Fotografía de Cambria Harkey
Tras dos días de intensa actividad, la edición aniversario del festival Lollapalooza llegaba a su final el domingo 7 de agosto, con mucha lluvia y con las esperadas presentaciones de The Cars, Arctic Monkeys y Foo Fighters, entre muchas otras.
La jornada de cierre estuvo marcada por las lluvias recurrentes y por el rock n’ roll. El público y los artistas decidieron entregarlo todo, cada uno desde su trinchera, y disfrutar al máximo a pesar del clima.
Tras el inicio de actividades cerca del mediodía, con artistas como Rival Schools, Imelda May, Noah & the Whale y The Pains of Being Pure at Heart, a media tarde el escenario principal se preparó para recibir a The Cars, banda emblemática del rock y new wave estadounidense, que se reunió recientemente tras 22 años de inactividad. Los comandados por Ric Ocasek ofrecieron una presentación de una hora de duración, que pasó sin mayores sobresaltos y que mezcló viejos éxitos como «Good Times Roll» y «My Best Friend’s Girl», con algunos temas de Move Like This, disco de estudio que publicaron el pasado mes de mayo.
En cuanto acabó el show de The Cars fue el turno, en el Sony Stage, de la agrupación de rock experimental Portugal. The Man, que actualmente se encuentra promocionando su sexto disco de estudio, In the Mountain in the Cloud (2011), del cual se desprende el tema elegido para comenzar su presentación: «All Your Light (Times Like These)». Minutos antes de que se agotara su repertorio y justo cuando sonaba «People say», su tema más conocido, comenzó a llover con fuerza en Chicago. La banda siguió tocando y cerró con una celebrada versión del clásico de Oasis «Don’t Look Back in Anger».
Al otro lado del parque, Cage the Elephant se entregaba por completo en el escenario PlayStation y el vocalista Matt Shultz lograba usar la lluvia a su favor para cerrar por todo lo alto, con «Shake Me Down» y «Sabertooth Tiger», una de las actuaciones más intensas del festival.
El suelo del Grant Park, que en la mañana ya se había ablandado con las primeras lluvias, acabó por ceder con el nuevo aguacero. Tierra y pasto se convirtieron en barro y mientras algunos buscaban algún refugio, otro decidían lanzarse sobre el barro y olvidarse de lo demás.
Una de las agrupaciones más esperadas este 2011 en Lollapalooza era sin lugar a dudas Arctic Monkeys, y el público tuvo que esperar más de la cuenta, pues la lluvia obligó a retrasar una media hora la salida de la banda inglesa al escenario, lo que a su vez ocasionó que su presentación tuviera que ser recortada para poder cumplir con el resto del programa.
De cualquier manera, el cuarteto de Sheffield cumplió con sus seguidores y en 45 minutos hizo un corto recorrido por sus cuatro discos de estudio, desde «Library Pictures» y «She’s Thunderstorms» de su nuevo álbum Suck It and See (2011), hasta el cierre con «When the Sun Goes Down», de su aclamado debut Whatever People Say I Am, That’s What I’m Not (2006).
El show de Explosions in the Sky también tuvo que ser recortado 15 minutos, para que Foo Fighters, los encargados del gran cierre (haciendo contrapeso a DeadMau5), pudieran salir a escena a la hora programada.
El cuarteto de rock instrumental, originario de Texas, aprovechó el tiempo al máximo y fue una buena antesala al momento más esperado.
Puntualmente a las 8 de la noche, Dave Grohl y compañía hacían su aparición en el escenario principal y daban el puntapié inicial con «Bridge Burning» y «Rope», temas que también abren su álbum más reciente, Wasting Light (2011). Minutos después, «The Pretender» trajo consigo la euforia del público y mucha lluvia que, en lugar de acabar con el show, lo avivó y generó un ambiente de completa entrega. El rock estaba por encima de todo lo demás.
Temas como «My Hero», «Learn to Fly», «Breakout» y el novísimo «Walk» fueron coreados como verdaderos clásicos. Foo Fighters era una máquina imparable.
Cuando la hora anunciaba que todo estaba por terminar, Grohl le dijo a sus fanáticos: «éste es el trato, no vamos a pretender que nos vamos, para después volver. Vamos a seguir tocando. No quiero desperdiciar nada de tiempo», y golpeó en seguida con «Best of You», a la que siguó «Skin and Bones».
Para la despedida, de su show y de la celebración del aniversario número 20 de Lollapalooza, Grohl se tomó un par de minutos para dar las gracias a Chicago, ciudad en la que vio su primer concierto de rock a los 12 años, y al creador del festival, Perry Farrell, quien «cambió la música para siempre«. A él le dijo: «Gracias Perry; si no fuera por ti ninguno de nosotros estaría aquí, y cuando digo nosotros, me refiero a TODOS nos nosotros (haciendo señas al público), ¿cierto?», recibiendo miles de gritos y aplausos en respuesta.
Lollapalooza 2011 tuvo un cierre épico con «Everlong», con decenas de miles de personas mojadas de pies a cabeza, con barro hasta las pantorrillas, cantando con toda su alma «And I wonder / When I sing along with you /If everything could ever feel this real forever / If anything could ever be this good again…»
La respuesta a esas preguntas quizás la consigamos el 31 de marzo y el 1 de abril de 2012 en Santiago. El próximo Lollapalooza es en Chile. Salud!
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