El hombre llegó a la Luna en 1969 y al mismo tiempo David Bowie dio inicio a un viaje por el universo con un destino que 45 años después sigue siendo un misterio. Eso es «Space Oddity», su primer gran éxito que años después terminó rebautizando al álbum con el que comenzó su transformación en un genio de otro mundo.
Tras debutar con un disco homónimo en 1967, el que fue considerado un completo fracaso, el británico volvió a utilizar su nombre para firmar su segundo intento. Un trabajo que en Estados Unidos fue publicado como Man of Words/Man of Sounds y cuyo primer destacado fue el tema protagonizado por Major Tom, un astronauta que se pierde en el espacio. Estratégicamente, fue usado en la cobertura que la BBC hizo del aluzinaje del Apolo 11, acompañando los primeros pasos terrícolas en la superficie lunar.
Inspirado parcialmente en 2001: A Space Odyssey (Stanley Kubrick, 1968), el tema llegó al número 5 de las listas de singles y más tarde -luego de servir como una metáfora sobre el consumo de heroína- ganó un espacio en la historia del rock, ya que en plena era de Ziggy Stardust (1972) el disco fue reeditado entrando al Top 20 en Gran Bretaña y Estados Unidos. Tres años después lograría el preciado primer lugar en su propio país.
«Se puede ver en retrospectiva como todo lo que Bowie había sido y un poco de lo que iba a ser, todo mezclado y luchando por el control», apuntan Roy Carr (A Century of Jazz) y Charles Shaar Murray (Shots From The Hip) en Bowie: An Illustrated Record (1981) sobre el material producido por Tony Visconti, colaborador histórico a cargo de The Next Day (2013). Sin embargo, la canción que se transformó en un himno interestelar estuvo a cargo de Gus Dudgeon (Elton John).
Pero no fueron los únicos nombres reconocidos en la grabación, ya que a la participación de Rick Wackeman (Yes) se sumaron músicos como Tim Renwick (Alan Parsons, Pink Floyd), Herbie Flowers (George Harrison, Lou Reed) y Terry Cox (Bee Gees, Charles Aznavour), quienes fueron parte de las sesiones realizadas en los estudios Trident de Londres.
«Es más que un disco. Es una experiencia. Una expresión de la vida tal como la ve David Bowie. Un poema lírico lleno de la grandeza de ayer, de la urgencia de hoy y de la futilidad de mañana. Esto bien vale su atención», publicaría la revista Music Now en noviembre de 1969 sobre el trabajo en el que convive el folk, el rock progresivo, la psicodelia y la experimentación que se transformó en la marca registrada del llamado Duque Blanco.
Uno de los temas que rompió las barreras de lo conocido a fines de los ’60 fue «Cygnet Committee», el que fue descrito como su «primera obra maestra» en The Complete David Bowie (Nicholas Pegg). Y mientras los ecos de su debut y la influencia de grandes nombres como de Bob Dylan y The Beatles aparecían en «Unwashed and Somewhat Slightly Dazed» y «Memory of a Free Festival», su vida personal se colaba en «Letter to Hermione» y «An Occasional Dream», ambas inspiradas en la reciente ruptura con su novia.
Aunque no aparecía en los créditos, en «Wild Eyed Boy from Freecloud», además de tener a una orquesta de más de 50 músicos dirigida por Visconti, fue la primera vez que grabó junto a Mick Ronson (Morrisey, Van Morrison), considerado uno de los mejores guitarristas británicos de la historia y que tiempo después sería parte de su banda, The Spiders from Mars.
A pesar de ser un disco que cimentaría su futuro, el single promocional lo eclipsó. Incluso con el paso del tiempo aquel «Ground control to Major Tom (control de Tierra al comandante Tom)» tuvo ecos: en «Ashes to Ashes» de Scary Monsters (and Super Creeps) (1980) alimenta el misterio al contar que el astronauta “es un drogadicto”, para seguir con otra referencia al personaje en el remix de «Hallo Spaceboy» de Outside (1995) realizado por Pet Shop Boys.
Desde el demo que apareció en Love you till Tuesday (1969), la película promocional de su primer disco, hasta Nothing Has Changed, la antología que publicará el 17 de noviembre, «Space Oddity» ha sido parte de la historia de Bowie. Una rareza espacial que logró traspasar las barreras del tiempo y que sigue conquistando la inmensidad del cosmos.
Las dos versiones de «Space Oddity»:
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