Llama la atención que una banda que tuvo su punto más álgido a fines del siglo pasado muestre una vigencia tan potente en vivo como lo hizo Limp Bizkit la noche de este viernes 20 de mayo en su tercer show en Chile.
Dos años y medio después de actuar en el mismo Teatro Caupolicán, el conjunto de Jacksonville ofreció un concierto enmarcado en la celebración de sus 20 años de carrera, con un setlist que recorrió todo su historial discográfico.
Ya lo había anticipado el propio Fred Durst en entrevista con RockNvivo: el regreso a Chile sería «la fiesta más increíble». Y el vocalista y sus compañeros cumplieron la promesa.
Eso sí, la previa tuvo varios problemas en las afueras. 10 minutos antes de la hora de inicio programada, aún habían filas que daban vuelta a la cuadra, además de las dificultades de docenas de asistentes que debían validar sus entradas compradas vía web. Los inconvenientes incluso siguieron mientras adentro las luces se apagaron para el ingreso de los músicos, una clara falla de la organización que hizo pasar un mal rato a varios fanáticos.
Fueron 90 minutos de concierto en los cuales el frontman se mostró más receptivo, cordial y afectuoso que en sus anteriores visitas, junto con la recepción de un público que no paró nunca de gritar, saltar y corear cada tema, lo que sorprendió en varias ocasiones a los propios músicos.
Con «Boiler» como puntapié inicial, el concierto dio las primeras señales de celebración que abarcaría las dos décadas, aunque el festejo no fue completo: el bajista original Sam Rivers no viajó a Sudamérica con la banda debido a problemas de salud, siendo reemplazado por Samuel Gerhard Mpungu con un trabajo correcto y menos expuesto a las luces que sus compañeros.
Durst dejó el jockey hacia atrás y apareció en el Caupolicán con un sombrero de excursión, mientras el guitarrista Wes Borland ofreció un nuevo personaje con un maquillaje de calavera y un traje blanco (cuya chaqueta y corbata regaló en los primeros minutos), mismo color que su engominado pelo; las dos caras visibles del conjunto que, pese a sus conocidas diferencias años atrás, hoy se muestran apacibles y se complementan para ofrecer, desde sus trincheras, canciones como «Hot Dog», «Rollin'», «My Generation» y, por sobre todo, «Livin’ It Up».
La comodidad en esta tercera visita se notó también en la relación con el público, con Durst bajando al público y tomando los celulares para grabar videos y tomar fotos, y llamando a un asistente para que reprodujera en español lo feliz que se sentía. Además, se animó a subir a un fanático que dio la vida para cantar «Counterfeit» frente a los cerca de cinco mil asistentes.
Limp Bizkit marcó una generación y gran parte de ella estuvo en el concierto. Eso se notó no sólo en el promedio de edad del público, sino que también en el entusiasmo con el que se corearon temas como «Pollution», «Eat You Alive» y «My Way».
Ya hacia al final, aún con el ánimo por las nubes, el cuarteto presentó su repertorio más conocido, con «Nookie», una enorme versión de «Walking Away» y la siempre potente «Break Stuff», concluyendo con «Take a Look Around», ese éxito de 2000 que lo llevó directo al protagonismo.
Así se cerró el mejor concierto de los tres que Limp Bizkit ha ofrecido en Chile, un festejo que estuvo a la altura con la nostalgia de una época que, aunque sea por una noche, volvió a brillar.
Fotógrafo: Javier Valenzuela
Limp Bizkit | Teatro Caupolicán | 20.05.2016
Setlist
1. Boiler
2. Endless Slaughter
3. Hot Dog
4. Rollin’ (Air Raid Vehicle)
5. Bring It Back
6. Gold Cobra
7. My Generation
8. Livin’ It Up
9. Counterfeit
10. Pollution
11. Eat You Alive
12. My Way
13. Nookie
14. Walking Away
15. Break Stuff
16. Take a Look Around
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