En 2010, la antropóloga Laura Bishop comenzó con una investigación que la ha llevado a vivir dentro de las comunidades del heavy metal. Ha estudiado a bandas como Fear Factory, 3Teeth, Mortiis y Pig and Combichrist, ha salido de gira y ha compartido con los fanáticos tanto en los conciertos como en sus casas, todo para poder enfrentarse a los estereotipos que rodean a los seguidores del género.
En una entrevista, Bishop explica que ha logrado desmentir numerosos prejuicios. Para empezar, ha descubierto que el heavy metal prospera en su sentido de comunidad y que, contrario a lo que se piensa, una gran cantidad de mujeres la integra.
“Aunque ciertamente hay más hombres que mujeres en el público, no significa que esto sea un ‘club de niños’. Hay una percepción de que el metal es bruto y misógino, lo cual es un estereotipo injusto”.
Y añade: “las personas con las que he estado viviendo y trabajando desafiaron todos los estereotipos predominantes y muchos de mis propios prejuicios. La cultura popular te haría creer que la presencia de una mujer en un bus de gira transformaría a los hombres en neandertales llenos de testosterona. Cuando la verdad fue exactamente opuesta”.
La académica habla también de la catarsis como un importante componente de la música en vivo. “Los mosh pits parecen caóticos y bruscos, cuando en realidad la gente se une y encuentra liberación en estas experiencias. Burton C Bell de Fear Factory me dijo: ‘Los mosh pits pueden parecer feroces pero son controlados, lo recuerdo cuando iba al pit. No se trata de herir al resto, se trata de liberarse, y eso es exactamente lo que están haciendo’. Es muy tribal y primitivo, es casi prehistórico”.
Por otro lado, el concepto de ‘adolescente rebelde’ se desmiente. “Los patrones rápidamente emergieron en relación a crecer con el metal y continuar comprometiéndose con su cultura en la adultez. La mayoría de las personas fueron introducidas a la música por miembros de su familia”.
Para Bishop, abordar estos estereotipos es vital. “Mucha gente habla del espacio seguro que les entrega un show de metal, algo que no pudieron encontrar en otro lugar. La dañina percepción del metal como un hervidero de violencia y crueldad resulta en muchas bandas y shows cancelados o derechamente prohibidos”.
Puedes leer la entrevista completa en el sitio NME.