Jonathan Wilson tiene 43 años. Es guitarrista, baterista, pianista, bajista, cantante, productor, compositor y parte esencial de la banda de Roger Waters. Y tiene también su propio proyecto musical, con el que ya ha lanzado tres álbumes. El último de ellos es Rare Birds, disco que pudimos escuchar en marzo de 2018 y que por primera vez presentará en nuestro país.
A la espera de su doble debut en Chile nos sentamos a conversar con Jonathan, quien nos habló de todo: de su vida, de su trabajo como productor, de su música, de los años 70, de cómo es formar parte de una pequeña gira llamada Us + Them. Aquí, les dejamos una muestra.
El músico tuvo una infancia particular, principalmente porque su padre tenía una banda: The Idle Movement, que comenzó en los 60 y de la cual Wilson fue parte desde que tiene memoria. “Su banda era algo grande… me refiero a que no era una banda famosa, pero era enorme para mí, ¿sabes? Era como ‘wow, esta banda existe y mi papá toca en ella, ¡qué mierda es esto!’ Era increíble estar ahí cuando niño, saltar de la guitarra a la batería, al bajo, cosas así”.
El sonido de esas décadas pasadas se nota en su música, un refrescante rock psicodélico al que el músico le agrega otros matices. Y es que ya lleva un tiempo queriendo desmarcarse de la etiqueta de ‘rockero hippie’ que recibió al comenzar su carrera como solista, luego del fin de su primera banda, Muscadines, a principios de los 2000.
“Definitivamente hay elementos de rock psicodélico en mi música, pero también puedes encontrar folk y muchas bases de piano, música tipo ‘pianista compositor/intérprete’. Creo que además hay algunos sonidos muy americanos en ella”.
– ¿Y cómo definirías tu último trabajo, Rare Birds?
Rare Birds es diferente a algunos álbumes que he hecho antes. Mis primeros álbumes muchas veces la gente los comparaba con sonidos de los 60 o 70, pero este álbum no es exactamente eso. Basándose en los sonidos que utilizo, me parece que se acerca más a los años 80 o 90. Hay muchas máquinas de percusión ochenteras, sintetizadores, muchos sintetizadores. No está basado solo en el sonido de una guitarra. Creo que esta es la primera vez que he encontrado mi propio sonido, una combinación característica. Quería lograr eso.
– ¿Esa fue tu inspiración?
Bueno eso era algo que sabía que tenía que hacer, porque cuando leía la prensa y cosas así de mis primeros álbumes estaban constantemente comparándome con el pasado, decían ‘este tipo salió arrastrándose de 1973’, o cosas así, y eso no es lo que yo quería hacer realmente. No quería, no quiero replicar algo del pasado, esa fue mi meta. Y la verdad es que me llevó bastante tiempo encontrar la combinación perfecta.
Laurel Canyon
Decir que Wilson salió arrastrándose de los 70 no es tan extraño. De hecho, el músico ha sido nombrado como el responsable del resurgimiento de Laurel Canyon, el famoso barrio hippie de Los Angeles, California.
Este movimiento musical comenzó en los 60, cuando Frank Zappa se mudó a la calle Lookout Mountain. Joni Mitchell, Chris Hillman de The Byrds e incluso Jim Morrison vivieron en Laurel Canyon, de donde salieron canciones como “So You Want to Be a Rock ‘n’ Roll Star” y “Love Street”. Cuarenta años después, Jonathan Wilson también vivió ahí.
“Me mudé en 2005. Tenía una casa que era algo así como el eje central de toda la actividad musical de Laurel Canyon. Era mi casa, mi estudio. Empecé a hacer estas fiestas y jams ahí, y lo hice a propósito, ¿sabes? Me frustraba que las únicas veces en que podías tocar era cuando lograbas hacer un show, y siempre estaba tu manager atrás diciéndote cuándo tocar y cuándo no. Eso hace que sea imposible lograr que exista una comunidad de gente que pueda tocar en conjunto. Quería cambiar eso, así que empecé con estas fiestas, que finalmente es lo mismo que hacía en mi casa con mis amigos y mi familia. Hacíamos eso cuando era niño, así que traté de rescatarlo.”
– ¿Tenías el ‘sonido Laurel Canyon’ en tus primeros álbumes?
Sí, tenía algo de eso… pero era un momento diferente. En ese tiempo había muchas bandas como Fleet Foxes, que son amigos míos, y todo este movimiento freak-folk, así que sí, tenía mucha influencia de los 70 en un principio. Pero eso ya es pasado.
