El penúltimo show de la jornada de cierre de Lollapaloza Chile en el Claro Stage estuvo a cargo de los legendarios Pixies. La banda con base en Boston, formada a mediados de los ’80, se reencontró de forma masiva con el público chileno -tras su show de corte íntimo en la Cúpula el pasado viernes- quienes vibraron con unas de las bandas más influyentes del sonido rockero alternativo.
Miles de personas se acercaron desde temprano al escenario para lograr una buena ubicación y ver en acción a Black Francis (voz y guitarra), Joey Santiago (guitarra), David Lovering (batería) y la recién incorporada Paz Lechantin (ex A Perfect Circle), quien tiene la gran responsabilidad de reemplazar a la histórica Kim Deal en el bajo.
“Bone Machine”, corte de su aclamado LP debut Surfer Rosa (1988), fue sin dudas el tema preciso para dar a conocer a grandes pinceladas la sonoridad de Pixies a quienes no hubieran escuchado su música. Luego, el bajo marcado de Paz, quien se lució en su instrumento y obtuvo pronto la aprobación de la concurrencia, dio el peso necesario a “Wave of Mutilation”.
Black Francis por su parte, vociferaba a ratos malestar y desesperación en cortes como “Gauge Away”, pero después la melodía recuperaba el control. Este estilo patentado por Pixies fue de gran influencia para muchas bandas nacidas en los ’90: Nirvana, por ejemplo, tomaría prestados estos elementos y los llevaría al próximo nivel.
La artillería de clásicos se sucedía con temas tales como “Isla de Encanta”, “Here Comes Your Man”, “Hey”, “La La Love You” (cantada como es costumbre por su baterista y acompañada por los característicos silbidos), la melancólica “Ana” y, por supuesto, “Where is My Mind”, uno de sus hits indiscutidos.
Pixies también se dio el tiempo para interpretar algunas canciones nuevas, como “Magdalena” (incluida en su reciente EP2) e «Indie Cindy», tema que dará nombre a su nuevo álbum que verá la luz en abril próximo, el primero en 23 años. Algunos de estos sencillos, no tan conocidos masivamente, entregaron en cierta medida algo de calma a la euforia que sus composiciones más antiguas provocaban.
“Vamos” fue la canción elegida para cerrar, corte que tomó protagonismo en la guitarra de Joey Santiago, quien se dedicó a exprimirla sonoramente arrancando distorsiones varias ante el regocijo de los asistentes, entregando un gran final.
Pixies se retiró entre aplausos, tras 70 minutos de show, los cuales transcurrieron de forma rápida, mientras la noche ya dejaba caer su oscuro manto sobre Santiago. Ahora queda esperar por el nuevo disco de los norteamericanos, quienes esperan con Indie Cindy reafirmar su legado, ya más maduros y más valorados -con justa razón- en el mundo de la música.
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Fotógrafo: Fabiola Soto
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