La historia de Alabama Shakes es la materialización del sueño del pibe: dos amigos del colegio comienzan a escribir canciones juntos, forman una banda y en menos de tres años sus vidas cambian por completo y logran -entre otras cosas- tres nominaciones a los premios Grammy.
Todo partió en Athens, un pueblo chico del sur de Estados Unidos en donde viven poco menos de 22 mil personas. Brittany Howard (voz y guitarra) y Zac Cockrell (bajo) empezaron a tocar juntos sin sueños de fama ni grandes pretensiones. Poco después, la banda se completó con la llegada de Steve Johnson (batería) y Heath Fogg (guitarra), pero sólo conseguían tocar en pequeños bares y parecía que la música no sería más que un hobby.
En ese entonces los cuatro integrantes de The Shakes tenían otros trabajos. Antes de ser descubierta y nombrada por algunos como la digna heredera de Janis Joplin, Brittany repartía el correo y se juntaba con el resto de la banda dos veces por semana. «Planeaba tocar y tocar hasta que estuviera vieja y tener quizás alguna actuación constante en alguna parte. Eso es lo más lejos que llegaba mi imaginación», confesó la cantante a The New York Times unos meses después, cuando aquel trabajo ingrato ya había quedado atrás luego de firmar un acuerdo con ATO Records.
El detonante de su éxito fue una recomendación en un blog de música y el hito que luego les cambió la vida se llama Boys & Girls, un disco cargado de emoción y desgarro, que mezcla rock, blues y soul, y se aleja de esas producciones pulidas hasta el último detalle que buscan la perfección y acaban perdiendo su escencia. Lo grabaron en 2011 de forma independiente en un estudio de Nashville. «Es algo que cualquier persona que está en una banda quiere hacer: su primer disco. Así que empezamos a viajar al estudio siempre que teníamos dinero y un poco de tiempo, entre trabajos y en fines de semanas», comenta Steve Johnson en conversación telefónica con RockNvivo. Tras concretar el acuerdo con el sello agregaron algunos detalles y el álbum se publicó en abril de 2012.
Lo que se generó a partir de allí fue un «viaje salvaje» que les llevó a convertirse en una promesa del rock y les valió nominaciones a los premios Grammy en las categorías Mejor artista nuevo, Mejor interpretación rock (por el single «Hold On») y Mejor presentación de grabación. «Recibir una nominación a un Grammy significa conseguir el reconocimiento de tus pares, de otros músicos y artistas que están en la industria, y eso significa más para mí que… no sé, la nominación en sí misma es algo muy loco. En una locura pensarlo», dice Johnson con emoción.
Ese mismo ascenso frenético es el que les traerá a Suramérica este año para participar en las ediciones de Lollapalooza que se realizarán en Brasil y Chile.
Se dice que sus shows en vivo van directo a la vena y merecen ser vistos con entrega. El baterista explica parte de esa mística: «Cuando estás en el escenario te entra una adrenalina abrumadora y te concentras completamente en la música. Hay noches en las que te alimentas del público, que tiene mucho que ver con la puesta en escena. Si el público está muy entusiasmado y grita y pide más, definitivamente sientes esa energía, te alimentas de ella y empiezas a concentrarte más y a tocar con más fuerza».
Preguntas y respuestas con Steve Johnson
– Leí que tu padre es baterista, al igual que tú. ¿Cómo fue la experiencia de crecer en tu casa?, ¿cuándo descubriste que querías ser músico?
