Los británicos Iron Maiden decidieron meterse de lleno en el negocio de los alcoholes. Su vocalista, Bruce Dickinson, es un aficionado a la cerveza inglesa y fue el principal impulsor de Trooper, la nueva bebida de la banda. El trago contiene 4,7 grados de alcohol y es producida por la cervecería británica Robinsons.
«Su magia ha sido la creación de la boda alquimista entre sabor y textura que tiene Trooper. Me encanta», dijo Dickinson acerca de la elección de la prestigiosa Robinsons para la fabricación del producto. La cervecería funciona desde el año 1838, cuenta actualmente con alrededor de 13 variedades de cervezas premium y se ha transformado en una de las empresas más grandes y exitosas del Reino Unido.
La etiqueta del trago retrata la portada del clásico de Iron Maiden, «The Trooper», (Piece of Mind, 1983), canción inspirada en la Batalla de Balaclava ocurrida en 1854 durante la Guerra de Crimea, lo que la hace inmediatamente reconocible gracias a la figura de la emblemática mascota de la banda, Eddie.
Tragos rockeros
Al igual que Iron Maiden, otros íconos del rock mundial ya habían probado esta fórmula. Bandas como Sepultura y AC/DC también tienen su propia línea de cervezas rockeras. Un poco más allá han ido Motörhead y Kiss, quienes fácilmente podrían llenar un bar con todos sus productos; mientras los liderados por Lemmy Kilmister tienen en su catálogo vino, cerveza y vodka, Kiss sólo posee los dos primeros tragos.
Además, hay una gran cantidad de bandas que tienen su línea de vinos. Entre ellos se encuentra Slayer con su Reign in Blood, Queensryche y su Insania y el fanático del vino, Maynard James Keenan (Tool, A Perfect Circle), con Caduceus.