La banda argentina Rata Blanca vuelve a Chile el próximo 18 de diciembre para presentar un concierto en el marco de la celebración de los 25 años de su disco debut homónimo, editado en 1988. Todo un hito y un show imperdible para los fanáticos de la agrupación trasandina de heavy metal.
Su presentación contará con varias sorpresas, entre ellas la presencia de miembros originales que participaron en su primera placa y el repaso de sus más grandes éxitos.
Walter Giardino, guitarra líder y fundador de Rata Blanca, conversó con RockNvivo desde su natal Buenos Aires. “Tu país siempre está en un lugar preferencial para los show de la banda. La última vez que tocamos allá fue en un lugar hermoso (Movistar Arena, 23 noviembre 2012). El feeling con la gente de Chile está intacto”, contesta a través del teléfono.
Acerca de sus inicios, del cuarto de siglo de su primer disco, sus influencias y de lo que se viene a futuro para Rata Blanca y más, se refiere Walter Giardino en la siguiente entrevista.
Preguntas y respuestas con Walter Giardino
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– ¿Cómo llegaste al mundo de la música y qué te atrajo de ella?La verdad es que nací inmerso en el mundo de la música, siempre la tuve muy al lado mío. Mis abuelos ya eran músicos, y bueno, esto se hizo más conciente el día que me regalaron una guitarra a los 10 años. Antes ya había tenido unas clases de piano, pero desde ese momento, se disparó una cuestión en mi vida que me marcaría para siempre. Me di cuenta muy rápido de mi vocación. Partí tocando folclore argentino y luego escuché rock: Beatles, Creedence, etcétera. Viví los ’60, ’70 y ’80, que son a mi gusto, la mejor etapa del rock: Deep purple, Sabbath, Pink Floyd, Ritchie Blackmore, uff… muchos otros, Santana… que a mi gusto poco se escucha. Muchos pueden creer que yo sólo sigo la línea neoclásica de Yngwie Malmsteen, ¡pero no es lo único que toco!
– Antes de fundar Rata Blanca, fuiste parte de V8, una de las bandas íconos y pioneras del metal latinoamericano. ¿Qué recuerdas de tu paso por ella?
V8 fue una banda que comenzó a principios de los ’80 en Buenos Aires. Con ellos tratamos de mantener la llama de la libertad viva y peleábamos por eso. Ellos tenían un sonido muy duro para esa época. Mi paso por V8 tiene que ver un poco con la disolución del conjunto. Cuando yo ingresé, ellos ya habían grabado dos discos, yo no había hecho nada aún. Éramos mundos opuestos, musicalmente hablando. De alguna manera yo sabía que iba a ser difícil esa mezcla, pero de alguna forma me convencieron y lo llevamos a la práctica. Las relaciones no fueron las mejores y se desgastó muy rápido el asunto. Yo tuve un paso muy breve, ocho meses, pero muy significativos. Me mostraron a un público al que yo no había llegado nunca. Lo que me gustaba de aquella época es que no había tanta segmentación como existe hoy donde todo tiene un nombre en el metal y el rock.
– Este 2013 se cumplen 25 años del primer disco homónimo de Rata Blanca, sin duda, una fecha para celebrar. ¿Cómo has visto la evolución y el crecimiento de la banda? ¿La consideras como un hijo?
Más que un hijo, Rata Blanca es un ente que alimentamos y hoy en día ya tiene vida propia, ya tiene su propio carácter. El paso por V8 me ayudó a vislumbrar lo que quería hacer y vi de forma mucho más clara las cosas. Recuerdo haber tenido un puñado de canciones que originalmente eran para V8, pero por diferencias musicales terminaron en temas de Rata Blanca; la técnica en V8 no funcionaba en canciones como «Rompe el hechizo», no pegaban… traté de pasarle los temas a Miguel Roldán (V8) y me dijo: “¡vos estás loco!” (risas).
De ahí, grabamos un demo, el que envié a Inglaterra a través de un amigo. Se grabó con Gustavo Rowek en batería y Yulie Ruth (bajo), quien también tocó con Pappo y Rodolfo Cava (voz). Los resultados del demo nos impulsaron a continuar con Rata Blanca. Y bueno, el resto ya es historia.
