El tercer álbum de The Clash, London Calling, se editó el 14 de diciembre de 1979. Una de las bandas más importantes e icónicas de la primera oleada del punk de fines de los ’70, engendró uno de los mejores discos en la historia del rock que, hasta hoy, ejerce una enorme influencia.
Si bien The Clash se diferenciaba de otros grupos coterráneos -como los Sex Pistols- por sus variadas influencias musicales, este rasgo se hizo más patente con London Calling, incluyendo estilos como el ska, pop, soul, rockabilly y reggae, fusionados de manera soberbia.
El tercer LP de los británicos incluye 19 canciones, con tópicos que giran en torno al desempleo, los conflictos raciales, el uso de drogas y las responsabilidades de los adultos. Éste comenzó a grabarse en los Wessex Studios en agosto de 1979. De esta forma, Joe Strummer (voz/guitarra), Mick Jones (guitarra), Paul Simonon (bajo) y Topper Headon (batería), junto al excéntrico productor Guy Stevens, hacían historia encerrados en un estudio a fuerza de tomas directas.
“Estamos tratando de hacer algo nuevo, queremos ser la mejor banda del mundo y a la vez ser radicales. Y quizás las dos cosas no pueden coexistir. Pero de todos modos lo vamos a intentar”, dijo Strummer a fines de 1978. Y vaya que sus palabras fueron proféticas.
Un sonido, una imagen
Otro de los grandes aciertos de London Calling fue su portada. Ésta muestra a su bajista Paul Simonon golpeando su bajo Fender Precision, en una actuación realizada en el Palladium de Nueva York, el 21 de septiembre de 1979, durante la gira norteamericana Clash Take the Fifth.
La instantánea fue captada por la fotógrafa Pennie Smith, quien no quería que se ocupara porque no era “técnicamente buena”, pero Strummer y el diseñador gráfico Ray Lowry pensaron exactamente lo contrario. Hasta hoy, es considerada una de las mejores fotografías del rock n’ roll. Como dato extra, la tipografía de la portada es un tributo al primer álbum del rey del rock, Elvis Presley.
Tras su lanzamiento, London Calling vendió aproximadamente dos millones de copias. El tema que da título al disco se convirtió en una de sus composiciones más emblemáticas, del cual se filmó un videoclip que muestra al conjunto tocando en un barco bajo la lluvia con el río Támesis detrás de ellos. «Train in Vain» es otro de los singles que se desprenden del disco, el cual también alcanzó el éxito internacional.
La obra maestra de The Clash mostró una cara muy distinta al punk tradicional, oscuro y sucio, lo que los llevo a ser tildados de “traidores” por algunos de sus fanáticos más acérrimos. El disco no dejó a nadie indiferente al momento de su publicación, y su impacto se puede palpitar hasta la actualidad. Los Clash no solo “escupieron” en el punk, sino que también lo reinventaron.
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