Cinco décadas tardó David Gilmour en llegar a Sudamérica. El héroe de la guitarra, de 69 años, quedó inscrito hace ya un buen tiempo en la historia del rock gracias a su trabajo junto a Pink Floyd, pero sus largos periplos nunca antes lo habían traído hasta aquí.
En el caso de Chile, esa distancia física se extinguió la noche del domingo 20 de diciembre. “Me complace haber tocado finalmente en Sudamérica. Me tomó 50 años, pero quizás lo he apreciado más en esta etapa de mi vida. Me llevaré a casa muchos recuerdos felices”, comentó el músico al bajarse del escenario instalado en el Estadio Nacional.
Lo que precedió aquellas palabras de Gilmour fue un concierto de cerca de tres horas, en los que el músico y su banda llevaron a 49 mil personas de viaje por mundos sublimes, llenos de historias, añoranzas, emociones y muestras de virtuosismo.
Desde el inicio con la instrumental “5 A.M.” hasta el estallido desatado con himnos como “High Hopes”, el artista inglés sorteó con cuidado el equilibrio entre su material solista -con especial énfasis en su más reciente álbum, Rattle That Lock, que da nombre a la gira- y los clásicos de su banda madre.
En la sobria puesta en escena de esta gira hay dos elementos que se conjugan para lograr un resultado que deslumbra: lo primero es la banda, con Gilmour siempre a la cabeza y con las piezas perfectas para lograr un sonido arrollador: Phil Manzanera (guitarra), Guy Pratt (bajo), Jon Carin (teclados, voces, guitarra), Steve DiStanislao (batería y percusión), Kevin McAlea (teclados), João Mello (saxo y clarinete), Lucita Jules y Bryan Chambers (coros); lo segundo es el trabajo de iluminación (a cargo de Marc Brickman), coronado por una pantalla LED circular rodeada de luces robotizadas y ubicada al centro del escenario, la que lamentablemente no funcionó del todo bien durante el concierto en Santiago.
Sin embargo, el público pareció pasar por alto el desperfecto técnico y la ausencia de pantallas laterales, elementos que resultaron casi anecdóticos al lado del descomunal talento de los músicos y la carga emotiva de canciones como “Wish You Were Here”, “Us And Them” y “Shine On You Crazy Diamond”, coreadas con fuerza por el público.
Mención especial merece “Money”. El single de The Dark Side of the Moon (1973) permitió a los músicos hacer gala de sus destrezas, con João Mello, Guy Pratt y Gilmour despachándose solos de antología en sus instrumentos y arrancando vítores de una audiencia en estado de euforia.
El binomio música-iluminación alcanzó uno de sus puntos más altos en el inicio del segundo segmento del concierto, con una perfecta interpretación de “Astronomy Domine” potenciada por el extraordinario trabajo de iluminación.
Más tarde, en canciones como “On An Island” y “Run Like Hell”, quedó en evidencia la complicidad que une a Gilmour con Phil Manzanera, el otrora guitarrista de Roxy Music, quien se dirigió al público para decir: “es un honor para nosotros tocar para ustedes. Viva Chile. Vivan los chilenos”.
Para la despedida se reservaron algunas joyas de Pink Floyd: “Time”/“Breathe (reprise)” y la insuperable “Comfortably Numb”, con un solo de guitarra que quedará en la memoria de las decenas de miles de personas que vibraron junto a David Gilmour, por una noche, en el sur del mundo.
Fotógrafo: Javier Valenzuela
David Gilmour | Estadio Nacional | 20.12.2015
Setlist
5 A.M.
Rattle That Lock
Faces Of Stone
Wish You Were Here
A Boat Lies Waiting
The Blue
Money
Us And Them
In Any Tongue
High Hopes
(intermedio)
Astronomy Domine
Shine On You Crazy Diamond
Fat Old Sun
Coming Back To Life
On An Island
The Girl In The Yellow Dress
Today
Sorrow
Run Like Hell
Encore
Time / Breathe (reprise)
Comfortably Numb
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