– Rata Blanca es capaz de unir diferentes generaciones. De hecho, en su show podrán asistir niños de 7 años completamente gratis. ¿Qué te produce este hecho?
Creo que es un mérito de la particularidad de las música de los ’70 y los ’80. Por primera vez, los padres y los hijos están de acuerdo en lo que están escuchando. En las generaciones anteriores, mis abuelos y padres, no escuchaban con mucho «agrado» a Deep Purple por ejemplo en los ’70. Ahora esto es maravilloso; se escuchan Rata Blanca, Rainbow, etcétera. Eso sí, debo reconocer que gran parte del público de Rata Blanca está renovado. Nos vienen a ver nuevas generaciones de chicos de 12 a 25 años más o menos.
Claudio Bergamin, artista chileno, estuvo tras el rediseño de la portada del primer disco de la banda. ¿Qué aspectos te gustaron de su trabajo para contactarlo?
Vi los dibujos de él por Internet y me encantaron sus trabajos. Hablamos con la gente de prensa de Rata y a partir de ahí le comentamos lo que queríamos hacer. El resultado es espectacular, como lo pueden ver en la web de Rata Blanca. No se perdió el misterio que mantenía la carátula original, mantuvo la esencia de manera perfecta.
– El último disco Rata Blanca es El Reino Olvidado (2008). ¿Tienen planes de editar pronto un nuevo álbum?
Sí, por supuesto. En verdad, ya más que preguntarnos, los fans nos dicen “hey, ¡ya es hora!” (risas), y eso nos pone contentos, que la gente siga esperando discos nuevos, ¡está muy bien! Pero yo creo que los discos se hacen cuando se tienen que hacer y cuando se dan las cosas de manera natural. Hemos lidiado mucho con las discográficas el último tiempo, las cosas ya no son como antes. Pero no se preocupen, tendrán nuevo material de Rata Blanca.
– Es Adrián Barilari «la voz» de Rata Blanca?
Por supuesto. Si bien el trabajo de Saúl Blanch en el primer disco es muy bueno, Adrián hizo todo después y era el indicado para la música que se compuso con él. Tiene una gran voz, es un tipo que se mantiene vocalmente muy bien con el pasar de los años. Es una persona que la gente quiere arriba del escenario y eso es evidente.
– A lo largo de tu carrera, has compartido escenario con Glenn Hughes, Doogie White y Joe Lynn Turner. ¿Qué emociones te han provocado estos encuentros?
Esas experiencias han sido geniales. Haber podido tocar con ellos la música original y la que más me gusta, ¡o sea!, crecí con Deep Purple y Rainbow, fueron fundamentales en mi carrera. Disfrutar junto a ellos fue muy fuerte… imagínate, cuando niño escuchaba un vinilo de Deep Purple en Buenos Aires, a 14 mil kilómetros de distancia de la banda, y luego puedo compartir con ellos en el escenario años después. Que la vida haya dado esta vuelta es impresionante. Lo que logra la música es maravilloso.
– ¿Qué esperas del show en Chile este próximo 1 de noviembre en el Teatro Caupolicán?
Las expectativas son de la gente, nosotros debemos hacer un buen show, tocar lo mejor posible y entregarnos al máximo. Será un show intenso, que tratará de abarcar la mayor cantidad de temas que nos identifiquen. Va estar Saúl Blanch cantando algunas canciones, cosa que nunca ha visto la gente en Chile.
– Muchas gracias por tu tiempo Walter. ¿Algo que agregar?
Son uno de los mejores públicos, siempre nos acordamos de ustedes, en verdad. Gracias por el apoyo de siempre. ¡Nos vemos en el Caupolicán!
Rata Blanca en Chile – 25 años
Miércoles 18 de diciembre 2013
Teatro Caupolicán (San Diego 850, Santiago)Valores
Preventa general: $18.000Entradas a la venta en Ticketek.cl, tiendas Falabella y Cine Hoyts. Venta sin recargo en tienda The Knife (Eurocentro)
y boletería del Teatro Caupolicán.
quisiera saber si existe alguna posibilidad d q una banda tan importante dl rock en latinoamerica tenga la oportunidad d tokar para el mundo en el festival d viña 2014? Taria buenisimo!