A pesar de su vigencia en la escena musical nacional, el cantante chileno Florcita Motuda ya está pensando en poner fin a su larga y exitosa carrera. Este 24 de noviembre, se presentará junto a Familia Motuda en Festifunk, evento donde compartirá con importantes bandas como De Kiruza, Chancho en Piedra, Los Tetas e Illya Kuryaki & The Valderramas.
47 años de carrera musical, 14 discos, presentaciones en algunos de los escenarios más importantes del mundo, ganador del Festival OTI (Organización de Televisión Iberoamericana) en 1988 y un sin fin de locuras. Así podría resumirse la carrera de Raúl Florcita Alarcón, más conocido como Florcita Motuda.
Este curicano de 67 años es una leyenda dentro de la música chilena. Sus inusuales vestimentas, su particular forma de cantar y componer, su importancia política durante la dictadura militar y su personalidad frontal y desinhibida lo transformaron en un personaje ícono durante las décadas de los ’70 y ’80.
En la actualidad, el artista lleva la batuta en Familia Motuda, la banda que formó con sus hijos Olivia y Lucas Alarcón. El conjunto se ha paseado por diversos escenarios del país imprimiendo a la música de Florcita Motuda tintes más rockeros y funkys. «Dejo la posibilidad abierta de que se configure la Familia Motuda con mi ausencia. Ojalá pueda hacerse antes de que me muera», menciona con respecto a la consolidación de este proyecto familiar.
PREGUNTAS Y RESPUESTAS con Florcita Motuda
– ¿En qué está el tema de tu retiro?
Lo que en realidad estoy haciendo es pasear la idea de retirarme de los escenarios. Primero, verbalizarla para escucharme a mí mismo diciéndolo. Luego, socializándola, es decir, conversarla con los demás para que lo entiendan. No quiero que sea un acto antojadizo. Tiene que sea un acto responsable. Antes de que este proceso se empiece a detonar y a uno se le acabe la cuerda, es conveniente estar consciente frente al tema para no decir en el momento que te estás muriendo «oh, debería haber hecho esto». Al final, uno tiene que ser un aporte, ojalá, una clase magistral para que los jóvenes le quiten el miedo a la muerte. La idea es desacreditar a la muerte y demostrar lo tramposa que es.
Este tema no es sólo musical. Es algo existencial que me ubica en todos los ámbitos. Debo meditar frente a este momento histórico y personal.
– ¿Tienes planes para cuando te hayas decidido el momento de tu retiro?
Le he estado dando vueltas a la idea de hacer una gira por las ciudades en las que he tocado y en las que no. Además, quiero despedirme en el Festival de Viña, que es la puerta grande por la que entré. No hablo de la edición 2013, si no que en el momento que tenga que darse. También estamos remasterizando mi material, con el fin de lanzar una edición de lujo con todos mis discos.
– Debido a que el final de tu carrera está cerca, ¿qué evaluación haces de tu trayectoria?
Tuve una carrera sobresaliente. Partiendo porque tuve expresión en varios planos. En la política, tuve incidencia en los movimientos contra la dictadura con un lenguaje de la no violencia inspirada y creativa. Este lenguaje y este accionar produce la neutralización de la violencia. Con esa campaña del NO, nadie me atacó.
Desde ahí que me manifesté en esos puntos y participé en todo festival que hubo. Nunca esperé que un sello me avalara, si no, todavía estaría esperando. Ellos me hubieran dicho «esto no se vende, canta otra cosa». Por eso eludí los sellos. Esto, a mi parecer, es una acción destacable, sobre todo para la época.
– Nunca te importaron las críticas…
No. Por ejemplo en «Brevemente… gente», me decían «que interesante tu estilo de canto» y yo les decía «no, hueón, no llego al tono, así que tengo que buscar». Después me decían que cantaba mal, pero me daba lo mismo. Me preguntaban porque usaba la jardinera amarilla, a lo que respondía que me resbalaban las críticas. Mi carrera es destacable, con señales poderosas.
– Tu rol en la campaña del NO en 1988 fue fundamental. Participaste en la composición del jingle y te ganaste la admiración de muchos por tu trabajo. Posteriormente, tuviste algunos intentos de meterte en política. Cuando dejes los escenarios, ¿planeas volver al mundo político?
Quizás me ponga a disposición del Partido Humanista (en el cual milita) para postularme a diputado. Es importante que haya una buena cantidad de gente de buena leche en el Congreso, porque los actuales parlamentarios no valen nada.
– Si hicieras un paralelo entre la escena musical de tu época y la actual. ¿Cuáles crees que son las principales diferencias?
Faltan festivales de la canción y programas musicales de televisión. En mi época, había mucho más vitrina en ese sentido. Todos los programas de música que hay en la TV son de imitación, por lo que no hay creatividad. Destaco mucho lo que hace Mega con el programa de humor «Circo Romano», porque son comediantes con rutinas originales. Ahí si hay creación.
– ¿Cómo ves a la nueva camada de artistas chilenos?
En Chile hay una escena musical enorme. Lo que encuentro maravilloso, es que los muchachos tienen claro que no se van a hacer millonarios con esto. Con esto queda en evidencia que la necesidad humana más importante es la necesidad de expresión. En las clases que hago en mi taller de creatividad, queda claro que lo que más necesita la gente son elementos para poder expresarse. Esto se demustra en la enorme cantidad de bandas que hay.
– Para finalizar, ¿cómo será tu show en Festifunk?
Nos vamos a ir paseando por los temas funky que hice. Por ejemplo «Las Máquinas», «No hay Necesidad», «Bulbo Raquídeo», «Pobrecito Mortal». Además vamos a tocar con vientos. Se va reunir la Familia Chilenita del Funk con Los Tetas y Chancho en Piedra, con quienes mantengo una muy buena relación y los considero mis ahijados musicales.
Florcita Motuda – «Gente» (en vivo)