Foto: Manuel Cabezas
Bastante prometía la jornada de la lluviosa tarde del domingo, que reuniría en el Teatro Caupolicán a connotadas agrupaciones del metal nacional, muchas de ellas nacidas en los 80 y parte de los 90, rememorando en cierta medida los míticos conciertos realizados en lugares como el gimnasio Manuel Plaza.
La responsabilidad de abrir recayó en Warpath, pioneros del thrash nacional, renacidos con más fuerza que antes en este nuevo milenio. Cerca de las 15:50 horas, bajo la conducción de su líder Marco Cussato, la banda salió a escena y sonaron clásicos de los 80, entre ellos, “Alternative Dose”, el coreado “In War”, “Destrucción”, de su banda Rust, entre otros. La gente comenzaba recién a llegar tibiamente, pero apoyando a los músicos. El cierre con “Mental Acceleration” concluyó su presentación, tras cerca de media hora.
Nuclear, la agrupación más joven dentro del cartel, comenzaba su actuación cerca de las 16:30 horas. Thrash directo al hueso, potente, con mucha influencia hardcore, fue la tónica del show. “Fake Mesiah” abrió su repertorio, el cual se caracterizó por su rapidez y potencia, provocando los primeros mosh entre de los asistentes. Recorrieron parte de sus dos producciones, Heaven Denied (2006) y 10 Broken Codes (2008). “Vindictive” continúa, para dedicar luego un tema a los queridos políticos nacionales: así suena “F.P.S.C. (Filthy Politicians Sluts Corporation)”. El término vendría con “Minfucked C.S”, tema ya clásico de la agrupación. 30 minutos, agradecimientos a los presentes por apoyar lo nacional, y Nuclear se retira satisfecho.
Sólo transcurren 10 minutos, y Kingdom of Hate sale a escena. La banda, reconocida por contar en sus filas con Andrés “Chancho cabrío” Marchant, y Nataniel “Nata” Infante, ambos ex Necrosis, suenan impecables, con mucha fuerza en la voz de Marchant. Principalmente recorren canciones de su ex agrupación, entre ellos “Fall in the Last Summer” y “My Fears”. La gente ya comienza a llegar en mayor cantidad al teatro a estas alturas. Marchant agradece a la concurrencia el apoyo, y el cierre sería, cómo no, con el tema que da origen a su nombre, e ícono del metal nacional: “Kingdom of Hate”, que es seguida fielmente sobre todo por la gente de la vieja escuela.
17:45 horas y es el turno de Execrator. Los deathmetaleros nacionales parten con “Death of Gods”, tema de su demo homónimo de 1993. “Symptom of Darkness” del Silent Murder (1996) es ovacionada. También aprovechan de presentar cortes de su nueva producción, The Butchery, así suenan “Evil Insane” y «The Butcher”, seguida de “Hate Inside the Flesh», y el cierre, con “Silent Murder”. Compactos e intensos 30 minutos, en los cuales entregaron lo mejor de su repertorio. Agradecidos, se retiran del escenario.
A continuación, otro estandarte del death nacional: Sadism, en el cual también comparte funciones en batería Juan Pablo Donoso (Execrator), arriban a las 18:20 horas. “Days of Tribulation” abre, gran clásico del Tribulated Bells de 1992, del que sigue “From the Perpetual Dark”. Su vocalista pide un aplauso a la concurrencia:“para ustedes, el público, gracias por el apoyo». Tras exacta media hora sobre el escenario, se retiran satisfechos finalizando con “Perdition of Souls”
El thrash volvería a tomarse el Caupolicán con la actuación de Slavery, baluartes de este estilo en los 90. “No More” y “Genocide”, ambas de su segundo demo, son muy bien recibidas, y la sorpresa de su setlist sería la interpretación de “After the War”, tema de su primer demo, ejecutado de forma impecable y presentado por Manuel Sánchez diciendo: “esta canción nos recuerda cuando éramos niños”. Cierre con “Fucking Religion”, vuelven los mosh a cancha, en el cual es posible incluso ver ¡un paraguas!
Y se vendría una de las bandas más queridas por la fanaticada nacional: Dorso, quienes próximamente cumplirán 25 años de vida. “Big Monsters Aventura” abre los fuegos, seguida de “Panificator”. “Madre las Tinieblas” del Romace (1992) suena grandiosa: progresiva, épica, con más de 9 minutos. Rodrigo “Pera” Cuadra, su carismático vocalista, agradece e invita a todos a los próximos 25 años de la agrupación. Continúa “Horas sobre Tentaculón», de su nueva placa Espacium, seguida de “Silvestre Holocauts”, para finalizar con “Terror Carnaza”. La gente pedía más, pero el “Pera” se disculpa diciendo que no pueden seguir tocando.
Y finamente el momento esperado por todos: Pentagram, la banda de metal nacional más reconocida a nivel mundial, influencia del género, y de culto en el underground. Una intro en teclados, cerca de las 20:40 horas, da paso a “Spell of the Pentagram”. Locura total; Anton Reissenger (voz) se mostaba sólido, acompañado en batería por Eduardo Toppelberg, ambos miembros fundadores. “The Malefice” demuestra el poder del cuarteto, para continuar con “Demented”.
Anton agradece el apoyo de la fanáticos, y presenta el primer tributo “a la banda má gande del metal”, sonando “Raining Blood” de Slayer, a la cual sigue un solo de batería de Toppelberg, tras una pequeña falla en guitarras, nada grave por suerte. Su batero se luce, para reaparecer nuevamente el grupo, con un tema dedicado a su bajista, Alvaro Peña, miembro fallecido a principios de los 90. Así suena “Temple of Perdition”.
Otro corte tributo es “Countess Bathory”, de los ingleses Venom, los padres del black metal. En “Profaner”, un fan lanza una bandera de Chile, con el nombre de la banda, la cual es recibida por Anton. «Ésta la vamos a llevar al Wacken” exclama, y el público enfervorizado.
El cierre con “Demoniac Possesion”, su tema más reconocido, con todo el público saltando, simplemente espectacular. Otro cover, esta vez de Exodus, “Metal Command” termina la jornada, de más de seis horas. Muy felices, los integrantes agradecen y se retiran, para volver e interpretar nuevamente “Demoniac Possession”. “Ya tocamos todos los temas, ¿Cuál quieren escuchar de nuevo?”, bromeó el vocalista.
Excelente jornada la del domingo, que finalizó cerca de las 22:00 horas. 8 bandas que demuestran que el metal nacional es de calidad de exportación, y qué mejor prueba que la próxima presentación de Pentagram, en el Wacken Open Air en julio próximo.
¡Y se prometió ya una segunda cumbre! Es de esperar que se lleve a cabo.
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