Fotógrafo: Rodrigo Ferrari
Damon Albarn mojando con una botella de agua al público e incitándolo a gritar podría ser la postal precisa para reflejar el debut en solitario del músico inglés, ocurrido la noche del jueves 9 en el Teatro Caupolicán de Santiago, destacado por la sencillez, pasión y cercanía que desplegó durante la presentación.
Fue una jornada especial, no sólo porque al líder de Blur se le vio cordial y participativo, sino por una serie de hechos extra musicales que amenazaron con empañar el concierto: primero, una pausa obligada de 30 minutos (cuando ya habían pasado tres canciones) debido a un problema en la reja que separó al público del escenario; y segundo, una falla en el juego de iluminación forzó a los músicos a tocar por varios minutos sólo con dos focos manuales desde las alturas. Dos inconvenientes (más el problemático acceso a sólo 10 minutos de iniciar el concierto) cuya responsabilidad recae en la producción de un show de este nivel y que ponen la voz de alerta para futuras instancias.
Más allá de las dificultades, lo de Albarn en Chile se caracterizó por la honestidad y la naturalidad, cualidades muy lejanas a esa figura ruda y fría que el músico sembró y cosechó durante las ’90. Se le vio incluso más cálido que en su visita junto a Blur hace 11 meses. En otras palabras, al británico se le nota más cómodo y tranquilo en el camino solitario.
Y eso se pudo apreciar desde un principio, comenzando puntualmente a las 21:00 horas con «Spitting Out the Demons», un track desconocido de Gorillaz. Un inicio explosivo que avisó a los cerca de cuatro mil asistentes cómo se vendría la mano: Albarn preparó un recorrido por toda su historia musical, desde su banda madre, pasando por sus proyectos colaborativos, hasta su reciente álbum solista, Everyday Robots, estrenado en abril pasado.
Aquel disco trajo al británico de vuelta al país con la dura tarea de replicar en vivo un trabajo melancólico y personal, marcado por los samplers y otras máquinas. Sin embargo, Albarn contó con una simple pero impecable banda de acompañamiento, llamada The Heavy Seas, que pudo sustentar piezas como «Everyday Robots», «Hostiles» y «Photographs (You Are Taking Now)», con el soberbio cometido de los guitarristas y bajistas Seye y Jeff Wootton (ex integrante de Beady Eye, la banda de Liam Gallagher), el tecladista Mike Smith y el baterista Pauli the PSM.
Albarn es un hombre inquieto y por ello su lista de proyectos es grande. Y todos pasaron por el Caupolicán esa misma noche, como ese que lo juntó con el ex The Clash, Paul Simonon, en The Good, The Bad & The Queen («Three Changes») y el que lo reunió con el bajista de Red Hot Chili Peppers, Flea, en Rocket Juice & the Moon («Dam(n)»).
Quizás una de las mayores deudas que el cantante tiene con este lado del mundo es montar un espectáculo de Gorillaz, ese proyecto que lo mantuvo vigente luego del agotamiento de su papel como ícono britpop con Blur en los ’90 y que demostró que sus capacidades van más allá de ser el frontman de una banda. Por ello, aprovechó la instancia y desenfundó el mejor material del conjunto virtual, con temas como «Tomorrow Comes Today», «Kids With Guns» y «El Mañana», avivado por un público que demostró la necesidad de corear alguna vez esas canciones.
El británico se mostró feliz (recibió regalos y se animó a firmar un autógrafo en medio del show) en un presente que podría expresarse en una nueva etapa: Albarn tiene el suficiente genio, talento y disposición para enfrentar un camino musical más atractivo y con mayor reconocimiento que el actual. Por ahora, se remitió a entregar piezas formidables, como «Hollow Ponds» y del repertorio de Blur «Out of Time» (no estaba incluida en el setlist original) y «All Your Life», que cerraron la primera parte del show.
El receso lo trajo de vuelta solo con su piano con otro regalo para los fanáticos del conjunto de Londres, «End of a Century», seguido por el coreado éxito «Clint Eastwood», tema insigne de la música del nuevo siglo y que por fin pudo ser escuchado en Chile a más de una década de su creación. La descarga energética continuó con «Mr Tembo», canción inspirada en un elefante huérfano que conoció en una de sus tantas visitas a África, que lo tuvo interpretando con un gorro con forma del paquidermo y que incluso fue motivo de bromas del cantante debido a que la trompa tenía un aspecto fálico.
Con «Heavy Seas of Love», acompañado majestuosamente con un coro gospel, el británico puso fin a su concierto, agradeciendo a los miles de asistentes. Fue un encuentro (debido a las características del lugar) más cercano y más personal, pero no menos apasionado, que incluso, como el mismo Albarn expresó, superó con creces todas las expectativas.
Fotógrafo: Rodrigo Ferrari
Damon Albarn | Teatro Caupolicán | 09.10.2014
Setlist
1. Spitting Out the Demons
2. Lonely Press Play
3. Everyday Robots
4. Tomorrow Comes Today
5. Slow Country
6. Kids With Guns
7. Three Changes
8. Hostiles
9. Photographs (You Are Taking Now)
10. Kingdom of Doom
11. Dam(n)
12. You And Me
13. Hollow Ponds
14. El Mañana
15. Don’t Get Lost In Heaven
16. Out of Time
17. All Your Life
Encore:
18. End of a Century
19. Clint Eastwood
20. Mr. Tembo
21. Heavy Seas Of Love
Me lo perdí y si mando pedazo de setlist.