Más allá de sus cinco décadas en la música, el legado de David Bowie también llegó a la gran pantalla. Mientras regalaba al mundo creaciones como «Rebel Rebel» y «Starman», el inglés desarrolló paralelamente una carrera en el cine.
Su despliegue, naturalidad e inquietud lo llevaron frente a las cámaras en más de 30 ocasiones, dando vida no sólo a personajes ficticios, sino también interpretándose a sí mismo en un par de ocasiones.
Aunque ya había sido parte de algunos cortometrajes y películas cuando recién superaba los 20 años, su primer rol protagónico e importante fue el de Thomas Jerome Newton en The Man Who Fell to Earth (1976), una cinta de ciencia ficción dirigida por Nicolas Roeg sobre un extraterrestre que llega a la Tierra en busca de agua para su planeta, una temática espacial que el músico ya había abordado años antes en temas como «Space Oddity» y con su personaje Ziggy Stardust.
Dos años después, el británico protagonizó Just a Gigolo, una cinta alemana dirigida por David Hemmings en la que interpretó a un Oficial que tras participar en la Gran Guerra, vuelve a su casa para seguir con su vida, pero al no encontrar un trabajo termina convertido en gígolo.
Los ’80 vieron una prolífica carrera en el cine de Bowie, primero como un vampiro violonchelista en The Hunger (1983), una cinta que mezcló el terror con el erotismo. «No hay nada que se parezca en el mercado. Pero estoy un poco preocupado de que es perversamente sangrienta en algunos puntos», afirmó por ese entonces el artista.
Y del terror pasó a la fantasía al protagonizar Labyrinth (1986), cinta de Jim Henson en la que interpretó a Jareth, el rey de los Goblins, que rememora con su estética el glam rock que era un éxito por ese entonces.
A fines de la década fue elegido por Martin Scorsese para encarnar a Poncio Pilatos en La última tentación de Cristo (1988), rol al que llegó luego de que Sting (el ex líder de The Police) abandonara el proyecto.
Luego del éxito de la serie Twin Peaks, David Lynch llevó a la pantalla grande la historia previa a la muerte de Laura Palmer. Y para el papel del agente del FBI Phillip Jeffries, el director estadounidense eligió a Bowie, quien por ese entonces se encontraba en la preparación de su gira Tin Machine (1992).
En 1996 también volvió a dar vida a un personaje histórico: fue Andy Warhol, el ícono del pop art, en la película biográfica sobre el exponente neo-expresionista Jean-Michel Basquiat, dirigida por Julian Schnabel.
El nuevo siglo vio a Bowie como un hombre camaleónico, lleno de ideas y consolidado como uno de los más influyentes artistas de las últimas décadas. Y con ese estatus, no tuvo problemas en aparecer como él mismo en Zoolander (2001), la hilarante cinta sobre el mundo de la moda, en donde fue juez en el desfile por la pasarela que enfrentó a Derek con Hansel.
Mientras su carrera musical comenzaba a entrar en una pausa indefinida a mediados de la década pasada, Bowie aparecía frente a las cámaras como el inventor Nikola Tesla en El Gran Truco (2006), la alabada cinta de Christopher Nolan.
El director británico afirmó que para el papel de Tesla, el único nombre que apareció en su mente fue Bowie. Lo contactó y se lo propuso, pero el músico lo rechazó. Luego, Nolan insistió y viajó hasta Nueva York (donde residía Bowie) para decirle que nadie más podía interpretar ese papel, hasta que el artista aceptó.
Las últimas apariciones en el cine de Bowie se remontan a fines de los ’00. Primero, poniendo su voz para la película de Bob Esponja (2008), en donde fue L.R.H.
Y en 2009, el músico hizo un cameo en Bandslam, una cinta sobre una banda liderada por un joven fanático de Bowie, a quien le escribe correos electrónicos pero nunca responde. Sin embargo, el músico ve un video del conjunto en YouTube y decide contactarlos.
Bowie también participó en algunas series de televisión, como en la adaptación de The Hunger en 1999, y también como invitado en Extras, creada y protagonizada por Ricky Gervais y Stephen Merchant, sobre un grupo de actores que trabajan como extras en producciones cinematográficas y teatrales.
Bowie no sólo actuó, sino que también compuso y grabó un tema especial para su participación, llamado «Little Fat Man».
Publicación original de Appplauss.com
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