Varios elementos definen a Unknown Pleasures como uno de los grandes álbumes de la historia: desde su particular portada (una serie de ondas de radios de un pulsar, sacado de una enciclopedia) hasta la voz profunda y depresiva de Ian Curtis, fueron complemento de un sonido que por ese entonces se convirtió en revolucionario, enfatizado en los cambios de ritmo de la guitarra y la batería.
El debut de Joy Division fue grabado en abril de 1979, bajo la producción de Martin Hannett, con la inclusión de canciones que han sido influencia de diversas bandas hasta ahora, como “Disorder”, “She’s Lost Control” y “Shadowplay”.