«No fue un año muy santiaguino», asegura Javier Barría sobre el 2012. En octubre su disco Llorar en la Calle ya estaba publicado pero sus viajes a regiones y fuera de Chile no le permitieron hacer el estreno en vivo que tenía en mente. Un concierto que se realizará finalmente el próximo 29 de agosto en el Anfiteatro Bellas Artes Viaje Inmóvil.
A pesar de encontrar el tiempo, agosto ya es un mes ocupado. Los primeros días cruzó la cordillera para actuar en Mendoza, San Luis y Villa Mercedes; la segunda semana estará en un centro cultural capitalino con el dúo peruano Alejandro & Maria Laura, y el jueves 22 será parte del festival Rock Carnaza en Valparaíso junto a músicos como Claudio Narea y Angelo Pierattini.
Tanta actividad lo ha llevado a tocar solo, en un trío y a banda completa. Por eso, adelanta: «voy a juntar a los músicos con los que he trabajado durante los últimos tres años. En Santiago son dos formaciones, una más rockera para este álbum y la otra que se armó para El Diminutivo del Frío (2010), con la que sigo tocando».
Iván González (guitarra), Rodrigo Muñoz (bajo) -que también son parte de la banda de Camila Moreno- y Gabriel Oporto (batería) de los extintos Pájaro integran una de ellas. La otra está formada por Guillermo Eisner (teclado, bajo) y Mauricio López (batería).
Junto a ellos mostrará el disco que «ha sido la puerta de entrada a harta gente nueva», ya que agotó su primera edición en CD a través de La Tienda Nacional y las descargas gratuitas en su página de Bandcamp no paran. «El concierto está pensado como el lanzamiento formal que se merecía», promete.
La cadena de frío
El proceso para llegar a las 11 canciones del álbum no fue simple. Tras la edición de Introducción a la Geometría (2009), compuso «No te sientes en el suelo», «La casa nueva» y «A salvo», entre otras, con «una idea muy clara de lo que que quería», pero no encontraba más que les hicieran el peso, por lo que pasó el tiempo y editó otro disco, completamente diferente.
– ¿Cómo fue retomar ese material?
Fue complicado en un comienzo, como dejar la carne en el congelador y que después se demore en descongelar, medio raro, pero igual las canciones ya las estaba tocando en acústico. No es que estuvieran muertas ni nada, pero estaban pendientes. Traté de tomar el mismo espíritu y creo que se logró.
– ¿Y ha quedado alguna en el olvido?
Hay algunas que no encontraron nunca su lugar, no encajan. Hay una que me arrepentí de dejarla de lado en Introducción a la Geometría. La reemplacé a última hora antes de entrar en el estudio y ahora la puse como lado B en un EP (Avión, 2012), pero ya fue, era como para sacarla. Deben quedar unas cuatro o cinco de ese mismo tiempo. Ni yo me la sé ya.
– Llorar en la calle lo estrenaste en 2012 y ahora haces la presentación oficial, ¿por qué?
El año pasado fue muy particular porque fue de hartos cambios y viajes. No estuve mucho acá, casi la mitad afuera, entonces primero quería terminarlo, pero no me dio la cabeza para pensar en un gran concierto que era la idea. No estaba tocando con banda, entonces lo postergué para este año pero empezó a pasar lo mismo. Viajé, estuve un tiempo en Argentina, recién me instalé en Santiago en mayo.
– Pero ahora coincidirá con una reedición del disco…
Sí. Igual está bueno porque las canciones ya tienen un rodaje tanto en vivo, como para quienes han comprado el disco y lo han bajado.
Sensibilidad común
Aunque siente una cercanía en la «búsqueda y en la experimentación» con algunas bandas chilenas, muy importantes han sido las influencias extranjeras. Uno de esos nombres es Luis Alberto Spinetta, compositor argentino que murió en 2012 y para quien está dedicado con «pura gratitud» este disco.
– Siempre has nombrado a Spinetta, The Smiths, Leonard Cohen y ahora último hiciste un cover de James Blake…
Hay una línea que sigo. Pasa que igual escucho un montón de música pero no toda me influencia, hay cosas que no puedo tomar de gente, como Tom Waits o Bruce Springsteen… bueno, de él sí algunas cosas, de hecho el concierto será muy Springsteen, él es muy importante.
Creo que Jeff Buckley fue el que catalizó todo. Estaba bien desordenado, me gustaba mucho imitar, copiaba, agarraba de todo. Me costó años lograr algo más propio, pero fue como una guía, ya que el tipo en sí era una síntesis de muchas cosas, Led Zeppelin y otros músicos más que me gustaban, como Nina Simone.
– ¿Hay un punto en común en todos ellos?
