Es uno de los espíritus incansables del rock que brota en el Cono Sur. En 35 años de carrera, Andrés Calamaro lo ha hecho casi todo y ahora viene por más: pronto publicará Bohemio y celebra su nuevo álbum con una gira que el próximo viernes 17 de mayo lo traerá nuevamente a Chile, en donde -asegura- no se siente extranjero.
Cuando nos avisaron que la entrevista sería vía e-mail dijimos adiós a lo espontáneo y nos desanimamos un poco. Y no vamos a negar lo cierto: nos habría gustado tener la oportunidad de conversar con El Salmón, pero cuando el .doc llegó de vuelta, venía lleno de respuestas que se alejaban del estereotipo frío y cortante de otras experiencias de este tipo.
Sobre su próxima producción, su alter ego cibernético, los momentos más importantes de su carrera y más, habla Andrés Calamaro en esta entrevista, en la que también adelantó algunos detalles sobre el show que realizará en Santiago.
“Cantamos 30 (canciones), pero tenemos un repertorio de 40… lo vamos mejorando o decantando para ofrecer variedad, pero también para buscar el gran equilibrio”, contó sobre el concierto que ofrecerá junto a su nueva banda, conformada por los guitarristas Julián Kanevsky y Baltasar Comotto, el bajista Mariano Domínguez, el tecladista German Wiedemer y el baterista Sergio Verdinelli.
PREGUNTAS Y RESPUESTAS CON CALAMARO
– ¿Qué nos puedes adelantar sobre Bohemio, tu nuevo álbum de estudio?
Es un gran disco; no es ecléctico, es mas bien uniforme y respetuoso de los sonidos del rock «adulto»; las letras son confesionales, sin embargo abordan problemáticas universales de las personas. Hay humor negro y bolas de cristal que ven el futuro y lo cantan sin demasiada piedad; es un disco para reír y llorar, quizás al mismo tiempo.
– Se podría decir que actualmente estás en un intenso periodo creativo, compartiendo en línea cientos de mashups creados por ti. ¿Qué fue lo que te llevó a esto?
Grabo en mi casa desde mediados los años ‘80, ya entonces tenía un grabador de ocho pistas, que era una digna parafernalia para tener en casa; después seguí grabando en Madrid, y en el vértice del siglo. Internarse a grabar no parece un desatino, suponiendo que el destino de todos es la soledad y la muerte.
– ¿Crees que este prolífico período se asemeja o se diferencia, creativamente hablando, de lo hecho entre 1998 y 2000, con casi 120 canciones que fueron incluidas en Honestidad brutal y El Salmón?
A$K (mi alter ego en el mash up) es saludable, sólo graba durante las vacaciones, o para acompañarse cuando está solo. Honestidad Brutal fue una grabación épica con todas la parafernalia del rock´n´roll «life style»; El Salmón es una grabación imposible, es un periodo más que una grabación. La grabación del disco fue, asimismo, distinta: yo sólo asomé para cantar, las canciones estaban esperando.
– En 2009 editaste Obras Incompletas. Después de repasar tu propia historia con este compilado, ¿cuáles dirías que han sido los momentos claves en tu carrera?
La confianza de Beto Satragni, cuando yo tenía 16 años y ninguna experiencia ni pericia especial, y tocar con músicos profesionales y gente mas curtida. El encuentro con Miguel Abuelo y “Cachorro” López. Gringui Herrera. “Sin Documentos” y los años felices de Los Rodriguez. Alta Suciedad… Girar por Latinoamérica; viajar a Madrid. El Cigala, Jerry Gonzalez. El rehab moral que me dio la Bersuit, grabar con Niño Josele y Javier Limón, con Litto Nebbia y con Mariano Mores. Las giras y los discos.
– Tu último show en solitario en Santiago fue el mismo día en que Víctor Jara tuvo un merecido homenaje y sus restos fueron nuevamente llevados al Cementerio General, y un día después del recordado show de Luis Alberto Spinetta, que duró cerca de cinco horas, ¿qué representan en tu vida y tu carrera estos dos íconos de la música en español?
Luis Spinetta es mi héroe, es el héroe de todos los músicos de Argentina; es el padre de la conciencia pura en el rock; le conocí y fue un compañero entrañable… Reverencio el talento y la tragedia de Víctor Jara, pero Spinetta está en mi genética. Fue trágico perderle, para mi fue como caer en el remolino de Edgar Allan Poe…
– En Chile te has presentado en diversas oportunidades e instancias, ¿qué significa para ti tocar en nuestro país?
Somos hermanos; parte de mi familia materna vivió su vida en Chile y la sigue viviendo. No me siento extranjero en Chile. Tengo muy buenos recuerdos de allí.
– Durante los últimos años, tus presentaciones en vivo han tenido la particularidad de que te “alejaste” del teclado y te dedicaste casi exclusivamente a la guitarra, ¿qué te llevó a eso?
Ocurre que, si no estoy tocando el piano, siempre hay alguien que lo toca en mi lugar; este año me presento sentado al piano, pero comparto el ébano (y el marfil) con German Wiemeyer, que tiene una calidad musical insultante.
– En esta gira estás tocando con una nueva banda, ¿cómo armaste esta nueva alineación?
Mi fraternal compañero Mister G me ayudo a convocar a estos destacadísimos músicos del país; son músicos «de» músicos, nuestro emblema es Sergio Verdinelli, que se sienta en el sillín que dejó vacío José Bruno «el Niño». Con músicos así, de conciencia pura, una banda se arma ensayando y siendo buenas personas.
– ¿Cuál es tu disco favorito de todos los tiempos y por qué?
El tercer disco de Pappo´s Blues, o Durazno Sangrando de Invisible. Some Girls de Rolling Stones, Revolver de los Beatles y Slow Train Coming de Bob Dylan. Y los de Bob Marley, y algunos discos de jazz importantes.
– ¿Alguna vez te cansas de responder las mismas preguntas de los periodistas?
Los periodistas se cansan de mí primero.
Entrevista: Javier Núñez
Edición: Laura Gamundí
Andrés Calamaro en Chile
Viernes 17 de mayo 2013 – 21:00 horas
Movistar Arena (Parque O’Higgins, Santiago)Valor de las entradas (cargo de servicio incluido)
Tribuna: $16.000
Platea Alta: $24.000
Platea Baja Central: $35.000
Platea Baja: $40.000
Silver: $45.000
Golden: $50.000
Platinium: $60.000
Diamante: $80.00020% de descuento para clientes del Club Movistar. A la venta a través de Puntoticket.