La banda norteamericana ofreció, en su primera visita a Chile, un show impecable en el Teatro Caupolicán.
Si bien en Chile se han presentado las principales bandas del heavy metal, había una que tenía una deuda pendiente con nuestro país: Manowar, grupo que profesa el “verdadero heavy metal”, formado en Nueva York a principios de los 80. Un referente innegable del estilo, con sus temáticas sobre guerras, espadas y vikingos. Su primera vez en Chile se hizo notar, con un Teatro Caupolicán casi a su máxima capacidad.
La velada comenzó pasadas las 20 horas con los nacionales Chronos, quienes en cierta medida tuvieron que lidiar con un público ansioso de ver a Manowar. En media hora de presentación, repasaron temas como “Apología”, “La profecía”, y nuevas composiciones como “Odin» y “Sexo por dinero”. Mención especial para Eduardo Topelberg, su ex batero quien asumió roles vocales y se presentó con diferentes trajes en cada tema.
Lo cánticos del público no cesaban, Finalmente, a las 21.20 horas, las luces se apagan, y un intro nos lleva de inmediato a “Hand of doom” de su disco Warriors of the World (2002), para de inmediato provocar una respuesta eufórica con un sonido potente que remeció los cimientos del Teatro Caupolicán. “Call to Arms” hace saltar a todos, con un final apoteósico.
“Swords on the wind” relaja el ambiente y aparecen los encendedores meciéndose, para que a continuación Karl Logan (guitarra) ofrezca un solo, y retomar la potencia con “Let the gods decide”. Luego, un emocionado Joey DeMaio, (bajo), habla en un perfecto español y se refiere al público chileno como “el más loco del mundo” y «muy buena onda”, prometiendo una próxima visita. Obviamente, los presentes aplauden sin cesar.
“Die for metal” continúa, para luego interpretar “Son of Odin”, en la cual su vocalista, de impecable performance, con una voz que no parece dañarse con el paso de los años, se equivoca en la letra, provocando la sorpresa, y a la vez, un momento de distensión, con un Eric Adams pidiendo disculpas, para retomar a continuación junto al aplauso de apoyo del público.
Luego del pequeño lapsus, Eric motiva a los presentes a cantar. Un solo de bajo, de Joey DeMaio, continúa, para proseguir con “God or Man”, la poderosa “Loki god of fire” y cerrar la primera parte con “Thunder in the sky”.
Pequeño receso para retornar con un himno, coreado a todo pulmón por los presentes: “Warriors of the World united” suena épica y sublime, con un gran desempeño en batería, seguida de “House of the dead” y el filnal apoteósico con “King of Kigns” y un Joey DeMaio literalmente haciendo añicos las cuerdas de su bajo.
Concierto redondo, de una leyenda del heavy metal, que se fue con la mejor impresión del público nacional.
Ya con la banda fuera del escenario, suena como outro “Army of the dead”. Algunos se quedan esperando el regreso… podrían hacerse muchas críticas, especialmente que la banda no interpretó muchos de sus temas clásicos, lo que molestó a muchos, pero el show de los neoyorquinos fue en resumidas cuentas una verdadera lección de heavy metal.