Después de la presentación de Charly García en el festival El Abrazo, era el turno de un chileno. Casi ocho horas habían pasado desde el inicio del evento realizado el sábado 11 de diciembre en la elipse del Parque O’Higgins, cuando Jorge González apareció sobre el escenario ubicado a la derecha del público.
Sin ningún instrumento en las manos, el líder de la desaparecida banda Los Prisioneros se dedicó exclusivamente a cantar, apoyándose en Pedro Piedra (batería), Jorge del Campo (bajo) y Gonzalo Yañez (guitarra).
Repitiendo la frase «hay que continuar contra viento y marea, porque siempre te quieren cagar, nunca falta el saco’e güea«, que da inicio al tema «Contra viento y marea» de Los Tetas, González rompió el hielo y demostró que, como de costumbre, había varias cosas que quería decirle a su público.
La primera de ellas fue el anuncio de lo que estaba por venir: la presentación de la mayor parte de los temas que integran La Voz de los 80 (1984), el álbum que marcó el debut de Jorge González como compositor y el de Los Prisioneros, que logró reconocimiento y notoriedad rápidamente.
En el mismo orden que en el cassette original, el músico de San Miguel comenzó a interpretar los temas de aquella producción. A la canción que le dio nombre al disco, le siguieron «Brigada de negro», «Latinoamérica es un pueblo al sur de Estados Unidos» -que González presentó advirtiendo que Latinoamérica ahora es simplemente un «barrio penca» al sur de Estados Unidos- y «Sexo», todas bien conocidas por el público.
Cuando era el turno de «¿Quién mató a Marilyn?», el frontman dijo: «la noche va avanzando y hay otros artistas que también tienen que tocar. Vamos a tener que hacer un salto a la canción que comienza el cassette en el lado B, que era esta canción que cantaba mi gran amigo Miguel Narea», comentario que muchos interpretaron como una burla a sus ex compañeros de banda, Miguel Tapia y Claudio Narea.
El repertorio continuó entonces con la melancólica «Paramar» y «No necesitamos banderas», que fue la elegida por Jorge González para actualizar su crítica social y política, tan plasmada en La Voz de los 80. En medio del tema, el músico comenzó a improvisar versos, cantando: «vas a la cárcel si robas un celular, vas a la cárcel si vendes DVDs, vas a la cárcel si robas y te pillan en algo chico, pero si robas de verdad te hacen presidente», haciendo alusión directa a Sebastián Piñera.
Los políticos de la Concertación también recibieron lo suyo, cuando González reclamó: «esos weones ni siquiera cambiaron la constitución, Chile todavía se rige por la Constitución de Pinochet, es como si Alemania se rigiera por la Constitución de Hitler» y agregó que aún hoy el país lo gobiernan los mismos «cobardes» con poder económico, como «el conchesumadre que dirige El Mercurio». Después de la descarga, que no dejó indiferente a nadie, concluyó: «por ahora mejor dediquémonos a escuchar música porque es lo único en lo que no hacemos daño a nadie».
Seguía el tema «Nunca quedas mal con nadie», que el ex Prisioneros presentó afirmando: «creo que es la mejor canción que he escrito» y que el público coreó con energía. La Voz de los 80, en su totalidad, es un clásico a prueba del paso tiempo.
A las 23:47 horas, Jorge González y compañía se despidieron para no volver, a pesar de que la gente pidió insistentemente una más, lo cual generó sorpresa y especulaciones, ya que antes de que el festival comenzara, se había anunciado que el argentino Gustavo Santaolalla participaría como invitado en el show de González, cosa que nunca ocurrió.
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