Días antes de su regreso a Chile, Christofer Drew conversó con RockNvivo sobre la trayectoria de Never Shout Never, su nuevo álbum de estudio, su relación con Dios, las drogas y su regreso a Chile. El grupo se presenta este domingo 11 en el Teatro Caupolicán.

Mientras algunas bandas consagradas tardan años antes de visitar el Cono Sur, hay otras que van construyendo un sólida base de fanáticos con estrategias distintas. Un ejemplo de aquello es Never Shout Never, trío estadounidense que por segundo año consecutivo visita Suramérica para presentar aquí su nuevo disco, Indigo.

Desde la edición de su primer LP en enero de 2010 (What is love?), Drew y compañía no han parado: sólo siete meses después sacaron otro disco (Harmony, producido por Butch Vig) y al año siguiente otro más (Time Travel). Indigo, que sale a la venta este 13 de septiembre, se convertirá en la cuarta placa que la agrupación edita en sólo tres años y según el músico de Joplin es su mejor trabajo a la fecha.

En estos años además de discos pasaron otras cosas. A Christofer Drew (21), inquieto multiinstrumentista, ídolo de adolescentes y pesadilla de los padres más conservadores, le tocó crecer frente al ojo público y lidiar con los fantasmas de su propio éxito. Eso lo llevó a una etapa que él define como la más «extraña» de su vida y de la cual asegura haber salido renovado.

PREGUNTAS Y RESPUESTAS

– ¿Cuáles fueron tus primeras influencias como músico?

Mi primera influencia fue mi papá, porque él escuchaba música en la casa y me introdujo a clásicos como Bob Dylan y The Beatles (…) aprendí varios acordes geniales de sus canciones. Mi papá jugó un rol muy importante en mi como músico.

– ¿Siempre supiste que querías ser músico?

Eso lo empecé a sentir entre los 13 o 14 años, en ese momento simplemente sabía que quería ser un músico, era lo que siempre soñaba cuando me iba a dormir. En ese momento sabía que me haría feliz escribir música y expresar mis pensamientos mediante canciones. Fue a los 13 o 14 cuando supe que eso era lo que tenía que hacer.

– En Harmony (2010), el disco que grabaron con Butch Vig, hay un tema que se llama “Sellout” que tiene una letra muy dura que dice cosas como “Yo vendí mi alma a la corporación”. ¿En verdad te sientes como un «vendido»?

Yo no me sentía como un vendido, pero creo que mucha gente sí pensaba eso de mí. Yo se en mi corazón que estoy en esto no por el dinero sino por la música y para poder expresarme, pero es muy difícil, ¿sabes? Y mucha gente no se da cuenta de eso, así que escribí esa canción apuntándome a mí mismo y diciendo «eres un vendido». Por por dentro yo realmente no me sentia así porque yo sé que no lo estoy haciendo por el dinero. Solo quería escribir una canción atacándome a mí mismo para ver qué pensaría la gente.

– En Time Travel (2011) empezaste a escribir canciones sobre temas diferentes al amor o las chicas. ¿Qué motivó ese cambio?, ¿crees que se deba a que ahora estás más grande?

En Time Travel yo quería escribir algo más oscuro, con emociones y sentimientos más oscuros. Hasta ese entonces nuestras canciones eran más ligeras y felices, y quería hacer un cambio completo solamente por un álbum, entonces me enfoqué en mis sentimientos más oscuros y en la parte de mi corazón que está rota, en lugar de aquella que está perfectamente bien. Escribí para aquellas personas que están en algún lugar oscuro. Al final creo que fue una buena idea, que fue parte de mi crecimiento y de querer intentar algo nuevo. Me ayudó mucho a encontrarme a mí mismo porque en ese disco no era totalmente yo mismo, y necesitaba hacer esa búsqueda.

– El nuevo álbum de Never Shout Never, Indigo, está a punto de salir. Háblame sobre él…

Indigo es definitivamente un paso hacia delante para nosotros como banda. Tomamos una dirección más rockera, la batería suena más animada, el disco en general tiene un sonido más alegre y animado. En nuestro último anterior, Time Travel, la música era un poco triste y lenta, pero ahora queríamos hacer un disco más rápido, positivo y animado. Es más rock que cualquier disco anterior.

– ¿Pudieron volver a trabajar con Butch Vig? Vi una entrevista en donde hablabas de la experiencia de grabar con él y decías que querías volver a hacerlo en un tema del disco nuevo…

No, esta vez no pudimos trabajar con él, de hecho no trabajamos con ningún productor. Hicimos todo nosotros mismos.

