«Bienvenidos a Chile». La frase de un video de introducción lleno de simbolismos dio inicio al segundo concierto de The Rolling Stones en Chile en el Estadio Nacional de Santiago, 21 años después de haber debutado en el mismo recinto.
El regreso de los londinenses se enmarca en una gira que los mantiene vigentes con lo que hacen como nadie más: tocar rock and roll arriba del escenario.
Antes de que se asomaran Mick Jagger, Keith Richards, Ronnie Wood y Charlie Watts, el recinto de Ñuñoa recibió a Los Tres como número de apertura para calentar los ánimos. En 45 minutos, el conjunto liderado por Álvaro Henríquez prefirió no aventurarse y ofreció un repertorio probado.
Pasadas las 21:00 horas, los gigantes británicos arribaron al escenario y abrieron los fuegos con «Start Me Up«, seguida de «It’s Only Rock ‘n’ Roll (But I Like It)» y «Let’s Spend the Night Together«, una entrada potente que marcó la línea que seguiría el show por el resto de la noche.
La puesta en escena consistió en un apoteósico escenario, vestido de luces y colores vibrantes (preparado especialmente para Olé Tour como una referencia a la calidez latinoamericana), tres pantallas gigantes (dos laterales y una central) y un juego de iluminación extraordinario.
La figura de Jagger lo conquistó todo desde el primer segundo. La potencia vocal, los incesantes recorridos por la pasarela y los cautivantes pasos de baile de este hombre delgado -que viste chaquetas luminosas, polera negra y pantalón apretado-, parecen redefinir lo que es posible a los 72 años de edad.
Y si el cantante se roba gran parte del show, el resto queda en manos de Richards. Sus clásicos movimientos al tocar la guitarra y su mirada traviesa lo hacen destacar al punto de ser coreado por el público. Él, impresionantemente tímido, sólo se remitió a dar las gracias antes de cantar «You Got the Silver» y «Happy», dos temas que demuestran que el blues habita su alma.
El cuarteto, con cinco décadas arriba del escenario, maneja el sentido del espectáculo como nadie más, desde situarse estratégicamente al medio del escenario para dar justo con el tiro de cámara, hasta dejar a Richards frente al público para cantar mientras Jagger desaparece por cerca de 10 minutos para tomar un respiro.
Pero no solo importan ellos. Los Stones se acompañan por siete músicos fuera de serie -Chuck Leavell (teclados), Darryl Jones (bajo), Tim Ries y Karl Denson (saxo), Matt Clifford (teclados), y Bernard Fowler y Sasha Allen (coros)-, y también hacen guiños a su público, como darle la oportunidad de votar por un tema para ser incluido en el setlist, que en esta ocasión resultó ser «She’s a Rainbow», una canción especial pues los británicos la habían interpretado en vivo en no más 10 ocasiones anteriormente. De hecho, la última vez fue en 1998.
Por otro lado, Jagger se encargó de estrechar lazos con la audiencia chilena, hablando en español con algunos chilenismos como «bacán» y «la raja«, y guiños como la mención del triunfo del país en la Copa América, su encuentro con «quiltros», la presencia de «edificios fálicos» en Santiago. También dijo que quisieron tocar «El Guatón Loyola», pero les resultó «muy difícil».
El repertorio se enfocó en los éxitos que los han transformado en la banda más importante del planeta, con puntos muy álgidos, como la balada «Wild Horses«, la bailable «Miss You«, la clásica «Gimme Shelter» (con el acertado acompañamiento de la corista Sasha Allen, en reemplazo de Lisa Fischer) y las potentes «Paint It Black» y «Jumpin’ Jack Flash«, todo engalanado con un sonido impecable.
Mención aparte merece “Sympathy for the Devil”, canción para la cual el espectáculo se reserva un ambiente único, con el escenario teñido de rojo, Jagger envuelto en una capa del mismo color y un trabajo de animación que eleva la experiencia del público.
Justo cuando se cumplían dos horas de show ininterrumpido, la banda se despidió por primera vez con «Brown Sugar«, para retornar con una emocionante «You Can’t Always Get What You Want«, que contó con el acompañamiento de decenas de cantantes del Estudio Coral de Santiago. El fin llegó con «(I Can’t Get No) Satisfaction», que puso al público a saltar y fue coronada con fuegos artificiales.
Una noche llena de energía y entrega de los próceres del rock. Si alguna vez fueron conocidos como sus majestades satánicas, en el presente parecen estar más cerca de lo divino y la inmortalidad.
Los Stones se preparan ahora para seguir haciendo historia en Argentina, Uruguay, Brasil, Perú, Colombia y México.
Fotógrafo: Javier Valenzuela
The Rolling Stones | Estadio Nacional | 03.02.2016
Setlist
1. Start Me Up
2. It’s Only Rock ‘n’ Roll (But I Like It)
3. Let’s Spend the Night Together
4. Tumbling Dice
5. Out of Control
6. She’s a Rainbow
7. Wild Horses
8. Paint It Black
9. Honky Tonk Women
10. You Got the Silver
11. Happy
12. Midnight Rambler
13. Miss You
14. Gimme Shelter
15. Jumpin’ Jack Flash
16. Sympathy for the Devil
17. Brown Sugar
Encore
18. You Can’t Always Get What You Want
19. (I Can’t Get No) Satisfaction
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