La cantante neozelandesa Lorde se ha convertido en un fenómeno del pop y la vorágine de su éxito le traerá a Chile en marzo como parte de Lollapalooza 2014. Pero antes hacerse conocida ella mostró su talento para el rock.
En el mundo del pop, a veces poblado de plástico y propuestas pobres en contenido, Lorde ha surgido como un diamante en bruto. Extraña, refrescante y joven. Tiene sólo 17 años y un álbum de estudio (Pure Heroine, 2013), pero el mainstream ya puso sus ojos en ella.
Como sucede a menudo, el pasado de la niña promesa del pop tiene raíces en el rock: cita a Fleetwood Mac como una de sus mayores influencias y en 2009 formaba parte de un grupo llamado Extreme, que participó en un concurso de bandas escolares, versionando «Man on the Silver Mountain” de Rainbow y «Edie (Ciao Baby)» de The Cult.
Con sólo 12 años, Lorde -cuyo nombre real es Ella Yelich-O’Connor- se puso en el difícil rol del gran Ronnie James Dio y logró salir airosa del reto. Aquí la evidencia:
Bonus track: Lorde versionando «Everybody Wants to Rule the World» de Tears for Fears para la banda sonora de la segunda parte de Juegos del Hambre: