Foto: Javier Valenzuela
Hace dos años, el truco pareció más que arreglado para satisfacer a la galería. Dave Grohl había prometido volver con Foo Fighters si es que el público asistente en Lollapalooza Chile 2012 gritaba lo más fuerte que pudiera. Y el compromiso se hizo efectivo la noche del jueves 15 en la Pista Atlética del Estadio Nacional durante el primer show de los estadounidenses en solitario en tierra chilena.
La previa del concierto estuvo principalmente marcada por el alto valor del precio de las entradas y el cambio de recinto. Fueron dos años de espera que se cerraron con un memorable show timbrado por el entusiasmo de los cerca de 20 mil fanáticos (cifra de T4f, productora del evento) y la entrega del conjunto durante casi tres horas.
Los nacionales Los Mox! abrieron la jornada a eso de las siete de la tarde, con temas como «Don Ramón» y «Curao manejo mejor», –canciones que pretendieron encender los ánimos de los pocos asistentes que a esa hora ya estaba al interior del recinto y que trataba de entender las indicaciones de los innumerables letreros ubicados antes de hacer ingreso a la Pista Atlética.
Kaiser Chiefs, el conjunto inglés liderado por el activo Ricky Wilson, entró en escena como segundo número de apertura y elevó el entusiasmo cerca de las ocho de la noche, aún con algunos vestigios de los más de 30 grados de temperatura que hubo en la jornada. Con «Everyday I Love You Less and Less» dieron inicio a un show rápido y contundente, con 50 minutos en los que aprovecharon de mostrar parte de su reciente álbum junto con su repertorio conocido, como «Never Miss a Beat», «Ruby», «I Predict a Riot» y «Oh My God».
A pesar de su renombre, el propio vocalista de Kaiser Chiefs sabía que la expectativa era por Foo Fighters y aleonó al público varias veces a gritar el nombre del número principal. A las 21:15, el ensordecedor ruido de guitarras se hizo presente con Grohl comandando a Chris Shiflett (guitarra), Pat Smear (guitarra), Nate Mendel (bajo) y Taylor Hawkins (batería), junto al tecladista Rami Jaffee y apareciendo en escena, tal como en su debut en 2012, avivando a los fanáticos sobre la pasarela de casi 50 metros que dividía la cancha VIP en dos.
Bastaron los primeros acordes de «This is a Call» para que el público se rindiera ante uno de los conjuntos sobrevivientes de los ’90. Y se necesitó sólo esa canción para que Grohl quedará anonadado con la respuesta de sus fanáticos chilenos, que le lanzaron una bandera chilena y le cantaron el cumpleaños feliz (el miércoles el músico celebró sus 46 años). La relación había comenzado de la mejor forma.
Y para que no quedaran dudas del vínculo, «Learn to Fly» inauguró los coros masivos de la noche y luego Grohl dedicó los primeros elogios a la fanaticada. Así, como una muestra de cómo se vendría la jornada, el show se extendía en 20 minutos con sólo tres temas interpretados: los gritos obligaron al vocalista a hacer reiteradas pausas, dando una muestra de la flexibilidad y naturalidad de una banda que a veces peca de rígida.
Sonic Highways (2014) es el el último álbum de los Foos y el motivo, supuestamente, de esta gira mundial. Sin embargo, poco fue el material de ese trabajo en el setlist (tan sólo tres canciones), en contraste con el repaso a sus dos décadas de carrera, desde aquel primer éxito «I’ll Stick Around» (lanzado en 1994) hasta un clásico de su reciente historia, como «Walk», (estrenado en 2011).
Grohl es el verdadero rey del show. Sobre él recae la responsabilidad de hablar, bromear en constantes oportunidades, de motivar al público y de correr por la pasarela con la guitarra al hombro, aunque sabe complementar esa personalidad a veces egocéntrica con la complicidad de sus compañeros, a quienes no duda en elogiar y llevar a instancias como extender «Monkey Wrench» por casi 10 minutos, darle el pase de vocalista al baterista Taylor Hawkins en «Cold Day in the Sun» y hacer que cada uno de ellos realice un solo de su instrumento (a pedido del público), incluyendo el destrozo que hizo Pat Smear de su guitarra con un monitor.