La primera vez que tuve conciencia de que mi padre tocaba la batería fue cuando tenía alrededor de 7 años y lo vi junto a una banda de la iglesia donde él tocaba. Ahí él me enseñó las primeras cosas y, después de eso, en los años siguientes me fue enseñado otras más. Pero no fue sino hasta que tuve 13 o 14 años cuando empecé a tocar. Un amigo del colegio quería formar una banda y yo lo escuché hablar sobre eso y le dije que yo tenía una batería y que podía llevarla a su casa después de clases, y así empezamos a tocar después de clases lo que nosotros creíamos que era buena música. De ahí en adelante siempre me enfoqué en la batería y ahora mi padre está muy emocionado. Cada vez que lo veo es como si avivara una vieja llama, ya que él tenía como 10 años sin tocar. Nos pasó que mientras yo entraba más en la música, él se iba alejando de ella. Pero ahora se compró una batería nueva y cuando nos vemos compartimos cosas, yo le muestro algo y luego él me muestra otra cosa. Es divertido.
– ¿Qué ha significado el álbum Boys and Girls para ustedes?
Desde antes de que entráramos a grabar el disco, nos habíamos propuesto tener un producto sólido con el que pudiésemos mostrar lo que habíamos logrado como compositores (…) Y cuando finalmente escuchas tu música no siendo tocada por ti, sino a través de unos parlantes, sientes algo asombroso. Hay distintos momentos en “Boys and Girls” que, al escucharlos, me hacen recordar el momento cuando toqué esa canción por primera vez en el garaje de los papas de Heath [Fogg], o en la sala de Brittany [Howard], o la primera vez que lo hicimos frente al público en un bar. Creo que el álbum encarna todo lo que estábamos viviendo en ese momento y ahora que lo escucho me trae muchos recuerdos. Al final para eso están las canciones, hay momentos en que pueden traerte recuerdos, y eso es lo que más disfruto.
– Hace 2 o 3 años ustedes eran prácticamente desconocidos y ahora tienen mucho éxito y reconocimiento. ¿Sientes que ha sido un viaje demasiado intenso?
Definitivamente ha sido un viaje salvaje y todo ha pasado en lo que parpadea un ojo. Hace solamente un año fue que empezamos a surgir y a viajar por el mundo. Es muy difícil ponerlo en palabras porque ninguno de nosotros se lo esperaba, y acá estamos un año después, nominados a los Grammy. No puedo pedir más, esto ha excedido cualquier cosa que yo alguna vez haya esperado. Yo pensaba que después de publicar el disco, venderíamos algunas copias, quizás recorreríamos los Estados Unidos, y en poco tiempo todo volvería a ser como antes y yo volvería a mi antiguo trabajo, pero ese no ha sido el caso hasta ahora.
– ¿Cómo es el proceso creativo para ustedes?
Cuando estamos todos en un cuarto, alguien trae una idea a la mesa, algo como “empecé esto cuando estaba en mi casa, díganme lo que piensan” y a partir de ahí todos empezamos a agregar cosas. Es un proceso que puede tardar mucho tiempo, pero hay veces que todo se da muy rápido y basta con escucharla una sola vez para que todos agarremos el ”groove” de la canción, y a partir de allí todos la imaginamos en nuestras cabezas y vamos agregando partes, y en cinco minutos ya tenemos una canción. Otras canciones toman más tiempo, tienes que jugar con ellas un rato y dejarlas por un tiempo. Así es el proceso para nosotros: todos proponemos cosas diferentes, las llevamos a los ensayos para que todos podamos escucharlas, nos emocionamos y después todos agregamos nuestra parte.
– ¿Están escribiendo canciones nuevas ahora?
Sí.
– ¿Cuándo podremos escucharlas?
Me encantaría que la gente pudiera escuchar un par de estas canciones inmediatamente, pero no quiero arruinar la sorpresa.
– ¿Qué esperas de sus presentaciones en Brasil y Chile?
Estoy muy emocionado. La única cosa de la que estoy seguro es que voy a ver a The Black Keys, Queens of Stone Age, Pearl Jam, A Perfect Circle, y muchas otros grupos buenos. Lo demás lo dejaré al destino o a la suerte. Definitivamente estoy emocionado de ir y tocar en estos países, ya que nunca he estado en esta parte del mundo.