no 2009, punto aparte para la banda que acompaña a andres en esta gira, suenan solidisimos, ojala calamaro regrese el proximo año para mostrar el disco nuevo y espero que en una proxima ocasion cambie el setlist donde no abarque tanto su epoca en los rodriguez y toque esas canciones que nunca toca en vivo, me quedé con ganas de escuchar mas de honestidad brutal y de la lengua popular, mas que acertado dejar afuera flaca.