La jornada del sábado había sido extensa en Lollapalooza Chile 2014. Más de 10 horas de música habían precedido a un nuevo show de Red Hot Chili Peppers, el cuarto de los californianos en nuestro país.
Nine Inch Nails había despachado un impecable y potente show antes que Anthony Kiedis y los suyos salieran a escena. Con 10 minutos de retraso comenzó el concierto del cuarteto en un Parque O’Higgins totalmente repleto. Chad Smith, Flea y Josh Klinghoffer aparecieron rápidamente en escena improvisando una especie de introducción para «Can’t Stop», la primera canción de la noche.
De inmediato el público se encendió con el riff característico de la canción perteneciente a By the Way (2002). Sin embargo, la euforia duraría poco, ya que la gente se fue apagando paulatinamente.
«Otherside» devolvió los ánimos hasta el tope e hizo cantar a las más de 50 mil personas que se apostaron en el Claro Stage. Tras aquel inconfundible hit, el concierto decayó enormemente debido a varios factores.
Red Hot Chili Peppers tocó algunas canciones poco aptas para este tipo de recitales, pero que fascinaron a los más fanáticos. «Snow ((Hey Oh))», «I Like Dirt» y «Wet Sand» no lograron prender lo suficiente a los presentes, a pesar de que esta última fue incluida por la banda a petición del público chileno.
Con «Under the Bridge» se recuperaría la confianza, que se perdió inmediatamente cuando el cuarteto de California tocó «Ethiopia», un tema de ritmo complejo que la banda, a tres años de su estreno, no puede dominar. Las constantes equivocaciones de Anthony Kiedis hicieron parecer que el show era un trámite más.
Con casi una hora de show, el público volvió a enchufarse con «Californication» y su impecable improvisación del inicio de «By the Way». Tras eso, la banda se fue a un descanso mientras la gente esperaba más.
Al regreso, Chad Smith y el percusionista invitado, Mauro Refosco, desplegaron todo su talento en un espectacular jam, al que se sumaron el aún novato Josh Klinghoffer y Flea haciendo acrobacias. El bajo distorsionado indicaba que venía «Around the World», otro clásico de la banda.
Para el cierre, «Give it Away» fue interpretado con algo de desinterés: como que la banda quería retirarse pronto del escenario. Ni siquiera hicieron un jam de cierre, como es habitual en los recitales del grupo.
La cuarta visita de Red Hot Chili Peppers en Chile no estuvo a la altura de la historia y el sitial que tiene la banda en la música actual. El único guiño que tuvieron con el público fue la inclusión de «Wet Sand» en el repertorio. Por su parte, la audiencia tampoco estuvo demasiado conectada con el grupo.
Problemas de sonido, la lenta adaptación de Josh Klinghoffer a cinco años de su integración, las constantes equivocaciones de Anthony Kiedis, el corto setlist y el público equivocado transformaron este show en algo intrascendente. Sin embargo, el talento de Chad Smith y Flea y las improvisaciones entre las canciones lograron mantener en alto el orgullo de la banda.
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Fotógrafo: Javier Valenzuela
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