La invitación era atractiva: Andrés Calamaro sobre el escenario en formato casi acústico. Una apuesta que no sólo incluía reversiones de los diversos proyectos de su carrera, sino que una instancia íntima y más personal que sus anteriores visitas. Y luego de casi dos horas en Movistar Arena, el retorno a Chile del argentino se transformó en una de sus mejores presentaciones por estos lados.
Si por casi 40 años el bonaerense ha desplegado su talento por el rock and roll desde distintos aspectos, lo que mostró el domingo 2 de julio en el recinto santiaguino fue un espectáculo fresco y atractivo.
Pasadas las 21 horas, el argentino junto al pianista Germán Wiedemer, el contrabajista Antonio “Toño” Miguel y el percusionista Martín Bruhn aparecieron sobre el escenario. «Hombres y mujeres de Santiago. ¡Buenas noches!», fue el primer contacto de Calamaro con el público antes de dar inicio a su concierto con «El Cantante» de Héctor Lavoe, un verdadero himno que anticipaba todo lo que vendría por los siguientes 110 minutos.
El argentino cantó «La libertad», «Bohemio» y «7 segundos» de Los Rodríguez durante la primera parte del concierto bajo un estilo más lejano a los riffs y potencia, y más cercano al bolero, al blues y hasta casi la bachata. Su voz vibraba por el recinto, a ratos gastada, pero con el toque característico.
Pero no sólo su propia historia musical fue parte de la noche. Homenajes a «El día que me quieras» de Carlos Gardel, «La copa rota» de Benito de Jesús y hasta versos de «Esta tarde vi llover» de Armando Manzanero aparecieron por el Movistar Arena, con un público que no paró de aplaudir al argentino en su propuesta íntima. La bohemia que tanto pregona en su máximo esplendor.
Este formato también permitió a Calamaro, vestido elegantemente y con sus eternos lentes oscuros, tener una mayor interacción y dinamismo, contando historias de cada tema, comentarios personales sobre el momento en que grabó canciones como «Los aviones» y hasta relatos de casi cinco minutos, una instancia poco conocida del rockero, famoso por su impermeabilidad.
Puntos altos de la noche aparecieron durante la segunda mitad, logrando coros masivos con temas como «Para no olvidar» de Los Rodríguez, «Estadio Azteca» y «Flaca», los cuales, debido a este nuevo y fabuloso sonido que le dio Calamaro y compañía, lograron tener un nuevo y sorpresivo aspecto que se agradeció.
Quizás lo más celebrado no estuvo sobre el escenario, sino en el público. Días antes del show, el propio Calamaro comentaba el hecho de que la gente ahora estaba más preocupada de grabar con sus teléfonos celulares. Por ello, en la entrada del recinto y en un audio minutos antes del concierto, se le pidió a los asistentes no tomar fotos ni grabar videos.
El comportamiento de las cerca de seis mil personas que llegaron fue acorde a esta demanda y, como hace años no pasaba, no aparecieron las pantallas de smartphones registrando el show ni flashes que incomodaran a los músicos. Y si emergían, encargados de la seguridad pedían no hacerlo. Una postal íntima que permitió no esquivar teléfonos y sí disfrutar éxitos como «Crímenes perfectos», «Mi enfermedad» y «Media Verónica».
Sin teléfonos celulares y con Calamaro entregando una reversión a su propia historia, el concierto se transformó en un encuentro cercano y emotivo, con «Paloma» cerrando una jornada única. Y a la salida, el público comentando lo visto, sin necesidad de ver registros en video. Todo quedó en secreto y en la memoria de los asistentes.
Fotógrafo: Gabriel Cedres
Andrés Calamaro | 02.07.2017 | Movistar Arena
Setlist
1. El cantante
2. La libertad
3. Bohemio
4. Algo contigo
5. 7 segundos
6. El día que me quieras
7. Ansia en Plaza Francia
8. ¿Quién asó la manteca?
9. Garúa
10. Rock y juventud
11. La copa rota
12. Himno de mi corazón
13. Los aviones
14. Tuyo siempre
15. Para no olvidar
16. Estadio Azteca
17. Flaca
18. Crímenes perfectos
Encore:
19. Mi enfermedad
20. Media Verónica
21. Paloma
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