Este jueves 24 de enero, en una noche bastante fría en Londres, el exquisito ex Camden Palace rebautizado como Koko, albergó a unas 800 personas para lo que sería la presentación del cantante de Interpol, Paul Banks, y su segundo trabajo solista, titulando sencillamente Banks.
Comenzando recién un tour que lo llevará por diferentes ciudades europeas a lo largo de dos meses, Banks subió al escenario londinense pasadas las nueve de la noche y abrió el show con la melancólica «Skyscraper», parte de su trabajo anterior (firmado como Julian Plenti).
Si Interpol nos ha tenido acostumbrados a una puesta visual bastante cuidada, el show de Banks por el contrario fue bastante austero visualmente, así como también su manera de vestir. Frío, poco comunicativo y casi inmóvil nos introducía en su producciones como solista. La atmósfera estaba un poco rara, bastante lenta y fría también. El público trataba de descubrir el nuevo materia disco Banks. Parecía como si quisieran moverse pero algo los retenía. En algunos momentos del show, con temas como «Over My Shoulder», «Paid For That» y «Summertime is Coming», con cierta resemblanza al sonido de Interpol, el público lograba salir del letargo. Además, el single «Young Again» fue esperado y casi coreado.
Banks ha logrado una producción interesante que coquetea con otros géneros musicales dejando de lado la cadenciosa obscuridad de su banda mayor, pero no por completo. Éste fue un concierto al que la gente no vino a bailar. Fue un concierto introspectivo que sonó espectacular y valió la pena escuchar.
Texto y fotografías de Ricardo Vargas.