El show que presentó ayer Dead Can Dance, dúo creado a principios de los ’80 por Brendan Perry y Lisa Gerrard, en el salón de conferencias del Monticello Grand Casino, fue una oportunidad única para poder disfrutar el trabajo de los músicos en un ambiente íntimo y acogedor.
La presentación – que rozó la perfección y cautivó a más de 800 asistentes, todos ellos hipnotizados por las melodías del conjunto australiano – estuvo llena de matices, los que deambularon entre los sonidos ambient, gótico, dark wave, sonidos medievales, cantos gregorianos, ritmos persas, melodías celtas, música tribal africana y la electrónica.
Toda esta conjunción musical es capaz de unir, de forma soberbia y prefecta, la música de Dead Can Dance. El dúo, que tuvo una separación en la década de los ’90, regresó en gloria y mejestad tras la edición de Anastasis (2012), disco que justamente los trajo de vuelta a los escenarios y al ambiente musical tras 16 años.
Mientras el público comenzaba a llegar al recinto – habilitado con sillas que formaban una especie de medialuna, complementada con una tenue iluminación y un sobrio escenario – el músico David Kuckhermann (parte de la banda), mostró su versatilidad en una presentación en la que demostró su calidad utilizando diversos instrumentos de percusión mientras la gente observaba atenta este aperitivo antes del show.
A las 10 en punto llegó el momento más esperado y desde el principio con “Children of the Sun” – corte que abre su nuevo disco – la audiencia cayó rendida a los sonidos de Dead Can Dance. La voz de Brendan Perry sonó clara y grave y las melodías envolvieron todo el recinto. En “Anabasis” se escuchó por primera vez la voz de Lisa Gerrard, limpia, angelical y sonando incluso mejor que en sus producciones de estudio. Sin duda, una voz inconfundible que marcó un precedente e influenció estilos como el dark wave, el rock gótico e inlcuso el metal!
Mientras el corte ambient “Rakim” envolvió todos los rincones; Kiko”, de influencias indias y «Ágape” – ambos nuevos sencillos – lograron cautivar a un público a esas alturas embobado con la calidad interpretativa de la banda.
La intimidad del lugar, los sonidos del laúd de Brendan Perry, la bella voz de Lisa Gerrard – vestida sobriamente con un vestido negro – y el sonido de la batería, percusiones y teclados, crearon un ambiente pocas veces visto en un concierto.
La potencia de los tambores a cargo de Brendan Perry dio la bienvenida a «Nierika», tema perteneciente a Spiritchaser (1996), placa en la cual la banda incluyó influencias tribales y el uso de mayores instrumentos de percusión.
Luego vino uno de los puntos más altos de la noche con “The Host of Seraphim” de The Serpent’s Egg (1988), una de las creaciones mejor logradas por la banda y en la que destacó Lisa Gerrard y su inspiradísima voz, performance que fue retribuida con aplausos incesantes.
La comunión del público con la banda era casi religiosa y cada vez que Lisa arrancaba sonidos de su garganta, hipnotizaba a cada uno de los presentes.
Para finalizar la primera parte, la banda interpretó “All In Good Time», canción tras la cual se retiradon del escenario siendo aplaudidos de pie por todo el público.
Dead Can Dance volvió tres veces al escenario con canciones como The “Ubiquitous Mr. Lovegrove” de influencias electrónicas; “Dreams Made Flash”, momento en el que Lisa recibió un ramo de flores de parte de un fan ubicado en la primera fila; “Return of the She-King” y para cerrar, “Rising of the Moon”, tema que sirvió de telón para un show emotivo y de antología.
La banda se presentará hoy 4 de diciembre en Espacio Riesco.
Fotógrafo: Marcela Bruna
Dead Can Dance | Monticello Grand Casino | 03.12.2012
Setlist
1. Children of the Sun
2. Anabasis
3. Rakim
4. Kiko
5. Agape
6. Amnesia
7. Sanvean
8. Nierika
9. Opium
10.The Host of Seraphim
11. Ime Prezakias/I’m a drug Addict
12. Now We Are Free
13. All In Good Time
Encore:
14. The Ubiquitous Mr. Lovegrove
15. Dreams Made Flesh
Encore 2:
16. Song to the Siren (Tim Buckley cover)
17. Return of the She-King
Encore 3:
18. Rising of the Moon
una lata fome