– Y además de este estilo, ¿qué otras bandas creciste escuchando?
Me alimenté mucho de mis padres. Eso es lo que pasa cuando eres un niño y vas de viaje con tu familia y estás atrapado en el auto escuchando sus cassettes o lo que sea. Eran bandas como The Kinks, The Beatles, los malditos Eagles… mucho de eso. Pero en vez de pensar ‘esta banda es una mierda’, siempre me fijé en la producción, en particular con bandas como The Beatles, escuchaba la música y pensaba ‘ese tambor suena muy extraño, ¿qué mierda están haciendo?’ Y luego, bueno, comienzas a obsesionarte con tus propias bandas, que para mí en un momento fueron Guns N’ Roses y The Cult, rock de ese estilo. Y luego me metí mucho en el jazz, incluso estudié percusión en jazz.
– ¿Y ahora qué bandas actuales estás escuchando?
Muchas veces escucho lo que mis amigos tocan o lo que toca la gente con la que he trabajado. Como Father John Misty, él es muy amigo mío, escucho mucho su música. El último tiempo he estado escuchando música de Brasil. Y en cuanto a la nueva música… trato de no escuchar tantas bandas de ahora. Intento mantener mi distancia, no quiero sonar como alguien más.
Wilson y Waters
Es imposible no hablar de Roger Waters al conversar con Jonathan. Después de todo, él no es solo el guitarrista del tour Us + Them: además es uno de los músicos detrás del último álbum del ex Pink Floyd, Is this the life you really want?, que grabó mientras trabajaba en Rare Birds – un disco que, tal como buscaba, tiene una “combinación característica”; aún así, es imposible no reconocer que los sonidos de ambos se entremezclan.
“Él estaba en mi estudio durante el mismo tiempo en que yo estaba haciendo Rare Birds. Yo trabajaba con él y luego volvía a mi álbum, así que hay muchos de los mismos sonidos, las mismas baterías; porque son mis baterías, mis platillos, mis teclados, mis guitarras, mis amplificadores… cuando escucho su álbum escucho más de lo mío, porque soy yo tocando la mayoría de las guitarras, los sintetizadores; son mis micrófonos, ¿sabes? Es muy, muy especial y un poco extraño para mí escucharlo, porque suena como yo. Algunas veces suena como uno de mis álbumes. Es como un extraño viaje. Creo que mi música ha tenido más impacto en su música que la suya en la mía.”
– ¿Cómo llegaste a trabajar con él?
Fue a través de un amigo mío, Nigel Godrich, el productor. Él me llamó hace unos tres años y me dijo ‘mira, estoy en este proyecto de meterme al estudio con este tipo, quizás hacer un álbum’. La verdad es que me llamaron porque estaban buscando alguien que tocara la guitarra. Era un trabajo complicado, y él pensó que quizás yo podía aportar con la onda que buscaban. El primer día que tocamos resultó excelente, creo que él (Waters) estaba muy emocionado con la manera en que toco, así que me pidió que volviera otra vez, y luego de nuevo… todo salió muy bien y eventualmente movimos el proyecto a mi estudio, nos quedamos ahí como seis meses.
– Y luego terminaste siendo parte de su banda.
Sí, de pronto me preguntó ‘¿qué te parecería ser parte de la banda?’ No me lo esperaba, yo solo pensé que nos juntaríamos a tocar una vez, pensé que él ya tenía su banda, pero luego me preguntó y dije… bueno, tal vez… es decir, ¿qué otra cosa voy a estar haciendo? Así que de alguna manera terminé siendo el cantante y guitarrista de la banda, algo así como una versión de David Gilmour en este tour.
– ¿Y cómo es tocar con Roger Waters? ¿Poder ver desde adentro una parte de Pink Floyd?
Roger fue pionero en esto de las bandas de rock visuales. Estoy metido dentro de este espectáculo de rock teatral, que es su idea principal, su idea original. Al verlo tan de cerca te das cuenta que está obsesionado con todo. Está pendiente de cada detalle, constantemente cambiando cosas. Él ve los shows cada día, le cambia pequeñas cosas, las arregla, esto tiene que ser así, esto debe ser diferente. Puedes ver esta… cómo decirlo… comprometida obsesión que tiene con su oficio. Eso es algo de lo que aprender.
Este martes 13 de noviembre Jonathan Wilson se presentará en un concierto íntimo en el bar Loreto, en el marco del festival En Órbita 2018. Y luego el miércoles 14 lo podremos ver arriba del escenario del Estadio Nacional, junto a Roger Waters.