Seis años tuvieron que esperar los fanáticos locales para el regreso del dios sueco de la guitarra, Yngwie Malmsteen, todo un personaje dentro y fuera del escenario, quien revolucionó con su estilo neoclásico el rock y metal, e influenció a toda una generación de músicos, desde sus inicios en los años ’80.
El show, programado para las 20 horas del pasado domingo 10 de noviembre en el Teatro Caupolicán sufrió un retraso de más de 2 horas, debido a problemas con el vuelo que traía al guitarrista a tierras chilenas. Prácticamente, el sueco se bajó del avión y se fue inmediato fue al recinto de San Diego. El público -que cuando llegó el artista ya se encontraba dentro del Teatro- debió abandonar en dos oportunidades el sector cancha puesto que Malmsteen quiso probar sonido y no quería a nadie dentro. La primera vez el respetable accedió, pero a la segunda, los ánimos no fueron de los mejores.
Pese a todos estos inconvenientes, y con un público que esperó pese al atraso, el show de Yngwie Malmsteen -que finalmente se inició a las 22.25 horas– rebosó adrenalina y virtuosismo. Desde el arranque con la clásica “Rising Force” (Odyssey, 1988), el sueco ya demostraba sus dotes en las seis cuerdas, realizando malabares y acrobacias con su instrumento, y sonando más fuerte que sus compañeros de banda: Nick Marino (voz principal, teclados), Ralph Ciavolino (bajo, voz) y Patrick Johansson (batería). Ovación cerrada.
“Spellbound”, tema que da nombre a su último disco editado en 2012, y del cual se encuentra en promoción, suena acto seguido, sucediéndose las armonías y los arpegios. “¡Muchas gracias por su paciencia!”, agradecía su bajista, quien ejerció de vocero del conjunto durante todo el show, puesto que Malmsteen se dedicó principalmente a arrancar sonidos complejos de su guitarra.
Los fans se encontraban extasiados con el sueco, contemplando sagradamente la rapidez de Malmsteen y las maravillas sónicas que salían de su Stratocaster. “Demon Driver”, “From a Thousand Cuts”, entre otras, pasaban de forma majestuosa. Algunos problemas de sonido no mermaron la performance, mientras Marino en teclados y voz, cumplió una excelente labor, alcanzando unos agudos que hicieron brillar temas como “Never Die” y “Rise Up” (con una poderosa batería de intro), pero su instrumento se encontraba muy bajo en sonido, lo que se evidenció aún más más cuando “rivalizaba” con Malmsteen en sus solos, como ocurrió con “Trilogy Suite Op: 5”
Mención aparte para las versiones de Bach y Paganini -“Badinerie” y “Adagio”, respectivamente-, en las cuales el escandinavo toma las composiciones de estos maestros y los adapta a su estilo. También hubo momentos más íntimos y emotivos, como en la interpretación de “Dreaming” y “Blue”. El seis cuerdas se paseó durante su show entre el rock, el heavy y el blues.
Ver en vivo a Malmsteen es una experiencia musical única: el sueco deleita con su técnica y su puesta en escena. Muchos pueden considerarlo “monótono” musicalmente hablando, pero el guitarrista mantiene un sello personal innegable y sus fanáticos lo veneran.
Tras un solo de batería a cargo de Patrick Johansson, viene “Heaven Tonight”, para finalizar de forma muy sorpresiva el show, volviendo casi de inmediato con uno de los hits más reconocidos del “dios de la guitarra” escandinava: “I’ll See the Light Tonight”, del tremendo Marching Out (1985), que sonó de maravillas, con un Nick Marino en teclados y voz muy inspirado. Tras 90 minutos, la banda se despide y Malmsteen saluda, agradece y reparte uñetas en las primeras filas.
Un show que en lo musical y visual dejó conforme a la fanaticada local, quienes se deleitaron con uno de los mejores guitarristas del orbe, que a sus 50 años no demuestra signos de cansancio y se mantiene vigente tras décadas de trayectoria. Fue lamentable el atraso del show, pero las caras felices del público al abandonar el recinto de San Diego hicieron parecer que la espera valió la pena.
GALERÍA DE FOTOS
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Yngwie Malmsteen | Teatro Caupolicán | 10.11.2013
Setlist
1. Rising Force
2. Spellbound
3. Demon Driver
4. Overture
5. From a Thousand Cuts
6. Arpeggios from Hell
7. Badinerie (Bach cover)
8. Adagio (Niccolò Paganini cover)
9. Far Beyond the Sun
10. Dreaming (Tell Me)
11. Baroque & Roll
12. Rise Up
13. Trilogy Suite Op: 5
14. Blue
15. Fugue
16. Solo batería
17. Heaven Tonight
Encore:
18. I’ll See the Light Tonight
Pésimo el sonido y la organización.
Esa productora es una vergüenza.
ESPERE DURANTE AÑOS VER OTRA VEZ A YNGWIE Y NO CABE DUDA QUE ES EL MEJOR GUITARRISTA Y SU CONTRA TIEMPO LAMENTABLEMENTE NO FUE POR SU CULPA SI NO QUE DE LA PRIODUCTORA QUE PARA AHORRARSE UN DIA DE HOTEL LO HACEN VIAJAR EL MISMO DIA. SU GUITARRA PARA MI ES MARAVILOSA Y CADA NOTA QUE TOCABA ME LLEGABA HASTA LO MAS PROFUNDO DE MI SER. DE QUE SIRVE TANTA TECNICA Y TANTA PARAFERNALIA SI NO SE TIENE LO QUE TIENE YNGWIE, SENTIMIENTO, SU ENTREGA ES TOTAL Y DEL ALMA, SU MUSICA LE SALE DE LAS ENTRAÑAS Y ESO ES IMPAGABLE, PARA MI EL MEJOR RECITAL Y EL SONIDO A MEDIAS O NO SE PARA MI NO IMPORTA «NADA» YA QUE AL ESCUCHAR LA GUITARRA ME CONMOVIA HASTA LO MAS PROFUNDO DE MI SER…….HE DICHO.
Ojo que el batero no era Patrick Johansson, sino otro muy joven que venia como sesionista
Realmente fue horrible la organizacion, esperando mas de 2 horas mientras probaban sonido, cosa q al final para mi gusto sono mal.
Pero a pesar de todo yngwie dio un buen show. Por ultimo habia una pantalla en el escenario la cual nunca se encendio.