La ocasión era especial y ameritaba celebrar en grande: Fiskales Ad-Hok, agrupación que nació en Santiago a mediados de los ’80, cumplía 25 años de existencia. Todo un logro para una banda que con sudor y lágrimas se ha mantenido vigente en la escena no sólo del punk rock, sino que de la música chilena, siendo una de las más veneradas del estio en nuestro país.
Y la fiesta fue en grande: junto a Fiskales, se presentaron bandas amigas, entre ellas: Machuca, Chico Trujillo, La Floripondio y los renacidos KK Urbana, leyendas del movimiento punk de fines de los 80.
Puntualmente, a las 15 horas, Insurgentes sube a escena a calentar los motores del público que comenzaba a llegar al reciento de San Diego, continuando rápidamente Curasbún, con su punk más callejero, mientras cancha comenzaba a repletarse. Ambas agrupaciones ofrecieron un enérgico e intenso show.
A las 16 horas, aparece Chico Trujillo. El grupo liderado por el vocalista “Macha” Asenjo, revoluciona la tarde al son de su cumbia, género que ellos mismos han revitalizado en Chile, haciendo bailar a varios dentro del Caupolicán, con temas como “La Escoba,”, “Conductor” y “Loca”, en poco más de 20 minutos de verdadera fiesta.
Machuca arriba tan sólo 10 minutos después (la producción se esmeró en que los tiempos de espera fueran cortos, lo que hizo el concierto mucho más fluido). Los penquistas se despacharon un set compacto que incluyó canciones como “Corazón Desilusionado”, “Al Ptíbulo”, “Feliz cumpleaños Mamá” (esta vez dedicada a los Fiskales), y “Vi a ella». En esta última, invitaron a cantar a Alvaro España de Fiskales Ad-Hok, entre aplausos del público. La banda sonó un poco saturada en un principio, lo que al pasar de los temas se solucionó.
El regreso a los escenarios de KK Urbana, mítica agrupación punk de fines de los ’80 en la que militaba Carlos Alejandro Kretchmer (bajista de BBS Paranoicos) y que se reunió especialmente para celebrar el cuarto de siglo de Fiskales, era muy esperada. “Doble Tormento”, “Toque de Queda”, “Anti Fuerza Pública”, “Pánico”, se suceden una tras otra, todas de su demo tape de 1989, sonando de gran forma, rápidas y agresivas. Sin lugar a dudas, escuchar estos clásicos del estilo fue algo para el recuerdo. “Gracias a Fiskales por la invitación, ¡y por darnos a idea de reagrupar la banda! Espero no sea la última vez que nos veamos”, dice Carlos a su despedida.
A continuación los argentinos de Doble Fuerza arriban al escenario, seguidos luego de los alemanes The Sore Losers. Los primeros tuvieron un recibimiento bastante tibio y distante, mayormente porque su nombre no es muy conocido a este lado de la cordillera. Su punk rock, muy influenciado por Ramones, afloró en temas como “Disturbios” y “Sensaciones de amor”, cerrando con el cover “Sheena is a Punk Rocker”, agradeciendo al público chileno y entregando un mensaje de apoyo al movimiento estudiantil. Por otro lado, el trío The Sore Losers logró encender algo más los ánimos con acordes más rápidos e interpretando temas como “I Wanna be your Toilet” o la homónima “Sore Losers”.
El «Macha» se repite el plato, pero esta vez junto a La Floripondio, banda oriunda de Villa Alemana y que ya goza de un muy ganado prestigio dentro del circuito, con su mezcla de ska, reggae, rock y cumbia. Todos vestidos tan sólo con pañales, provocan de inmediato comentarios y risas entre los presentes. Sus criticas apuntan de inmediato al gobierno de turno, arrancando con “Si es Necesario Matar al Presidente”, destacando también “Dime que pasa”, con un magnífico trabajo en percusión.
Llega finalmente el momento de los festejados: con un Teatro Caupolicán a su máxima capacidad, a las 19.30 horas se oscurece el local y una cuenta regresiva muestra imágenes de la banda en la década de los ’80, intercaladas con protestas y convulsión social, para que Fiskales aparezca y parta con “Santiago”, corte instrumental de su producción homónima de 1993. Una vez finalizada, aparece Álvaro España (voz) para revolucionar a todos con “Lindo Momento”; “¡Refleja lo que pasa actualmente en Chile!», comenta, y sin pausas continúa “Caldo e’caeza”, con toda su rapidez y desenfreno. Un comienzo con la adrenalina a mil.
«La mancha del Jaguar» continúa con la acida critica de Fiskales, quienes luego muestran su admiración por el movimiento estudiantil chileno: “¡estos pendejos nos demuestran que se puede cabiar este sitema!”, exclama. La noche sigue con los acelerados acordes de “Lorea Elvis” y “Mi Cadáver”, entre otras, repasando cortes de toda la discografía de la banda, que se ha mantenido firme durante 25 años.
Un momento especial y muy emotivo del show fue la vista de sus ex integrantes Marcelo Sarralde, más conocido como “Víbora” (guitarra), y Michael «Micky» Cumplido (batería), presentes en la década de los ’90. Así, Fiskales nos lleva a repasar canciones como “Odio”, «Ron Suicida», “Carlitos Jesús”, “Eugenia”, «Fiesta» y la coreada por todos, la clásica “El Cóndor”, toda una declaración de principios, seguida de otro corte que es también un infaltable: “No Estar Aquí”, donde Micky abandona las baquetas entre aplausos.
“¡Un saludo especial a quienes vinieron al concierto después de la marcha mapuche!”, remata su frontman, para dar el puntapié a “Rio Abajo”, mientras una bandera mapuche es ondeada en el escenario. “Circo” es dedicada al gobierno de turno, que fue bastante vapuleado no sólo por Fiskales, sino por la gran mayoría de las bandas presentes. “La cultura de la Basura” de Los Prisioneros, suena en su versión punk, y Álvaro lamenta que Jorge González no haya podido asistir debido a otras obligaciones. “Pet Cementerio”, la particular versión en español de Fiskales del legendario tema de The Ramones, es coreada por todo el Caupolicán.
Ya entrado en la recta final del concierto, suena “Ranchera”, desatado la locura sobre todo en sector cancha, donde se podían apreciar numerosas moicas entre el pogo. Víbora vuelve a tomar la guitarra en “Resistiré” y el gran final vendría con “Anarkia y Rebelión”, aquel tema que los Fiskales prometieron nunca grabar en un disco y que se mantiene como un clásico del punk chileno, finalizando con Álvaro y Roly destapando champañas y mojando al público. ¡Celebrando con todo! “Nadie nos va opacar este momento, es nuestro!”, grita Álvaro, eufórico, cerrando 2 horas de show.
Maratónica jornada de más de 6 horas de punk rock, de ácida crítica social y por supuesto, de celebración donde literalmente se tiró la casa por la ventana. Un Caupolicán desbordado disfrutó de lo mejor de la historia de Fiskales Ad-Hok y compañía. ¡Que sean muchos años más!
GALERÍA DE FOTOS (clic para ampliar)
Fotografías de Sebastián «Manson» Jimenez
INCREIBLE la convocatoria de Fiskales!!! bien por ellos, son una gran banda nacional y es la raja sentir el cariño y apoyo de los fans después de 25 años!