Con 25 años de historia, la banda argentina Attaque 77 se prepara para regresar a Chile con un confirmado show para el próximo 20 de diciembre en el Teatro Caupolicán.
Santiago no es un lugar desconocido para el ahora trío trasandino. Su primera vez fue en 1994 en el Teatro Esmeralda (recinto que actualmente se encuentra abandonado), y desde ese momento que la relación entre la banda y el público chileno ha sido algo que se ha mantenido fuerte pese a diversas situaciones adversas. «Después de Argentina, es el país donde mejor nos han recibido», dice el bajista Luciano Scaglione al teléfono desde su casa en Buenos Aires.
Un vínculo que en diciembre tendrá un nuevo capítulo con un concierto de celebración del trío que completa el vocalista y guitarrista Mariano Martínez y el baterista Leo De Cecco, tras la salida de Ciro Pertusi en 2009, quien luego formó Jauría.
«Tenemos muchas ganas de festejar, de disfrutar y de agradecer a todos nuestros seguidores en Chile que nos han acompañado durante tantos años», adelanta Scaglione sobre el show en entrevista con RockNvivo, además de hablar de la actualidad en Sudamérica y de la celebración de sus 25 años de historia.
Preguntas y respuestas con Luciano Scaglione
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– Han pasado casi cuatro años de la salida de Estallar (2009), disco que significó su nueva etapa como trío tras la salida de Ciro, ¿cómo se han sentido en este tiempo?Después de la crisis, de la salida de Ciro, de superada la situación y del duelo por la tristeza que puede generar que un compañero de tantos años cambie sus rumbos, todo era alegría, ilusión, mucha motivación y una sensación de volver a empezar, pero con 20 años de experiencia. Nos generó una sensación de unirnos y que la unidad del grupo estaba por arriba de las individualidades. Estamos muy contentos después de cinco años de la partida de Ciro y de lo que fue la grabación de Estallar, en la situación que nos encontramos, con una sensación de seguir vivos y seguir tocando por toda Latinoamérica. Somos gente humilde, muy agradecida con el público que es el verdadero sostén de la carrera de un grupo.
– ¿Han tenido contacto con Ciro?
Lo cruzamos cada cierto tiempo en diferentes oportunidades, con mucho afecto y con lindos recuerdos.
– Su última entrega fue un acústico, ¿cómo fue pasar de la potencia de su sonido a un trabajo desenchufado?
En realidad hay un pequeño truco que toda esa potencia – la distorsión del Marshall y la velocidad de la batería – la llevamos a dos lugares puntuales del acústico: el set de cuerdas, que genera tensión y por momentos parece música de terror, y por otro lado la percusión a través de Andrea Álvarez, quien trabajó por muchos años con Soda Stereo. Ambas le han agregado ese peso que la cuerda acústica le daba al tema. Entonces seguimos manteniendo esa fuerza, pero en una forma completamente diferente que nos llevó un año de trabajo. La pre-producción fue una labor muy larga, desarmamos por completo las canciones clásicas de Attaque 77 y las volvimos a recomponer con instrumentos completamente diferentes: un contrabajo, un set de cuerdas y armamos una orquesta de 11 músicos, donde tratamos de que la esencia de la banda se mantuviera aunque fuese de un modo diferente.
– Están celebrando 25 años, ¿cuál o cuáles eran sus metas cuando comenzaron?
La motivación de formar el grupo era un poco adolescente, con 16 años. Por un lado en la radio no sonaba la música que nos gustaba como Ramones, Sex Pistols o The Clash y prácticamente no había radio de rock. Entonces una de las ideas era ir a una sala el sábado, tomar unas cervezas y tocar la música que no escuchábamos en ningún lado. Ni siquiera había intención de tocar en vivo. De a poco las cosas se fueron dando solas y eso nos ha servido durante nuestra carrera, el hecho de que nunca se hicieran planes. Los planes de Attaque siempre fueron «de aquí a un par de meses» y creo que eso mantuvo una cosa espontánea y de sinceridad con nosotros mismos.
– ¿Cómo ha cambiado la forma de hacer música entre sus inicios y la actualidad?
Desde el lado compositivo, la mecánica siempre es la misma: a uno se le ocurre algo, lo tocas en tu casa o con una guitarra criolla o la grabas. Luego, te juntas con el otro, le muestras eso y él te muestra otra cosa. O sea, desde la mecánica de la composición es similar. El hecho de tocar mejor y haber crecido como músicos, obviamente te genera la posibilidad de manejar más recursos musicales, como cantar mejor, de poder buscar melodías más sofisticadas o con mejor sonido. De alguna manera, creo que de esa esencia básica de cómo nos acercamos a la música sigue siendo la misma.