Es una especie de nostalgia pero no se sabe de qué, algo tiene la voz Buckley, la voz de Blake, la de Thom Yorke también. Radiohead ha sido muy importante en la creación de esta estética o lo que yo busco por lo menos. Hay una línea. Escribo una columna en El Guillatún sobre músicos no tan conocidos. Ahora escribí sobre Ryūichi Sakamoto. Llegué a él por Spinetta.
– ¿Se puede definir de alguna manera?
Yo creo que la palabra adecuada es sensibilidad. Una sensibilidad en común en la música de Sakamoto, la voz de Blake, la de Ruffus Wainwright. Ya no trato de pensar en eso, cuando hago canciones nuevas no digo ‘quiero el piano de’, esas cosas ya toman su curso natural.
– Entonces la influencia para el último disco es tu propio trabajo…
Me puse el ejercicio de hacer un disco como yo, algo que he hecho. En Llorar en la calle puedo reconocerme, me suena a mí. Como que estuve experimentando en los anteriores o buscando cosas, pero acá paré y dije ‘quiero hacer algo que ya hice’, mejor hecho, o con más experiencia.
De Chile y Latinoamérica
«Ha valido la pena el trabajo. Ha sido lento, es más complicado para un músico extranjero pero ya estoy en un punto de que hay público», señala Barría sobre sus constantes viajes a Argentina desde hace unos cuatro años. Pero su territorio se comienza expandir, para sumar a Perú, Colombia y Uruguay.
En Chile, en el año 2011, abrió un concierto del uruguayo Jorge Drexler en el Teatro Caupolicán, idea de la productora a cargo. Este año fue invitado a otro show y cantó dos canciones con él, una de ellas compuesta antes de salir al escenario. «Estoy súper agradecido, porque es un reconocimiento que me permite llegar a un público que no llegaría fácilmente».
– Ambos colaboraron en el disco La Bala (2011) de Ana Tijoux, ¿cómo pasó eso?
Fue una idea de ella, a mí me lo propuso por Myspace en esa época, fue hace un par de años ya. Me buscó, según ella por admiración. Me gusta mucho el hip hop, no lo he podido desarrollar pero siempre he sido cercano a la música negra.
– Igual has incursionado en diferentes estilos, la canción de autor, el rock…
Tengo un pie en cada lado, cuando agarro una guitarra acústica un pie en la trova, cuando agarro la guitarra eléctrica más cercano a Leo Quinteros o a Matorral, cuando toco el piano, no sé… siento hermandad y afinidad con muchos músicos, como los que nombré y también con Prehistóricos y Portugal, que es una de mis bandas favoritas actualmente.
-Sin embargo, se tiende a encasillar, en tu caso a una generación de solistas.
Nunca me he esforzado por pertenecer a un grupo, me ha tocado por una cosa generacional. En el 2009 éramos todos nuevos. En un momento se habló mucho de los cantautores y yo estaba ahí. Nos topamos alguna vez en festivales, pero yo venía y sigo, me tocó tangencialmente, partí ahí.
Desde el miércoles 21 de agosto, la Radio Usach (94.5 FM) trasmitirá el ciclo Yo no canto por cantar: Sesiones acústicas por Víctor Jara, en las que junto a Manuel García, Felipe Cadenasso (Matorral) y Nano Stern, entre otros, lo recordarán a 40 años de su ejecución.
La relación de Barría con el autor de «Luchín» es emotiva. «Mi vieja tenía un cassette y cuando lo escucho me retrotrae a mi infancia», confiesa. Su idea es hacer algo totalmente diferente, «para quitarle esa solemnidad que hay acá con algunas figuras». Algo que ya hizo en un video promocional para la película Violeta se fue a los cielos (Andrés Wood, 2011).
Luego, quiere seguir viajando fuera y dentro de Chile, además de preparar nuevo material. «El año pasado no compuse nada, recién en el verano sentí la necesidad de volver a hacerlo, ya tengo como ocho canciones, algo parecido a un disco, pero no quiero apurarlo».
Escucha Llorar en la Calle completo:
Javier Barría + Alejandro y María Laura (Perú)
Viernes 9 de agosto – 20:00 horas.
La Plaza Centro Cultural – Gerona 3410, Ñuñoa.
Valor: $3.000Rock Carnaza: La ciudad de las canciones
22, 23 y 24 de agosto – 20:00 horas.
Teatro Municipal de Valparaíso – Avenida Uruguay 416.
Entrada liberada.Lanzamiento de Llorar en la Calle
Jueves 29 de agosto – 21:00 horas
Anfiteatro Bellas Artes Viajeinmóvil – Parque forestal s/n.
Valor: $7.000
Día del evento: $8.000
Entradas disponibles a través del sistema Ticketek.
Sin recargo en La Tienda Nacional – Merced 369, Barrio Bellas Artes.
Escuche hoy lo de la Usach y muy bueno. ¿Las entradas para el lanzamiento son solo en ticketek?