Fueron 7 al hilo, pero perfectamente podrían haber sido más. El cumpleaños 16 de Chancho en Piedra superó sus propias expectativas, y con lleno total de sus fieles seguidores en todos los shows, la banda santiaguina realizó en el Teatro Teletón uno de los conciertos más notables y sorprendentes que se recuerden en Chile.
El conjunto formado por Lalo Ibeas, los hermanos Pablo y Felipe Ilabaca, y Toño Corvalán anunció hace exactamente dos meses esta celebración en grande. Y grande fue también la curiosidad por saber si efectivamente serían capaces de aguantar tan magno evento, pese a que el cuarteto se sometió a una estricta preparación física para llevar a cabo el concierto que se convirtió, como dijo Lalo, en una verdadera «máquina del tiempo», que recorrió la trayectoria de una de la bandas más importantes del país y con un público a toda prueba.
Bebidas energéticas, cafés y todo lo que ayudara a mantenerse en pie fue empleado por los «marranos», quienes desde antes de las 10 de la mañana hacían fila para ingresar al recinto capitalino. Justo al mediodía, el periodista Carlos Zárate apareció en la pantalla gigante y presentó el disco debut de Chancho en Piedra, Peor es mascar lauchas, dando inicio a la maratónica jornada con sus integrantes disfrazados de animales y montando una puesta en escena que ya es marca registrada de la agrupación.
Pero no sólo el periodista de Canal 13 se hizo presente en «7 al hilo»: también introdujeron los otros discos el cantautor Tito Fernández, «el Temucano», con el clásico «Me gusta el vino»; el periodista y co-creador de 31 minutos, Pedro Peirano; Juan Carlos Bodoque, personaje de 31 minutos; la ex presidenta Michelle Bachelet; el pianista Valentín Trujillo; y el periodista y conductor de programas como Mea Culpa y El día menos pensado, Carlos Pinto, lo que demuestra la transversalidad y el impacto que ha logrado durante todos estos años Chancho en Piedra.
El comienzo con el álbum de 1995 fue un tiro directo al recuerdo, con imágenes de fondo del empeño de los primeros videoclips que contrastaban con la interminable energía de la banda 16 años después. Un cover de Infectious Grooves, la actualización de algunas letras -por ejemplo, ahora «Lolín» filma en HD- y la presentación de un «viejo» Socio Pato marcaron el primer show de la jornada, que a esa altura ya anotaba decenas de «Viva Chile mierda y los Chancho en Piedra» y centenares de «Juanitos» que invadían poco a poco los sectores del teatro.
Días antes del concierto, Pablo Ilabaca declaró que las canciones serían interpretadas lo más exactas posibles a su grabación original. Y así fue, pues los sonidos no se alejaron mucho de cómo fueron conocidos por sus fanáticos. La banda no dejó de lado el humor que los caracteriza, animando con chistes los espacios entre cada canción, el infaltable «Waka waka» por parte de KVZon y la vuvuzela que cada cierto rato tocaba Toño, además de la aparición de una imagen del famoso pulpo Paul.
El concierto conitnuó con la presentación de El Tinto Elemento (2002), que entregó momentos destacados como la coreada «Animales disfrazados» y el excelente acompañamiento de Ismael Oddo, de Quilapayún, en «Invitación».
La celebración siguió con uno de los mejores momentos del día: vestidos con disfraz alienígena, la agrupación de La Cisterna desplegó con calidad y energía el álbum Ríndanse Terrícolas (1998), que incluyó la aparición de Satanás en el tema «Mandinga» unido a la interpretación de «Thriller» de Michael Jackson, además del impecable complemento del conjunto de bronces y de DJ Caso en el scratch.
La tónica continuó con Desde el batiscafo (2005) y subió más cuando, previa presentación por parte de la ex presidenta Bachelet en un video, vino el turno de Marca Chancho (2000), que pese a algunos traspiés debido al cansancio de los músicos, elevó los ánimos de los asistentes que corearon sin parar «Historias de amor y condón», «El curanto», «Me vuelvo mono» y el himno por excelencia de la fanaticada, «Hermanos marranos».
Ya a las 10 de la noche, la última entrega de estudio de Chancho en Piedra, Combo Show (2009), fue atendida sin mayores sobresaltos por el público, que se preparaba para lo que sería el final de la fiesta.
Pasada la medianoche, cuando se cumplían exactamente 12 horas desde el comienzo de la celebración, el periodista Carlos Pinto presentó, tal como en su primer track, el álbum La dieta del lagarto (1997), el segundo trabajo de la banda y pieza clave en su discografía, que con notables arreglos funkys, como la intro de «Huevos revueltos», «Edén», «Empresaurio» y «Viejo diablo», calentó la helada madrugada santiaguina y de pasó cerró la gran fiesta organizada por Chancho en Piedra para sus incondicionales fans, quienes pese a lo descabellada que sonaba la idea de un concierto con un repertorio que duraría más de 12 horas (que finalmente fueron 13 y media), aguantaron de principio a fin una jornada definitivamente histórica para la música chilena.