Entre las cinco postales más recordadas de The Beatles sin duda el concierto en la azotea del Apple Corps está de forma inamovible. Una instancia que se convirtió en la última vez que el grupo se presentó en vivo y, a la vez, el retorno a sus principios musicales.
Era 30 de enero de 1969 y la banda de Liverpool decidió terminar su proyecto audiovisual, que en ese momento se llamaba Get Back, en el techo del edificio que habían adquirido un año antes para grabar la segunda parte de las sesiones de su trabajo.
Lo que pasó en esa azotea es historia conocida. El registro, que buscaba llevarlos una vez más a ser una banda de Rock, finalmente se tituló Let It Be y se convirtió en una película estrenada en 1970, logrando un Premio Oscar a Mejor Banda Sonora Adaptada. Pero hay otras situaciones que quizás no conoces de ese último show de The Beatles, y que a continuación repasaremos.
1. Volviendo a los escenarios
Si bien la actuación de ese 30 de enero fue histórica porque marcó el fin de un ciclo, también lo fue porque se convirtió en la primera presentación en vivo de The Beatles después de dos años alejados de los escenarios.
La última actuación -no hecha para un especial de televisión- fue el 29 de agosto de 1966 con el disco Revolver recién estrenado, aunque no tocaron ninguno de sus temas. Así sorprendieron a sus fanáticos con algo más que un concierto en el techo de su corporación.
2. ¿Por qué en la azotea?
El desierto del Sahara, las pirámides de Giza, un anfiteatro romano y hasta el transatlántico Queen Elizabeth 2 fueron algunas de las alternativas que pasaron por la cabeza de The Beatles antes de elegir finalmente la azotea de su corporación.
Aunque la idea no fue del todo original, ya que unos meses antes en Nueva York la banda Jefferson Airplane ya había hecho algo similar, hay varios que se acreditan el concepto. Billy Preston asegura, en el libro Beatles Gear, que fue John quien tuvo la ocurrencia, mientras que el director Michael Lindsay-Hogg afirma que fue él. Siempre quedará la duda, aún así las primeras alternativas eran más llamativas.
3. Improvisando en el frío
Cuando The Beatles decidió subir del sótano / estudio a la azotea del Apple Corps, nunca tuvieron en consideración un factor importante: el clima. Pleno invierno y sólo 7 grados acompañaban a Londres esa tarde. Era tanto el frío que entre canción y canción Lennon exclamaba que no sentía los dedos.
Pero uno de los hechos más anecdóticos fue que tanto John como Ringo estaban usando abrigos de mujer. Y es que era tan baja la temperatura que ambos le pidieron a sus respectivas parejas su ropa para poder mantener el calor mientras se presentaban. Así fue como el chaleco rojo de Starr y el felpudo café de Lennon eran de Maureen y Yoko Ono, respectivamente.
4. «One After 909», un tema que nació para la historia
Uno de los temas que incluyeron en Let It Be fue «One After 909”, el que guarda una particularidad, fue el primero que escribió John Lennon con la ayuda de un nuevo amigo que había hecho a los 17 años: Paul McCartney. Un blues que tiene un significado emocional gigante para el cuarteto de Liverpool.
«No es una gran canción, pero es uno de mis favoritos porque me trae grandes recuerdos de John y yo tratando de escribir una canción blues sobre un tren de mercancías”, recordó Paul en el libro All The Songs: The Story Behind Every Beatles Release.
5. Billy Preston, un digno aporte
Antes de concretar Let It Be, la relación entre Paul, John, Ringo y George no era de las mejores. Tanto así que Harrison prefirió alejarse para poder tener un descanso del tenso periodo que atravesaban en medio de las sesiones de grabación, momento en el que optó por escuchar a otros músicos. Así fue como llegó a un concierto de Ray Charles y vio a un viejo amigo: Billy Preston.
Al tecladista lo habían conocido cuando se fueron de gira en el 62 junto a Little Richard. En ese reencuentro Harrison decidió invitar al músico, algo que poco a poco se ganó el corazón del resto del grupo, convirtiéndose en la primera colaboración acreditada de la historia del grupo. De hecho, Preston también colaboró en los temas «I Want You (She’s So Heavy)» y «Something» del disco Abbey Road.
6. Hecha para George Harrison
Una de las historias más singulares de esa jornada tiene que ver con la guitarra Telecaster que usó Harrison. El instrumento fue fabricado exclusivamente para el músico, con diseño de Roger Rossmeisl y Philip Kubicki, siendo un regalo de la marca Fender.
Fue enviado desde Estados Unidos a Inglaterra y tuvo su propio asiento en el avión. El encargo llegó y, de ahí en más, ninguno de los creadores supo de la guitarra, hasta que en 1970 decidieron ir a ver la cinta Let It Be y descubrieron que Harrison la estaba usando. «Estaba tan emocionado que casi salté de mi asiento», afirmó Kubicki.
7. Un cierre con el sello Lennon
Al finalizar de forma abrupta el concierto en la azotea, The Beatles deja los instrumentos y comienza a retirarse, pero antes de eso John Lennon comienza a dar sus agradecimientos de forma rápida y sin mucho convencimiento, pero con mucho sentido del humor, como siempre.
«Me gustaría agradecer en nombre del grupo y de nosotros mismos, y espero que pasemos la audición”, fue la frase que dijo Lennon y que sirvió para cerrar la cinta ganadora del Oscar. Palabras sinceras que además recordaban todas las audiciones que la banda no pasó.
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