Para sorpresa de muchos, Blondie fue la banda encargada de abrir la noche ochentera del Pepsi Fest Chile 2009. Poco después de las 21:00 horas, apareció en escena Deborah Harry, diva de divas, quien no permitió la presencia de fotógrafos al borde del escenario, probablemente debido a que a sus 63 años su cuerpo está muy lejos de ser el de antes. Sin embargo, las tres cosas que más la identificaron siguen intactas: su voz, su cabellera rubia y sus zapatos de tacón.
«Hanging On The Telephone» abrió una presentación que comenzó con buen pie, a pesar del excesivo volumen de la amplificación. Para ese momento, parecía que el Movistar Arena no se llenaría por completo, pero no fue así. Alrededor de las 21:40 horas, el público había ocupado todos los espacios del recinto, incluida la cancha VIP que en ninguna otra fecha del Pepsi Fest había recibido a tanta gente como lo hizo este sábado.
En la segunda mitad de un show que duró poco más de una hora, Blondie finalmente sacó la artillería pesada, interpretando en seguidilla dos de sus más grandes éxitos: «Maria» y «Call me». El público se iba animando cada vez un poco más. Luego, vinieron otros temas conocidos como «The Tide Is High» (original de la banda The Paragons) y «One way or another».
Deborah, a pesar de no tener los mismos encantos que hace 20 años, se ganó a su audiencia haciendo ciertas bromas (tomó una gorra que había lanzado algún fanático sobre el escenario y se la puso sobre su cabelllera; tomó también un cojín con la bandera de Chile que alguien le obsequió, etc) y comentarios (algunos en español, como «llámame, llámame, llámame») y demostrando que lo más fundamental: su calidad vocal, ha permanecido en el tiempo.
Luego de una falsa despedida, Blondie regresó para cerrar con el ultra conocido «Heart of glass», que fue coreado por miles de voces que agradecieron a los abuelos del Pop/Rock su generosidad. A ellos, nuestro respeto.
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