La primera vez que Chuck Berry estuvo en Chile fue en 1980, como invitado al programa “Vamos a Ver”, animado por Raúl Matas. Con una banda de lujo, el músico, padre del rock n’ roll, interpretó algunos de sus éxitos con gran energía, frente a un público que no entendía nada. Este martes, el panorama en el Movistar Arena fue exactamente lo contrario: con una banda soporte mediocre, Chuck, el gran Chuck Berry, se mostraba perdido, cansado y errático pero la euforia de los presentas era incontenible.
Ya con 86 años a cuestas, el guitarrista no tiene las mismas energías de antaño, está más que claro. Los 5 mil espectadores que llegaron al Movistar Arena -el cual estuvo habilitado a la mitad de su capacidad- eran una mezcla de fanáticos acérrimos, algunas personas que querían la oportunidad de presenciar este histórico momento, y otros que esperaban con morbo que el intérprete de “Johnny Be Good”, de enorme influencia, trastabillara y ofreciera un espectáculo deplorable como el realizado al otro lado de la cordillera pocos días atrás.
La banda que acompañó a Chuck Berry durante los 60 minutos de show, no se encontraba a la altura de las circunstancias. Su hijo Chuck Junior se encargó de rellenar los vacíos dejados por su padre, quien solo se dedicada a rasguear los acordes de temas como “Roll Over Beethoven” (canción que casi en un acto inconsciente, tocó al final del concierto). En “School Days”, su guitarra se encontraba completamente fuera de tono, mientras en otros cortes de la noche simplemente balbuceaba la letra de las canciones.
Todo esto era maquillado por la armónica de su hija Darlin Berry-Clay, que en muchas ocasiones sonaba fuerte y no paraba, llegando a ser molesta. Ella y los managers se encargaban de encubrir las lagunas que el influyente músico pudiera sufrir sobre el escenario. Chuck en varias oportunidades hablaba con sus músicos en plena interpretación y los miraba, tratando de entrar en los tiempos correctos en las canciones.
Ya en la segunda mitad del concierto, su guitarra pasó a tomar un papel decorativo, pues ésta solo colgaba de sus hombros, con esporádicos rasgueos de parte del octogenario artista, ocurriendo en “Sweet Little Sixteen” y “Rock Me Baby”, con su hija tomando las riendas vocales ante los balbuceos de su progenitor.
Al público presente sin embargo, parecía no importarle estos “detalles”, pues durante todo el show aplaudió a rabiar y cantó a todo pulmón sagradamente los coros de muchos temas, y no faltaba un grito que se escuchaba desde lejos alabando al guitarrista y padre del rock n’ roll.
Tras “Johnny B. Goode”, tema que marcó el peak de su presentación, Chuck Berry continuó tocando, lo que a su hija sencillamente no le pareció muy buena idea, tratando de “contener” a su padre, cuando de improviso comenzó a subir gente al escenario de las primeras filas, creando un “jamming” que duró cerca de 10 minutos.
Una hora y el show llegaba a su fin. Chuck Berry es una leyenda, no cabe duda. Quienes presenciaron el show acudieron de alguna forma a un homenaje en vida del músico, pero claramente afectado por la edad, se mostró muy errático por momentos, acompañado por una paupérrima banda soporte.
Amargo espectáculo en la gira de despedida de este gigante del rock n’ roll, quien ofreció un deslucido concierto, apoyado por el gran peso de su figura y su enorme legado en el mundo de la música.
GALERÍA DE FOTOS
Chuck Berry en Chile | Movistar Arena | 16.04.2013
Setlist
1. Roll over Beethoven
2. Carol
3. Wee Wee Hours
4. Memphis, Tennessee
5. School Days
6. Rock and Roll Music
7. Nadine
8. Sweet Little Sixteen
9. Let It Rock
10. Rock Me Baby (B.B. King cover)
11. Reelin’ and Rockin’
12. My Ding-a-Ling
13. Johnny B. Goode
14. Goodnight Sweetheart, Well It’s Time to Go
Rsta pagina vale callampa, es chucj berry weones