Fotografía: Mauricio Navarro
El domingo 4 de marzo se reunieron en el Teatro Caupolicán agrupaciones nacionales de distintos estilos, unidas por el denominador: el rock. Desde el metal, hasta el hardcore, pasando por el punk, el Escudo Power Fest 2012 prometía una jornada maratónica desde las 16:00 horas.
Devil Presley, Los Mox, Hielo Negro, Alejadro Silva, Yajaira, Dorso, más el cierre final de la gira de BBS Paranoicos junto a Criminal (quienes se presentaron previamente en Antofagasta, Concepción, Osorno, Coquimbo y Valparaíso), marcarían casi siete horas de potencia y altos decibeles, frente a un público que no mostró signos de cansancio en ningún momento.
Devil Presley se encargó de encender al público que comenzaba a llegar en forma paulatina al recinto de San Diego. Los liderados por Rodro Presley se fueron a la segura e interpretaron, dentro del poco tiempo que tuvieron, “DP4 Life”, “Aguardiente”, la coreada “Perro Rabioso” y “Belcebú”, entre otras. Una de las primeras presentaciones en festivales con la nueva alineación. El sonido no estuvo mucho a la altura de las circunstancias, debe recalcarse.
Rápidamente, Los Mox! subieron a escena. Con un show un poco más largo que sus predecesores, lograron animar a todos con su punk de influencias crossover. El trío motivó a la concurrencia con cortes como “Killing the Chicken”, “Curao Manejo Mejor”, “Te ves tan linda cuando tomo”, entre otras. Macuco (bajo/voz) pregunta “¿cómo está la caña hoy cabros?”, para despacharse “Estoy con Caña” (canción bastante ad-hoc para el día y la ocasión). También aprovecharon de repasar un par de covers, entre ellos, versiones en español de “Rompiendo la Ley” (Judas Priest) y “As de Espadas” (Motörhead). El público lo pasó bien con los Mox!. No en vano, la banda ha denominado su estilo como “hueveo-core”.
Las melodías densas y pesadas de Hielo Negro sonaron a continuación. El trío de rock patagónico comenzó con “Cemento”, y “Perro de la Noche”, pero también aprovecharon la ocasión para interpretar temas de su más reciente disco Altas Mareas (2011), como “En la Ruta”, y otras más conocidas como “Purgartorio Bar” y “Shaman”, con la que cerraron su show. Marcelo Palma (voz/guitarra) se despidió de los asistentes con un “¡Gracias cabros, se pasaron!”, agregando “¡Queda mucho aún, disfruten las demás bandas”.
Siguió el destacado y virtuoso guitarrista nacional Alejandro Silva. El músico basó su set en nuevos temas, interpretando cortes instrumentales que fueron escuchados con respeto por los asistentes que ya estaban con la adrenalina a mil a estas alturas. Pese a ello, fue bastante aplaudido en su repertorio de casi media hora, con un sonido que había mejorado notablemente desde el inicio de la jornada.
Yajaira, la banda comandada por Miguel “Comegato” Montenegro (ex Supersordo, ex Necrosis, Eletrozombies) llenó de sonidos pesados y demoledores el Caupolicán. Su stoner rock realmente sacudió los cimientos del recinto, con temas como “Nada fue Igual”, “Vuelve a arder” y “Estados Alterados”, aprovechando también de presentar un nuevo tema: “Las Cruces”. Muchos se sorprendieron de la calidad de la agrupación, lo que se demostró con fuertes aplausos. Yajaira no es una banda que se presente en vivo muy seguido, por lo cual se disfrutó a cabalidad su show de riffs densos y viscosos.
Ya entrando en la noche, se anuncia la presentación de Dorso, una de las bandas más queridas del metal chileno. El cuarteto liderado por Rodrigo “pera” Cuadra venía con un nuevo disco bajo el brazo, Recolecciones Macabras del Campo Chileno (2011), del que sonaron “Vacalaca”, “Recolecciones Macabras”, la experimental “El Cuero” y “Carchancho”, dejando espacio, por supuesto, para recorrer su discografía con “Deadly Pajarraco”, “El Espanto Surge de la Tumba” y la sorpresa con “En los Alrededores del Templo”, de su primera placa Bajo una luna Cambrica (1989), con la batería de doble bombo a cargo de Fran Muñoz sonando atronadora. El “Pera” se despidió agradeciendo a la audiencia de haber disfrutado de su música, a través de sus más de 25 años de intensa e ininterrumpida carrera musical, siempre fiel al metal.
Finalmente, ya entrando en la recta final de esta maratónica e intensa jornada, BBS Paranoicos arriban al escenario, cargados de energía con su hardcore melódico y desatando euforia entre sus seguidores que se agolparon en las primeras filas. “Sonríe”, “Tac”, a cargo en voces del bajista Alejandro “Oso” Kretchmer, pegan de inmediato y desatan mosh en plena cancha. El mismo Oso se mostró emocionado y recalcó el hecho que juntar grupos de estilos distintos pero unidas por el rock es algo realmente encomiable.
El cuarteto continuó con “Irreparable” y golpeando con dos temas del Harcore Para Señoritas (1999): “Lo Siento” y “el Regreso”, más “La Victoria del Perdedor”, además de incluir «No Siento Culpa», un nuevo tema de su próximo disco pronto a editarse. Una presentación que dejó el ambiente listo para el plato principal. A estas alturas, el Caupolicán era una verdadera fiesta musical.
Finalmente, cerca de las 21:30 horas, Criminal entra a escena. Sonido demoledor, guitarras a mil por hora y un Anton Reisenegger vomitando líricas sobre el micrófono lleno de rabia, fue la tónica de su show. Omar Cascallar, su nuevo guitarrista, quien reemplazó al histórico Rodrigo Contreras, derrochó poder, afiatándose de excelente forma a la banda. El setlist comenzó con “Rise and Fall” y “21st Century Paranoia”, seguidas por su primer clásico: “Colliide” de Dead Soul (1998). “Encuentro al raja poder estar en un festival así, se pasaron” exclama un emocionado Anton a sus compatriotas.
“Order From Chaos”, “Resistence is Futile”, “State of Siege”, sonaron asesinas, todas de su nuevo álbum Akelarre (2011), que ha cosechado excelentes criticas en nuestro país y en el viejo continente. También hay tiempo para composiciones en español como “El Azote” y “Slave Master”. Para despedirse, Criminal arremete con “Hijos de la Miseria”, coreada por todos sin excepción
Los cánticos pidiendo la vuelta del cuarteto anglo/chileno no terminaron hasta que volvieron muy emocionados al escenario. “Han pasado dos décadas desde que partimos, gracias por su apoyo a través de los años, a quienes están desde el principio con nosotros y a los más jóvenes que han descubierto a Criminal con el tiempo», dijo a los asistentes Anton, para luego atacar con clásicos del primer disco Victimized (1994), entre los que sonaron “Self Destruction”, “Worse”, “Pressure”, “Stillborn” y “New Disorder”, formando grandes mosh pits.
Criminal se despidió y todos comienzan a salir del Caupolicán… ¡pero regresan y tocan un tema más! El público regresó asombrado para terminar de la mejor forma la intensa jornada del Escudo Power Fest, festival que reunió a lo más destacado del rock nacional, en un ambiente de camaradería y amistad. Es de esperar que instancias como éstas se repitan, por el bien del verdadero rock chileno.
Frase de Anton «y a los jóvenes que han descubierto en Criminal el camino»…creo que ver tanto dicipulo da esperanzas a la decaída escena del Rock en Chile..