Más de una decena de bandas y artistas le precedieron en el Festival El Abrazo, pero sin dudas él era uno de los más esperados por el público. Mientras sonaba de fondo «Pubis Angelical», Charly García y sus seis músicos fueron tomando sus puestos en el escenario a las 22:15 horas del sábado.
A Charly lo recibieron con el respeto que merece una leyenda viviente, a quien se le perdonan los errores y se le celebra casi todo.
Ni el frío ni la lluvia, que comenzó a caer justo cuando el ícono argentino dio inicio a su presentación con «Demoliendo hoteles» y «Cerca de la revolución», ambos clásicos del disco Piano Bar de 1984, impidieron que el público celebrara su participación en el maratónico festival.
Aunque lejos quedó la época en la que Charly efectivamente destrozaba cuartos de hotel y también otras cosas, el músico del bigote bicolor aún sabe cómo conquistar a decenas de miles de personas con letras y melodías que forman parte fundamental del rock hecho en el Cono Sur.
Mientras interpretaba temas como «Yendo de la cama al living» y «El rap de las hormigas», Charly se mostraba alegre. Sin dudas su banda -a la que el sábado bautizó como Los Bicentenarios- fue la que mejor representó la hermandad entre chilenos y argentinos, ya que tres de sus integrantes son de aquel lado de la cordillera (la vocalista Hilda Lizarazu, el guitarrista “El Negro” García López y el tecladista Fabián Vön Quintiero), y la otra mitad es de Chile (el guitarrista Kiuge Hayashida, el bajista Carlos Ludwig González y el baterista Toño Silva Peña).
Cuando tocaban «Nos siguen pegando abajo», la lluvia ocasionó fallas técnicas ante las cuales Charly mantuvo la calma y en medio de una breve pausa le dijo a su público: «vamos a tener un poco de paciencia y ya que bancamos la lluvia, banquemos la espera; así no me rayo, ni rompo nada, ni corto el concierto, ni los mando a la reconcha de su madre, ni digo viva la patria o lleno el vacío con algo». Palabras de un rockstar rehabilitado.
Sin ganas de esperar demasiado, el porteño comprobó que el público podía escuchar el piano y su voz, y dijo: «vamos a hacer una acústica. Acompáñenme, síganme los buenos y los malos… y todos», y comenzó a cantar «Canción para mi muerte». Los fanáticos no dudaron en seguirle en el que fue uno de los momentos más emocionantes de la noche.
En medio del tema, el resto de la banda pudo sumarse y continuar el resto del show sin mayores percances. La noche siguió su curso con otros éxitos como «Yo no quiero volverme tan loco», «Fanky», «No toquen» y «No voy en tren», el último que Charly tocó antes de intentar despedirse.
Ante la ovación recibida, el argentino volvió al piano para interpretar dos canciones más: «Rezo por vos» y «No me dejan salir», con las que cerró una presentación que duró cerca de 50 minutos y que le dejó al público la satisfacción de haber visto en directo, vivo y coleando, a uno de los hombres más importantes del rock latinoamericano.
GALERÍA DE FOTOS (clic para ampliar)