Cuatro jóvenes que no superaban los 20 años, encerrados en un estudio, con un vocalista que representaba mucho menos su edad y que cantaba sobre sus andanzas por Sheffield, Inglaterra.
La postal es de septiembre de 2005, cuando Arctic Monkeys estaba en los estudios Chapel de Lincolnshire registrando las últimas canciones de lo que sería su álbum debut, titulado Whatever People Say I Am, That’s What I’m Not y que se publicó el 23 de enero de 2006.
Un trabajo de 13 canciones y 40 minutos de duración que representó el cambio de generación, no sólo de músicos sino que también de seguidores que vieron en Alex Turner (voz y guitarra), Jamie Cook (guitarra), Andy Nicholson (bajo) y Matt Helders (batería) como la voz de la juventud del nuevo siglo.
Parte de los temas que se incluyeron el álbum ya eran conocidos en varios lados del mundo gracias a que fanáticos que obtuvieron algunas copias de sus primeras canciones las publicaron en la plataforma MySpace.
A tanta llegó la popularidad del conjunto en 2005 que llegaron a uno de los escenarios menores de los festivales Reading y Leeds, pero con una convocatoria inusual.
Los cuatro músicos grabaron en septiembre de 2005 su álbum tras ser fichados por Domino Records, sello que ni siquiera se imaginó el éxito que tuvo el disco en enero de 2006: en su primer día en tiendas se convirtió en el álbum debut que más rápido se vendió en la historia de Inglaterra, con casi 120 mil copias. Al final de la semana ya sumaba más de 365 mil copias.
Las canciones de Whatever People Say I Am, That’s What I’m Not hablan principalmente de los jóvenes en la sociedad de ese entonces, con referencias a las salidas nocturnas («I Bet You Look Good on the Dancefloor» y «Dancing Shoes»), conseguir taxis («Red Light Indicates Doors Are Secured») y el romanticismo («Mardy Bum»).
El título del álbum hace referencia a una idea sacada de la novela Saturday Night and Sunday Morning de Alan Sillitoe. Al español la frase podría traducirse como «Lo que sea que digan que soy, es lo que no soy».
La portada, en tanto, muestra a Chris McClure, un amigo de Turner, fotografiado una mañana en un bar luego de haberse ido de fiesta. La foto lo muestra fumando, lo que llevó a una polémica por una posible incitación a fumar.
Los reconocimientos al álbum no se hicieron esperar tras su salida: obtuvieron el Mercury Prize en 2006, NME lo eligió el Álbum del Año y Rolling Stone lo posicionó en el lugar 371 en su lista de los 500 Mejores Álbumes de Todos los Tiempos.
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