Los portugueses Moonspell finalmente saldarán la deuda con el público latinoamericano, tras las cancelaciones de sus shows el pasado año. Esa vez, prometieron regresar, lo que en Chile se llevará a cabo con un show agendado este próximo 1 de mayo en el Club Blondie.
La agrupación, que mezcla estilos como el doom, folk, gothic y el black metal, vuelve en esta oportunidad promocionado su más reciente álbum 1755, trabajo conceptual que debe su título al año en que un gran terremoto azotó a Lisboa, uno de los grandes desastres europeos de ese milenio. El disco se destaca por sus orquestaciones, aspecto que significó una gran apuesta para la banda, que siempre está pensando en llevar su música un paso más adelante.
Su vocalista y líder, Fernando Ribeiro, en conversación con RockNvivo se refiere a su regreso, la influencia de sus primeros discos en la escena del metal mundial, de la evolución de la música de Moonspell desde sus inicios a principios de la década de los ’90 hasta hoy y por su supuesto, de su nueva placa.
PREGUNTAS Y RESPUESTAS CON FERNANDO RIBEIRO
– ¿Cómo va la gira hasta el momento? Han estado tocando por Europa en estas últimas semanas. ¿Todo OK?
Muy bien. Recién venimos llegando de Rusia, donde los shows fueron excelentes. Y antes de giramos por toda Europa con nuestros buenos amigos de Cradle of Filth, quienes son magníficos tanto dentro como fuera del escenario. Los conciertos y este álbum son impresionantes, ¡así que parece que y estamos listos para ir a Chile!
– Moonspell se suponía tocaría en varios países en Sudamérica el año pasado, lo que no ocurrió. ¿Qué sucedió?
La primera vez que fuimos a Latinoamérica fue en 1998, cuando muy pocas bandas se atrevían a ir por miedo a los promotores, las crisis, las drogas y los políticos. Todo marchó bien, pasamos por muchas aventuras, algunas fechas se cancelaron pero nunca una gira a completa como lo del año pasado. Mirando hacia atrás, los promotores perdieron el control y tuvimos que abandonar el vehículo por nuestra propia seguridad. Estas cosas pasan, en todos lados, y una vez en tantos años, no es tan malo… bueno, lo mejor es olvidarlo y tocar cuando nos encontremos con nuestros fanáticos una vez más.
– Ha sido un largo viaje desde Wolfheart (1995) hasta hoy. ¿Cómo has visto la evolución musical de Moonspell a través de todos estos años?
De forma natural. Siempre hemos tenido tantas ideas en nuestras mentes y siempre vamos con ellas a pesar de las consecuencias. En mi opinión, creo que creativamente estamos viviendo como banda uno nuestros mejores momentos. Extinct y 1755 son pruebas de una adultez y necesitábamos eso en la banda como señal de lo que nos estaba pasando. El pasado es maravilloso pero no podemos vivir en él todo el tiempo.
– Wolfheart es un disco fundamental en su discografía. ¿Estas consciente de su influencia en la escena del metal?
No en realidad, pero ha crecido en nosotros el darnos cuenta de aquello. Creo que nuestro primer álbum era un poco ese “patito feo” que se volvió en algo legendario muy de repente y hoy es un referente, un símbolo del metal Europeo de los ’90, y de vez en cuando nos muestra cuán mierda éramos por esos años (risas). Pero dejando de lado las bromas, estoy muy orgulloso de Wolfheart, tiene grandes canciones y nos trae grandes recuerdos.
– A fines de los 90, varias bandas doom/góticas experimentaron con nuevos sonidos. Se me vienen a la mente por ejemplo, One Second de Paradise Lost (1997) 34.788%… Complete de My Dying Bride (1998). Moonspell no fue la excepción, con el lanzamiento de Sin/Pecado y The Butterfly Effect. ¿Qué recuerdas de aquellos años?
Los amo, y todos pensamos que estábamos haciendo algo bello y a la vez creativo, siguiendo lo que se hacía en el metal experimental de los ’90, en producciones como Wildhoney de Tiamat, pero en realidad se volvieron nuestros discos más difíciles y los que generan más discusión e incluso un cierto paradigma en el metal más tradicional con el auge de bandas como Hammerfall por esos años. Así todo, creo que mucha gente redescubrió esos discos y ahora los aman como los álbumes “especiales” de los que alguna vez se arrepintieron por algunos comentarios exaltados por aquellos tiempos. Después de todo, la música se trata de eso, es dinámica.
– Pasemos al nuevo disco, 1755, una producción conceptual que trata sobre el terremoto de aquel año en Lisboa, el que está cantado completamente en portugués. ¿Qué me puedes contar sobre su proceso de composición?
Moonspell ama escribir nuevo material y a través de los años hemos desarrollado un proceso creativo que implica a toda la banda. Con 1755, esto no fue diferente. Todo comenzó con lápices y papeles, ideas, pistas de voz y riffs, y de a poco comenzamos a ingresar los elementos necesarios para contar la historia. Trabajamos en él por un año y medio y tuvimos dos sesiones de grabación con Tue Madsen y una larga pre-producción con nuestro orquestador Jon Phipps, quien tuvo un gran papel en el resultado final, debo decirlo.
– ¿Es 1755 el disco más «épico» y «sinfónico» de la banda hasta la fecha?
Creo que la gente debería preguntarse en vez de eso, ¿es bueno? ¿Está bien hecho? ¿Funciona para mí? Por supuesto que podemos decir que es épico, sinfónico y aunque incluso no soy un gran fan del metal sinfónico como se hace en la actualidad, todos estos elementos han intentado “curtir” nuestras canciones antes, pero más que usarlos, es importante el “cómo los usas” y el efecto que tienen en una historia bien contada. Esa es nuestra meta como banda, contra una historia a través de la música.
– ¿Existe algún desafío musical que aún no haya logrado concretar con Moonspell?
Por supuesto que lo hay. Estamos siempre aprendiendo y cambiando, agregando y tomando mientras estemos juntos como banda. Nuestros últimos discos fueron para nosotros un paso adelante en nuestras habilidades musicales, aunque siempre hay espacio para intentar y hacerlo mejor. Nuestro próximo álbum, será un desafío para nosotras, lo sé, pero no estamos temerosos, sino que entusiastas de que llegue el día en que comencemos a trabajar en éste.
– Fernando, ¿qué nos puedes contar sobre la escena metalera portuguesa? Me refiero, por acá en Sudamérica no sabemos mucho al respecto…
Está muy mal. Normalmente la gente solo da atención a las mismas bandas de los mismos países todo el tiempo. En lo que respecta a la escena, habían bandas haciendo un gran trabajo en los ‘90 como The Coven, Thormenthor, Desire, Bizarra Locomotiva, Decayed, FNI, Shrine y Braindead, y otras más “recientes” como Ironsword, Rasgo, Process of Guilt, Quartet of Woah o bandas de ahora como The Okkultist, de quienes voy a lanzar su discos en mi propio sello Alma Mater Records. Es tiempo que las personas sepan más de nuestra escena metalera.
– ¿Cuáles con tus expectativas del próximo show en Chile este 1 de mayo?
El de pasar un gran rato con nuestros fans de Chile, tocar un gran show que se vuelva parte de sus recuerdos como lo fueron nuestros anteriores conciertos. Ha pasado un buen tiempo desde que estuvimos por allá. Tenemos nuevas energías, un nuevo álbum y un pasado lleno de grandes momentos.
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