El tecladista y compositor nacional Nicolás Quinteros –miembro de los rockeros progresivos criollos Delta– recientemente editó el tercer disco de Q, su proyecto solista instrumental, en el cual se aventura a explorar otros sonidos.
Nuevos Horizontes, título de su reciente álbum, se adentra en estructuras ligadas al funk y al jazz. “Es un proyecto de rock fusión”, según sus propia palabras. Para esta nueva placa, Quinteros contó con la participación de diversos y destacados músicos invitados, los que prácticamente cambian en cada uno de los siete temas que componen este nuevo opus.
El sencillo que da nombre al disco se lanzó hace unas semanas como primer single, el que fue recibido de gran forma, con excelentes críticas, siendo muy comentado y compartido en redes sociales. Por el momento, Nuevos Horizontes de encuentra disponible en plataformas digitales como Spotify y iTunes.
PREGUNTAS Y RESPUESTAS CON NICOLAS QUINTEROS
– ¿Cómo nace Q? ¿Cuáles son tus motivaciones?
Nace como una necesidad de buscar sonidos distintos a los que he hecho normalmente. Partió como un proyecto en el que no tenía que preguntarle nada a nadie más ni pedir su opinión, donde podía experimentar libremente. Es un espacio de creación musical más personal, con más libertad creativa, saliéndome de parámetros encasillados como, por ejemplo, lo que realizo con Delta.
– ¿Qué músicos, artistas admiras dentro del campo de la música instrumental?
De los más contemporáneos, a Hiromi Uehara, una pianista japonesa. Ella me encanta, creo es una genio y me he inspirado harto en ella, realizando hasta análisis de sus obras. Jean-Luc Ponty, violinista de fusión francés, también me gusta mucho, sobre todo trabajos como Enigmatic Ocean (1977) y Cosmic Messenger (1978). Steve Morse (Deep Purple) y su proyecto Dixie Dregs, también es de mis favoritos, y como tecladista, no puedo dejar de nombrar a Rick Wakeman y Keith Emerson, de Emerson Lake and Palmer, que en paz descanse.
– En relación a tu nuevo disco solista, en Nuevos Horizontes se nota una marcada influencia jazzera, en comparación con tus anteriores trabajos…
El jazz para mí siempre fue un estilo un poco tabú, por así decirlo; me sentía súper ajeno, pero tenía ganas de “conocerlo”. Precisamente llegó un momento en que dije “tengo que meterme de lleno en esto”, pues había música de este estilo que me gustaba mucho. De ahí justamente nace este viaje a España, Barcelona, con la beca orientada a la composición de jazz en la Escuela Superior de Música de Cataluña en 2014. Ahí se genera esta necesidad de llevar esos elementos a mi música… no queriendo ser jazzero, pues nuca lo seré, pero sí comprendiendo y llevando sus influencias a mi criterio musical.
– El nombre de la placa es bien directo, pero, ¿existe algún concepto escondido tras éste?
Si bien el concepto es claro, el de explorar horizontes musicales que para mí eran más desconocidos, también existe un contexto temporal y geográfico importante tras él, como mi experiencia viviendo como dos años en Barcelona, por el magister nombrado antes y posterior gira por Europa. Allá toqué con mucha gente increíble, y traté de que la mayor cantidad de ellos estuviera presente en el próximo disco de Q. Para mí, ese es el gran valor agregado de Nuevos Horizontes: es un documento personal de lo que viví en un periodo específico de mi vida.
– ¿Fue muy complicado ese factor al momento de grabar?
¡Fue terrible! (risas), porque hubo algunos temas en los que pude estar para producir, y también hubo grabaciones en las cuales no puede estar y creo que se nota. No es que haya “quedado mal”, pero uno dice “me gustaría haber estado en tal canción para haber hilado más fino”. Creo eso sí que el resultado final fue muy bueno. Como dato, solo la pura grabación me tomó desde la mitad del 2015 hasta noviembre del año pasado.
– ¿Hay alguna intención o planes futuros de interpretar en vivo estas canciones?
Intenciones hay, estoy buscando la forma de hacerlo. Los temas de Nuevos Horizontes y anteriores me gustaría llevarlos a la estética de este nuevo álbum, con nuevos arreglos. Tengo que ver cómo, porque la verdad es harto trabajo. Tendría que contar por lo menos con 9 a 11 músicos en escena, algo no menor, pensando en cuarteto de viento, violín, teclado extra, más el combo básico de rock: batería, guitarras y bajo. Necesito armar un circuito, porque tocar solo una vez, no se justifica.
– Cuéntanos acerca de la experiencia de girar con Uli Jon Roth (ex guitarrista de Scorpions) y Vinnie Moore (UFO, Alice Cooper) a inicios del 2015 en el Extreme Guitar Tour. ¿Cómo se gestó esta participación?
Fueron 21 shows en 23 días por Estados Unidos… ¡uff! Fue intenso. Era una gira tipo G3, a la que también se sumó Greg Goldy. Yo interpreté los repertorios de Moore y Roth… Fue una excelente experiencia, y tener cerca a muchas “primeras fuentes” fue algo soñado. Uli me contaba que él comenzó a tocar guitara porque vio a Jimi Hendrix en vivo… ¡Ése gallo vio a Jimi Hendrix! El baterista de Vinnie Moore, por ejemplo, también toca con el bajista Billie Cox, quien es el único integrante original de la banda de Hendrix… ¡fue demasiado! Muchas sensaciones en poco tiempo. Y esto se me dio de un día para otro gracias a gestiones de John West, que era el vocalista de la gira y que había grabado un tema con Delta anteriormente.
– Y en relación a tu participación en el Vivaldi Metal Project, creado por el tecladista Mistheria (Bruce Dickinson), que recrea “Las Cuatro Estaciones” en plan metal, y en el cual músicos de la talla de Mike Lepond (Symphony X), Steve Di Giorgio (Death, Testament, Sadus) y Dani Loeble (Helloween) están presentes, ¿qué sensación te dejó?
Fue también una bonita experiencia. Personalmente, me hicieron grabar el instrumento de teclas que más me gusta: el Hammond. Con un toque muy rockero grabé “Spring”, el segundo movimiento. Hice las bases con un solo de Hammond. ¿Te cuento algo? Mistheria tiene ganas de montar esto acá en Chile, y parte de Sudamérica. Ojalá se concrete, sería genial.
Q – Nuevos Horizontes
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