Guns N’ Roses: la leyenda aún vive

Una fría noche santiaguina fue la encargada de darle la bienvenida a Axl Rose y compañía. La banda oriunda de Los Ángeles se presentó por tercera vez en Chile, ante un Movistar Arena que tuvo que esperar más de dos horas para ver el show.

La jornada se iniciaba con la banda nacional Raíz Terca, que aprovechó su tiempo para hacer gala de un rock duro, con matices que pasaban desde funk hasta el folk. El sonido -que hacía recordar los primeros años de Weichafe y el trabajo que realiza ahora TronN- logró la aprobación del público, que ya comenzaba a impacientarse. Distinta fue la suerte que corrió Dion, la segunda banda a cargo de calentar los ánimos. Un rock de la nueva escuela, con guitarras apegadas al indie, no logró un positivo efecto en los presentes. La explicación se debe quizás a la larga espera y la poca compatibilidad en los sonidos. Tras interpretar temas como “Pueblo sin lugar”, “No digas que no” y “El callejón”, se despidieron cerca de las 12 de la noche.

Hablar de Guns N’ Roses no es sólo hacer alusión a lo estrictamente musical; por años fue la banda que sostuvo el estandarte de “sexo, drogas y rock and roll”. Y algo de esto queda aún en su vocalista, quien se niega a dejar de lado su título de rockstar. La espera generada por Axl terminó por brindar un espectáculo aparte, llegando incluso a peleas entre la mesa de sonido y el público que se empeñaba en arrojar objetos al sector.

Luego de dos horas de espera, y cuando el reloj marcaba la 1 de la madrugada, hacía su entrada el plato principal. “Chinese Democracy” – track perteneciente a su última placa- era la encargada de dar inicio a una larga noche. La espera del público fue recompensada inmediatamente con un especial del Appetite for Destruction: “Welcome to the jungle”, “It’s so easy” y “Mr. Brownstone” hicieron estallar el Movistar.

Las canciones de su más reciente álbum, el que demoró más de 10 años en ver la luz, se repartirían a lo largo del setlist. Fue en estas donde se pudo ver mejor el fiato que ha generado Axl con su banda, tratando de extirpar de alguna forma los fantasmas de Slash, Stradin, McKagan y Adler. “Sorry” y “Better” preparaban terreno para el solo de Richard Fortus, uno de los tres energéticos guitarristas en el escenario.

La pirotecnia se hacía presente con “Live and Let Die”, y el recinto se volvía a encender. La calma llegaba después con “This I Love”, donde quedó en evidencia que el paso de los años tiene sus efectos. Los tonos altos ya no son tan fáciles de alcanzar y parece más fácil quedar a mitad de camino. Aún así, Rose se las arregló para sacar adelante cada nota de la manera más digna. Logró reivindicarse después del deplorable show presentado en la última versión de Rock in Rio.

“Estranged” vino a marcar el punto alto de la jornada. Al escuchar los primeros acordes de la canción –que no había sido tocada hace más de 18 años– la ovación se dejó caer. En su versión original de casi 8 minutos, logró conmover por completo a las casi 13 mil personas que se encontraban en el recinto de Santiago. “Rocket Queen” volvía a imprimir violencia, para pasar a otro solo, esta vez de Dizzy Reed a cargo del piano. Baba O’Riley, de los británicos de The Who, se asoma entre los dedos del tecladista.

“Street of Dreams” ponía fin al repertorio de Chinese Democracy. De ahí en más, Axl Rose se mostró relajado, recibiendo los regalos del público y bromeando con su banda cada vez que podía. “You could be mine” y “Sweet Child o’ Mine” fueron coreadas de principio a fin, dejando la adrenalina de los asistentes al tope.

La entrada de un piano de cola ayudaba a suponer cuál sería el próximo tema. Mientras tanto, se iniciaba un jam que terminaría con Axl cantando “Another brick in the wall”, canción atingente a la realidad nacional. Los lienzos con motivos del movimiento estudiantil no demoraron en vestir las plateas. “November rain” era sin duda la canción más esperada de la noche y no dejó a nadie indiferente. La siguió “Don’t cry”, completando así la famosa trilogía de Del James, la cual no era tocada desde 1993.

Los covers se iban a tomar el show durante los siguientes minutos. Inició con “Whole Lotta Rosie” y “Riff Raff” –ambas de AC/DC – para terminar con el clásico de Bob Dylan “Knockin’ On Heaven’s Door”. La salida del escenario se marcaba con “Nightrain” y la euforia de un público fiel, que a pesar de la hora, se mantenía observando el show.

Luego de un corto receso, las guitarras acústicas daban forma a “Patience” y el ya conocido silbido de su inicio inundaba toda localidad. “Madagascar” mantenía la línea emotiva que sería radicalmente quebrada con “Paradise City”, para un final de fuegos artificiales y confeti.

Un espectáculo de 3 horas de duración, donde Guns N’ Roses trata de demostrar que aún tiene pulso. No contarán con el éxito de hace algún tiempo, pero sí con el antecedente de ser una de las grandes bandas de rock de las últimas décadas. La voz ni el estado físico de Axl le acompañan, pero si sus glorias pasadas que son, finalmente, las que mantienen la leyenda viva.

La banda ahora viajará a Argentina, para presentarse el día 8 de octubre en La Plata, y el 9 en la localidad de Córdoba.

GALERÍA DE FOTOS (clic para ampliar)

Fotografías cortesía de T4F Chile

Guns N’ Roses | Movistar Arena | 05.10.2011
Setlist

1. Chinese Democracy
2. Welcome To The Jungle
3. It’s So Easy
4. Mr. Brownstone
5. Sorry
6. Better
7. Richard Fortus Solo Guitarra (James Bond cover)
8. Live and Let Die (Paul McCartney & Wings cover)
9. This I Love
10. Estranged
11. Rocket Queen
12. Dizzy Reed Solo Piano (Baba O’Riley de The Who)
13. Street Of Dreams
14. You Could Be Mine
15. DJ Ashba Solo Guitarra
16. Sweet Child O’ Mine
17. Jam Instrumental (Another Brick In The Wall Pt. 2)
18. November Rain
19. Bumblefoot Solo Guitarra (Pink Panther cover)
20. Don’t Cry
21. Whole Lotta Rosie (AC/DC cover)
22. Riff Raff (AC/DC cover)
23. Knockin’ On Heaven’s Door (Bob Dylan cover)
24. Nightrain

Encore
25. Patience
26. Madagascar
27. Paradise City