– ¿Cuál o cuáles han sido los momentos más destacados en la historia de Attaque 77?
Hubo varios quiebres en la historia de la banda. Hay un disco que se llama Amén (1995), en donde empezamos a permitirnos subgéneros, como el reggae, el ska y el pop inglés. Empezamos a darnos la posibilidad de sumar otras experiencias a nivel musical y de sonido. Creo que eso generó una apertura bastante interesante. Otro hecho puntual fue que en 1997 fuimos a Santa Mónica, Estados Unidos, a grabar Un día perfecto y luego vino Otras canciones con covers de música que no tenía que ver con el punk rock. Eso fue un movimiento desprejuiciado, intentando buscar cosas nuevas. El hecho de seguir adelante luego de la partida de Ciro también es algo que es una bisagra en la carrera de Attaque. Y, bueno, hoy estar cumpliendo 25 años y tener el mismo entusiasmo y las mismas ganas de seguir tocando, haciendo discos.
– Durante su carrera han tenido la oportunidad de componer canciones con contenido social, ¿cómo ven en la actualidad los movimientos sociales de Sudamérica?
Me parece interesante que haya muchísimo debate y mucho movimiento. Me emociona mucho cuando veo a los estudiantes en Chile peleando por la educación. Me parece que va por ese lado, que no hay que callarse, no hay que conformarse y que hay que seguir luchando por lo que uno cree que es justo. Nosotros puntualmente compartimos un poco la ideología de la izquierda, pero sin entrar nunca en una cuestión política real, más que nada en una cuestión social. Siempre nos ha gustado aportar por ese lado y tratamos de proteger la fuente de trabajo, creer que es un patrimonio del pueblo. La necesidad de trabajar y la obligación de que se generen puestos de trabajo es algo muy importante.
También tenemos bronca al ver que Latinoamérica siempre está luchando un lugar, que las potencias siempre sacan provecho del lugar que nosotros ocupamos con respecto a sus necesidades. Creemos que se puede distribuir muchísimo mejor las riquezas en toda la región. Son temas difíciles y dolorosos porque hemos tenido la posibilidad de viajar y vemos que la gente sufre y en muchos casos la pasa mal.
– ¿Y cómo está actualmente Argentina en lo social?
Argentina es un país raro. Hay mucho antagonismo. Siempre se rige el «River-Boca» y eso se va pasando a diferentes situaciones del país. Hay gente que te puede decir que se está mejor que en otras épocas y otra gente que no. Hay cosas que las veo bien y otras en las que podría ser muy crítico. Por otro lado, el artista tiene la necesidad de interpelar a los gobernantes. Aunque estés de acuerdo o simpatices de alguna manera, creo que el deber es tratar de marcar las necesidades y lo que falta, porque el artista de alguna manera está representando al pueblo. Entonces es necesario que el artista sea muy crítico y tenga la capacidad de interpelar al gobernante para lograr mejoras.
– ¿Cómo ha sido la relación con Chile?
Particularmente en mi casa tengo discos de oro y de platino de los álbumes Otras canciones (1998) y Trapos (2001) que nos dieron en Chile. Tengo muchos recuerdos de diferentes épocas en que hacíamos un show cada dos meses en Chile, desde el norte hasta el sur. Hemos recorrido más de 20 ciudades y la verdad es que hay una sensación de agradecimiento muy fuerte para todos los seguidores que nos han hecho el aguante. Nuestro primer concierto en Chile fue en 1994, obviamente es un punto muy importante en la carrera de Attaque.
– ¿Pueden adelantar el show de diciembre?
Básicamente, un recorrido por los clásicos de Attaque, los temas que sabemos que todos los fanáticos quieren escuchar. La idea es que la gente salte, cante, grite y se divierta durante más o menos dos horas, que es lo que va a durar el show. Estamos armando una lista larga.
Attaque 77 en Chile
Viernes 20 de diciembre a las 20:00 horas
Teatro Caupolicán (San Diego 850, Santiago)Valor de las entradas (sin cargo por servicio)
$6.000 (primera preventa)AGOTADA
$8.000 (segunda preventa)
$10.000 (tercera preventa)
$12.000 (General)
$14.000 (día del show)
$16.000 (Palco, preventa)
$20.000 (Palco, día del show)Entradas a la venta a través del sistema Ticketek, cine Hoyts y tiendas Falabella. Sin cargo en Mucky rock (Eurocentro, segundo subterráneo local 212), Voz Propia (Portal Lyon, local 71) y Kmuzzik (Av. Providencia 2169, local 99. Galería Interprovidencia).
La raja:) pedazo de banda
Que festejen!! ;)