El sexteto inglés encabezado por Bruce Dickinson se presentó ayer miércoles por séptima vez en Santiago, teniendo a Ghost y Slayer como invitados especiales. Las cerca de 60 mil personas que repletaron el Estadio Nacional tuvieron la oportunidad de disfrutar de Maiden England, un tour inspirado en su mítico registro en vivo de 1988 y que rescata lo mejor de su séptima placa, Seventh Son of a Seventh Son.
El público chileno ha llenado de romanticismo la relación con la “doncella de hierro”. El cortejo ha sido largo y dificultoso: el primer encuentro se vio truncado por el entonces gobierno de Aylwin, quien presionado por sectores religiosos no dio visa a los británicos por tratarse de “una mala influencia para los jóvenes”. Belisario Velasco, Subsecretario del Interior de aquellos tiempos, adoptaba el papel de aquel suegro represivo que se oponía rotundamente a la frenética unión.
Finalmente en 1996, y sin Bruce frente al micrófono, la “bestia” haría su debut. Luego de 17 años, con una fanaticada que ha ido in crescendo con el pasar del tiempo y con 15 álbumes editados, Iron Maiden viene a consumar el idilio con lo mejor que le ha entregado la experiencia. Es un amor, de esos maduros, con los que muchos sueñan y pocos logran concretar.
La banda sueca Ghost fue la encargada de prender los ánimos. Partieron ceremonialmente a las 18:30 horas. El eucarístico espectáculo presidido por Papa Emeritus II bordeó los 40 minutos de duración. La agrupación, que no tiene más de 5 años de vida, hizo gala de su ascendente carrera y aprovechó de presentar canciones de Infestissumam (2013), su LP más reciente. Así pasaron, entre otras, “Masked Ball”, “Infestissumam”, “Con Clavi Con Dio” y “Monstrance Clock”, las cuales lograron sacar algún tibio aplauso de los fanáticos. Un show que se apoyó bastante en lo estético, pero que dejó bastante que desear en cuanto a sonido.
El itinerario marcaba la hora de Slayer y el público así lo hizo sentir. La cancha del Estadio Nacional Julio Martínez Prádanos comenzaba a repletarse rápidamente de cabelleras ondulantes y chaquetas remachadas. Tom Araya (voz y bajo) jugaba de local y tenía, desde antes que iniciara el show, una victoria asegurada. El engendro chileno-americano hacía su entrada acompañado de Kerry King (guitarra), Gary Holt (guitarra) y Paul Bostaph (batería), quien se reintegró a la banda luego de la polémica salida de Dave Lombardo.
El gran águila escudaba el escenario para la primera tríada: “World Painted Blood”, “Disciple” y “War Ensemble” no escatimaron en daños y golpearon certeramente el cráneo de las primeras filas. “Muchas gracias por todo, siento el amor”, comentaba Araya con una inocente sonrisa y nuestro autóctono acento, el cual parecía no haber sido afectado por su vida en el extranjero. Siguieron “Mandatory Suicide”, “Hallowed Point”, “Dead Mask Skin” y “Hate Worlwide”, haciendo aparecer las primeras bengalas de la jornada. El público se teñía de rojo en un interminable mosh. Otro round se vivió en las galerías, donde los más enardecidos decidieron avanzar a toda costa a la cancha, encontrándose con la inútil retención por parte de la gente de seguridad.
Luego del clásico “Seasons in the Abyss”, canción que le da nombre a su disco de 1990, comenzó el emotivo homenaje al recientemente fallecido Jeff Hanneman, fundador y guitarrista de la banda. Las pantallas se inundaron de imágenes del blondo músico, mientras la banda interpretaba sus éxitos “South of Heaven”, “Raining Blood” y “Angel of Death”. El cuarteto se preocupó de incluir a su compañero sobre el escenario, llenando el ambiente de una fuerte carga emocional. “Hanneman still reigning” se leía en las dos pantallas gigantes instaladas a los costados del escenario, mientras se retiraban entre una estruendosa ovación.
Cerca de las 21:00 horas, la cancha ya no daba abasto. “Doctor Doctor”, la clásica antesala que Iron Maiden hace con el tema de UFO, ya se escuchaba en todo el perímetro. La masa comenzaba a agitarse y la euforia era incontenible. Un video lleno de parajes glaciares trató de mermar los ánimos, fallando al segundo en su intento. La bestia era liberada por segunda vez en el recinto de Ñuñoa, iniciando la carga con “Moonchild”. La respuesta fue inmediata y un coro de voces se unió a los ingleses. “Can I Play With Madness” y “The Prisioner” hacían caer a las primeras víctimas de los embates de la fiera europea. Tras “2 Minutes to Midnight”, Dickinson no podía disimular su alegría y agradecía a todos por el recibimiento. “Son 60.000 personas en este lugar” comentaba una y otra vez, no pudiendo salir de su asombro.
