El primero de marzo es una fecha importante para los amantes del grunge, ya que Nirvana, una de las bandas más importantes del género y con mayor influencia en el música en general, tocó por última vez antes de la muerte de su vocalista.
Ya habían pasado unos meses desde la grabación del disco Unplugged para MTV en noviembre 1993 y la agrupación tuvo varias fechas más después de eso, incluyendo una gira por Europa en la primera mitad de 1994. Un viaje que se realizó a pesar de los problemas de salud de Kurt Cobain y los rumores sobre su vida amorosa.
Así, pasaron los días hasta que comenzó marzo y la gira por el viejo continente los llevó a Munich, Alemania. Lo que nadie esperaba era que un mes después ocurriría el suicidio de Cobain y esa se transformaría en la despedida de Nirvana.
Un show para el olvido
Un tour por Europa que comprendía visitas a España, Portugal, Francia y Alemania. Al llegar a este último destino, Kurt Cobain estaba desgastado y una bronquitis sumada a una laringitis lo dejaron peor, hecho que lo hizo ausentarse de la prueba de sonido.
En Munich, el local elegido fue el Terminal Einz, ubicado en el aeropuerto de la ciudad a las afueras de la zona urbana. Un recinto con capacidad para un poco más de tres mil personas y que no estaba acondicionado para recibir a Nirvana, pero a pesar de todos los problemas el show se realizó.
El sonido no fue el mejor y la banda omitió temas importantes como «Smells Like Teen Spirit». Fueron 23 canciones las que interpretaron, dando termino al concierto con «Heart-Shaped Box» a los 80 minutos sobre el escenario, fue el espectáculo más corto de la gira.
De mal en peor
El bajista Krist Novoselic estaba muy molesto con lo ocurrido y fue tajante respecto a los hechos. “Nuestras carreras están en decadencia. Estamos en la salida. El grunge está muerto. Nirvana ha terminado… ¡Nuestro próximo disco va a ser un disco de hip hop!”, exclamó en ese momento.
Un mal episodio que empeoró cuando Kurt Cobain no pudo terminar la gira por su salud, debiendo ir a Roma después de ese show para intentar recuperarse, pero no puso de su parte y tres días más tarde fue hospitalizado por una sobredosis de champán y flunitrazepam, un potente fármaco hipnótico.
Tiempo después se supo que el abuso de drogas que tuvo el cantante en esa oportunidad fue un fallido intento de suicidio. Todo quedó al descubierto un mes después, cuando el 5 de abril finalmente acabó con su vida con un disparo en su hogar en Seattle.
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