Con pirotecnia y un ambiente de celebración, Lollapalooza Chile cerró su séptima edición, la que mayor convocatoria ha logrado en sus siete años de historia. Cerca de 160 mil personas asistieron este 1 y 2 de abril al que se ha consolidado como el evento musical más masivo del país.
El domingo, la calurosa jornada comenzó poco después de mediodía, con la presentación del grupo de hip hop Liricistas en el Itaú Stage. Pocos minutos después, Tus amigos nuevos y Chicago Toys daban inicio a las actividades en el Lotus y Acer Windows 10 Stage, respectivamente.
Uno de los puntos más llamativos de la versión 2017 del festival fue el horario de llegada del público: si bien en años anteriores el Parque O’Higgins parecía repletarse pasadas las 5:00 de la tarde, en esta oportunidad los asistentes comenzaron a llegar en gran número desde tempranas horas de la tarde, lo que permitió que los primeros actos del día contaran con una audiencia considerable.
En el aspecto artístico, la mezcla sin prejuicios de estilos y generaciones fue una de las características más notorias del cartel: en el mismo día que Duran Duran -banda británica que suma casi cuatro décadas de historia- deslumbró a la concurrencia con una sólida puesta en escena, artistas jóvenes como Catfish and the Bottlemen, Melanie Martínez y The Weeknd -todos menores de 30 años- demostraron su arrastre.
Los programadores del festival parecen haber dado con una fórmula que funciona cada vez mejor, sin importar las críticas que recibe a menudo entre el público más adulto. En este mismo sentido, destaca la importancia que ha cobrado año a año el Perry’s Stage. El domingo, el público más joven del festival llenó por completo el escenario dedicado a la música electrónica, no solo para el cierre a cargo de Martin Garrix, sino durante toda la tarde, causando el cierre ocasional del recinto.
En otro rincón del parque, el ambiente era casi opuesto: el Kidzapalooza se erigió una vez más como un oasis para los niños, que durante el festival no solo pudieron disfrutar de propuestas musicales diseñadas para ellos, sino también de una variedad de juegos y actividades. Mientras tanto, en los escenarios principales, grupos como Jimmy Eat World y Two Door Cinema Club hacían cantar al unísono a miles de personas.
Tras dos largas jornadas, Lollapalooza Chile 2017 se despidió con el concierto de The Strokes. La banda neoyorquina ofreció un cierre, fiel a su estilo desgarbado, que cumplió con las expectativas y pareció dejar más que satisfechos a los fanáticos, que tuvieron que esperar más de 11 años para poder verles nuevamente en Santiago.