Los más fanáticos se deleitaron con “Afraid to Shoot Strangers”, tema perteneciente a Fear of the Dark (1992). “The Trooper”, hizo aflorar nuevamente las bengalas, mientras que el inconfundible galope en el bajo de Steve Harris se ponía a prueba. “The Number of the Beast”, canción por la cual Maiden fue categorizado de “satánico” por parte de las autoridades nacionales de comienzo de los ’90, se escuchó más fuerte que nunca. La muralla sónica de seis cuerdas compuesta por Dave Murray, Adrian Smith y Janick Gers demostró por qué se había convertido en el pilar del sonido heavy.
Acto seguido, “Phantom of the Opera” iniciaba el viaje hacía las etapas iniciales del grupo, cuando la doncella compartía escenario con Paul Di’Anno. Bruce jugaba con una “chupalla” lanzada desde el público y daba fe de su energía, incombustible a través de las décadas. Su falsete en “Run to the Hills” era evidencia suficiente para confirmar que mientras pasan los años, su calidad vocal no desaparece.
“Wasted Years” pasó pegada a “Seventh Son of the Seventh Son”, performance que se extendió por más de 10 minutos incluyendo a Eddie en una versión gigante al fondo del escenario, un tecladista y mucha pirotecnia. La primera parte se comenzaba a cerrar con “The Clairvoyant”, la legendaria “Fear of the Dark” y “Iron Maiden”, siendo acompañadas otra vez por Eddie, esta vez personificado con el estilo del disco al cual venían tributando en esta gira. Se despidieron rápidamente y salieron raudos del escenario.
La voz de Winston Churchill alentando a las tropas británicas avisaba la llegada de “Aces High”, la cual iniciaba una violenta arremetida donde Nicko McBrain se lucía tras su fortaleza de tambores. “The Evil That Men Do” cerraba el ciclo del séptimo hijo y daba paso a “Running Free”, donde Bruce aprovechó de promocionar su cerveza Trooper. Luego de jugar con el público por varios minutos entre el vaivén en los toms de Nicko, cerraron la noche agradeciendo por la increíble entrega de la fanaticada chilena y dejando instalado el desafío para su próxima visita: contar con 80.000 espectadores.
Iron Maiden decidió asentarse en Chile para formar familia: un DVD, En Vivo! (2012), a cargo de Sam Dunn y tres generaciones de incondicionales seguidores. El fiato de ambas partes es innegable y con el transcurso del tiempo, el reencanto es evidente. Luego del concierto vivido el miércoles, Maiden tomará un receso para descansar de su gira mundial y ver qué rumbo seguir. Sea cual sea, la respuesta de los fanáticos locales siempre será la misma: ACEPTO.
GALERÍA DE FOTOS
Iron Maiden en Chile | Estadio Nacional | 02.10.2013
Setlist
– Doctor Doctor –
1. Moonchild
2. Can I Play whit Madness
3. The Prisioner
4. 2 Minutes to Midnight
5. Afraid to Shoot Strangers
6. The Trooper
7. The Number of the Beast
8. Phantom of the Opera
9. Run to the Hills
10. Wasted Years
11. Seventh Son of the Seventh Son
12. The Clairvoyant
13. Fear of the Dark
14. Iron Maiden
Encore
– Churchill’s Speech –
15. Aces High
16. The Evil That Men Do
17. Running Free
Niquiii te ami
estubo super wueeeeeeeeeeeeeeeeno el recital por la xuxa la kgo ctm !!!!! y teni razon cris_11_11 estaba super rico steve harris como siempre rico rico lo mejor de la noxe fue verlo a el y terminar entera mojada !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!kreo que todas todas solo fuimos a verlo a el puta el csm rico wm mecorto las venas por ese wm me agarraria de su pelo como yegua es muy rico estoy emborrachada todavia de tan solo imaginar a steve !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! mujeres no se hagan las weonas comenten lo que nunca le an kerido desir al mundoooooooooooooooooooooooo maiden lo mejor medio quinteto
INCREIBLE!!!!!!!!!!!!!!! Sigo enamorada de Steve, igual de rico que siempre! Bruce con la voz impecable, Nikko genial y los 3 de las 6 cuerdas ESPECTACULARES!