– ¿Cómo ha sido la experiencia de producir su propio disco?, ¿cómo deciden que vale la pena y que cosas deben ser descartadas?

Bueno, creo simplemente lo reconoces en el momento. Nosotros sabíamos qué sonido estábamos buscando. Simplemente fluyó todo y esto nos dio el control creativo para hacer exactamente lo que queríamos hacer. En general, estoy muy feliz con el resultado y creo que es el mejor disco que hemos hecho hasta ahora.

– ¿Cuál es tu canción favorita de este disco?

Creo que «Hazel eyez» es mi canción favorita (…) Habla sobre limpiarse y dejar a un lado las drogas y tiene un gran significado para mí porque durante un tiempo tuve un problema. La canción habla sobre dejar eso de lado, volver a ser una buena persona y encontrarme a mí mismo nuevamente.

– ¿Y estás limpio ahora?

Sí, estoy limpio desde hace meses y se siente bien…

– ¿Cómo ha sido la experiencia de tener tu propio sello discográfico, Loveway Records?

Es muy divertido porque realmente puedo hacer lo que yo quiera, así que lo que he hecho es traer a mis amigos al estudio y ayudarlos a grabar y sacar discos a la venta, dándoles la oportunidad de que hagan la música que ellos quieran. Hasta ahora lo he hecho sólo con mis amigos pero hemos comenzado a expandirnos y tenemos una oficina en Joplin (Misuri). Constamente estamos trabajando en el estudio, grabando, haciendo videoclips y cosas así. Es grandioso para mí tener otra salida creativa y poder trabajar en la música de otras personas… me da un buen equilibro.

– ¿Cual es tu relación con Dios y la iglesia?

Para mí esas son dos preguntas diferentes en realidad. Mi relación con Dios es enorme, me siento muy cerca de él, medito y rezo bastante. Pero con la iglesia, yo no siento que haya una conexión entre las personas de la iglesia y yo; normalmente ellos miran en menos a las personas como yo, porque tengo muchos tatuajes, me veo diferente que la mayoría y fumo. Definitivamente no tienen los brazos abiertos para mí. Así que dejo la espiritualidad solo para mi y un par de amigos cercanos, y rezo a Dios y pido perdón cuando siento que debo hacerlo, pero definitivamente no voy a la iglesia y no creo que haga falta ir a la iglesia para ir al cielo.

– ¿Cuántos tatuajes tienes ya?

En realidad se está convirtiendo en un gran tatuaje. Todo se está uniendo, ya no podría contarlos ni aunque quisiera. Pero está bien. Probablemente me haga más en mis piernas, algo de Buda o algo hindú. Pero ya no estoy apurado en hacerme más, tengo tantos ya…

– En general, tu público es bastante joven, ¿eso te molesta de alguna manera?

No, solo que tengo que cuidar lo que hago. Debo ser un buen ejemplo para los niños, ¿sabes? Siento que de alguna forma he sido una mala influencia (…) pero en verdad quiero ser una buena influencia, no quiero que todos los padres me odien, sino que me miren como alguien que quiere hacer felices a sus hijos con la música, no como alguien que quiere llevar a sus hijos al lado oscuro, porque yo definitivamente no estoy allí. En realidad yo soy como un hippie y le parezco extraño a la gente.

– ¿Qué recuerdas de tu visita a Chile en 2011?

Fue increíble. El país es hermoso, todo era muy bello… la cordillera, todo. Los fanáticos eran muy ruidosos y estaban muy emocionados. Algunos estaban en las afueras del hotel en donde nos estábamos quedando, fue una locura. Nos dieron mucha atención y eso nos gustó mucho. Fue un momento emocionante, es un lugar hermoso con gente muy hermosa.

– ¿Y que esperas de esta nueva visita?

No sé qué esperar, quizás algo parecido a lo que pasó el año pasado. Pero nosotros definitivamente brindaremos más diversión y probablemente (tendremos) una actitud mejor. La última vez nuestras actitudes fueron… estábamos pasando por una etapa extraña de nuestras vidas, pero ahora arreglamos nuestras cosas. Estamos tratando de ser buenas personas y hacer felices a los demás en la medida de lo posible.

Never Shout Never en Chile

11 de noviembre a las 20 horas – Teatro Caupolicán

Valor de las entradas (sin cargo por servicio)
Palco: $40.000
Cancha: $30.000
Tribuna: $20.000

Entradas a la venta a través del sistema Puntoticket.