Pero el músico también fue la cara visible de la sorpresa que causa, generalmente, cuando bandas de gran tamaño pisan tierra sudamericana. La pasión y la entrega del público por este lado del mundo son reconocidas y la propia banda ya lo había probado en 2012, un hecho corroborado ahora en la Pista Atlética cuando no habían sonado ni tres acordes de la guitarra de Grohl para una versión lenta de «Big Me» y la audiencia comenzó a cantar: dejó de tocar y afirmó «ustedes cantan cada canción antes que yo, nadie más lo hace en el mundo, sólo en Chile».
El estallido fue inmediato y vino el «Ole, olé, olé, Chile» de la gente, complementado magníficamente por la banda, que comenzó a interpretar el famoso grito y decir que esa podría ser una nueva canción de Foo Fighters. Estaba todo entregado y, tras una parte acústica de Grohl sólo con su guitarra en el final de la pasarela (en pleno sector de cancha general), la banda apareció en medio de ella para regalar un set iniciado con «Times Like These», seguido por una serie de versiones que recorrieron desde Queen y The Rolling Stones hasta Cheap Trick, cuyo cover de «Stiff Competition» tuvo a Grohl sentado en la batería, coronando un éxtasis arriba y abajo del escenario.
La sensación de cercanía, carisma y comodidad se podía sentir en el ambiente al punto de afirmar que podrían tocar toda la noche, en una posición contrastada a su debut en 2012, enmarcado en un festival y con un libreto ajustado. Ahora, la banda se vio a sus anchas y con una calidad interpretativa para aplaudir, sobre todo por esos mazazos en la última parte del show a cargo de «All My Life», «These Days» y «Best of You», cuya respuesta llevó al líder del conjunto a agradecer y confesar que «es la mejor primera noche de alguna gira en la historia de Foo Fighters».
Sin realizar ni una pausa ni irse al descanso, y cuando se cumplían dos horas y 50 minutos de concierto, FF regaló como última canción «Everlong para despedirse de una noche memorable. A esas alturas, poco importaba el cambio de recinto y las dudas que podía generar esa modificación, resultado de una mala jugada que desde un principio habría evitado malos ratos.
Tomando como referencia su canción «These Days», el show de los estadounidenses se desarrolló en uno de esos días que quedan en los registros, que podrás hablar de él en un par de años y que difícilmente se podrá igualar.
Fotógrafo: Javier Valenzuela
Foo Fighters | Pista Atlética del Estadio Nacional | 15.01.2015
Setlist
1. This Is a Call
2. Learn to Fly
3. Breakout
4. Arlandria
5. The Pretender
6. My Hero
7. I’ll Stick Around
8. In the Clear
9. Cold Day in the Sun
10. Big Me
11. Monkey Wrench
12. Congregation
13. Walk
14. Skin and Bones (versión acústica)
15. Wheels (versión acústica)
16. Times Like These
17. School’s Out (cover de Alice Cooper)
18. Ain’t Talkin’ ‘bout Love (cover de Van Halen)
19. Miss You (cover de The Rolling Stones)
20. Stiff Competition (cover de Cheap Trick)
21. Under Pressure (cover de Queen)
22. All My Life
23. These Days
24. Outside
25. Best of You
26. Everlong
Yo quería estar ahí ): Lloro. Por culpa de la productora solo eran 20.000 personas. Foo fighters es un espectaculo para muchas mas, capaces de llenar cualquier recinto. La mala organizacion jugo malas pasadas para los fans como yo, los precios eran ridiculos. Pero me alegra saber que el show salió magnifico de igual forma, ojala haber podido estar ahí. Ahora solo se espera que otra productora los pueda volver a traer, y de forma mas organizada crear un show fantastico. Reitero, espero los traigan de nuevo, para todos los fans que por un tema fuera de nuestras manos no pudimos ir.