La cita del jueves por la noche reunía a dos bandas insignes en brutalidad y extremidad sónica, concierto no apto para cardíacos: por un lado, la pesadez y tecnicismo de Suffocation, y el grind/death de Napalm Death, banda muy querida por el público chileno.
El show comenzó a la hora prevista. El sonido no estaba tan saturado como en otras oportunidades, (el Novedades no es el mejor recinto para este tipo de eventos), y la voz de Frank Mullen se escuchaba fuerte y poderosa. Los integrantes de Suffocation no paraban de agitar sus cabezas, y era evidente que lo pasaban muy bien sobre el escenario; varias veces debieron esperar antes del inicio de algunas canciones, debido a los cánticos. Los típicos “olé olé” por parte del público resonaban en el local con mucha fuerza.
En poco menos de una hora, Suffocation repasó clásicos como “Breeding the spawn” y temas de su más reciente placa, Blood Oath, pero sin duda uno de los puntos más altos fue el cierre con “Infecting the crypts”, de su primer larga duración Effigy of the Forgotten. “Vamos a levantar a los muertos ahora”, bromeaba su vocalista. Con una bandera chilena como trofeo, los neoyorquinos se retiran con una gran sonrisa en sus rostros.
Tras 20 minutos de espera, Napalm Death aparece muy sigilosamente, tomando por sorpresa a todos y Mark «Barney» Greenway (voz) saluda al público, que de inmediato responde con una gran ovación, y sin tregua, arrancan con “Strong-Arm”, tema que abre su más reciente producción Time waits for no slave (2009), para de inmediato desatar euforia colectiva.
La banda repasó casi al principio de su presentación un clásico: “Suffer the Children”. Su vocalista, muy energético durante todo el show, se movía de un lado a otro, sin parar, mientras Shane Embury machacaba sin piedad su bajo, y Mitch Harris en guitarras, ejecutaba las segundas voces en los temas. Mención aparte para Danny Herrera, muy sólido tras la batería.
Desafortunadamente, la voz de Barney no se escuchaba bien, pues estaba demasiado baja, aspecto que recién a la mitad del show se superó.
La banda continuó con temas como “Life and Limb”, “Diktat”, “When All is Said And Done” – que incluyó un discurso en contra la guerra por parte de Barney, quien dicho sea, se comunicó en un buen español gran parte del concierto- y la muy bien recibida “From Enslavement to Obliteration”, del la placa homónima.
Si algo caracteriza a Napalm Death, son sus cortas canciones, directas al hueso. De esta forma, suenan sin pausas, luego de la clásica “Scum”, “Life”, “The Kill” y la infaltable “You suffer” (que posee el record guinness de ser la canción más corta del mundo con sus 1,316 segundos de duración.
El acostumbrado cover de los hardcore punk Dead Kennedys, “»Nazi Punks fuck off»”, ya nos anuncia el final, para cerrar esta primera parte con “Persona non grata”.
Corto receso, para que los ingleses, agradecidos del cariño del público nacional, arranquen con “Time waits for no slave” y finalmente, luego de 70 minutos de presentación, concluir la agitada noche con “Siege of power”, para dejar a un Novedades feliz y a su máxima capacidad. La banda reverencia a sus fanáticos chilenos y se retira raudamente del escenario, para que el público, luego de casi tres horas de un intenso concierto, se retire en normalidad.
Desgraciadamente así no lo entendió la fuerza policial en el exterior, quienes lanzaron gases lacrimógenos. Fue una pena, pero esto no empañó la gran jornada de la noche del jueves, junto a dos bandas que se entregaron al cien por ciento.
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