En la segunda presentación de los suecos Opeth en Chile, la noche del miércoles 28 de marzo, el cariño por la agrupación quedó de manifiesto con un Teatro Caupolicán casi en su máxima capacidad. Un show de casi dos horas de duración en el que los presentes vibraron de principio a fin.
Los locales Mar de Grises fueron los encargados de abrir el concierto, y en aproximadamente media hora fueron la antesala perfecta. Su nuevo vocalista Germán Toledo demostró porqué fue elegido para reemplazar a Juan Escobar tras su alejamiento. Con temas como “Recklessness” y “To See Saturn Fall”, calentaron el ambiente y fueron muy aplaudidos.
Finalmente, a las 21 horas en punto, las luces del Caupolicán se apagaron y Opeth salió a escena. “The Devil’s Orchard”, primer single de su nueva placa Heritage (2011), una composición de ritmos progresivos que sonó pulcra y nítida. El resultado: una ovación cerrada y aplausos que no cesaron.
Las palmas acompañan a “I Feel the Dark”, otro corte de su nuevo disco, tras el cual su líder Mikael Åkerfeldt (voz, guitarra) se comunicó con la audiencia por primera vez en la noche “Muchas Gracias, es fantástico estar de vuelta”, comentó, para presentar a continuación un tema “de la vieja escuela”, el primer clásico de la noche: “Face of Melinda” de Still Life (1999). Una verdadera sorpresa se sus seguidores, puesto que es un tema poco habitual en sus setlist, y que fue respondido con los “olé olé” del público.
“Slither”, de melodías más rápidas y mucho más compacta, fue dedicada a la memoria de Ronnie James Dio. Tras “Windowpane”, vendría otro tema poco habitual: “To Rid the Disease”. “Esta vez aprovechamos de concocer un poco más de Santiago y sus tragos locales”, bromea Åkerfeldt. “Si el próximo tema nos sale mal, culpen a Martín (Méndez, bajista uruguayo de la banda).
“Burden” sigue en la lista, sonando mejestuosa y melancólica. La canción, es una de las preferidas de su público, donde destacan las armonías en guitarra de Åkerfeldt y el ex Tiamat, Fredrik Åkesson, presente desde 2007 en la banda. “Mi amigo Steven Wilson (Porcupine Tree) les manda saludos”, remató Åkerfeldt.
Con el correr de los temas, era posible apreciar la evolución musical de los suecos. La mente creadora tras Opeth, Mikael Åkerfeldt, fanático del rock setentero, dejaba sentir aquellas influencias en cada nota, como en los sencillos “The Lines in my Hand” o “Folklore”, para luego retomar sus raíces más pesadas en la aplaudida “The Grand Conjuration”, donde se pudo escuchar por primea vez su voz de tonalidades más guturales.
El quinteto se despidió con “The Drapery Falls”, tema de poco más de 10 minutos, para volver al poco tiempo con “Deliverance”, otro épico corte de larga duración. Un cierre perfecto para un sow que bordeó los 120 minutos, que si bien estuvo cargado en composiciones de su nuevo disco, demostró su calidad interpretativa, su constante evolución musical y su especial relación con el público.
GALERÍA DE FOTOS (clic para ampliar)
Opeth | Teatro Caupolicán | 28.03.2012
Setlist
1. The Devil’s Orchard
2. I Feel the Dark
3. Face of Melinda
4. Slither
5. Windowpane
6. To Rid the Disease
7. Burden
8. The Lines in My Hand
9. Folklore
10. The Grand Conjuration
11. The Drapery Falls
Encore:
12.Deliverance