Bruce Dickinson lo había prometido en 2009: “la próxima vez tocaremos en el Estadio Nacional”. Y cumplió su palabra, y la deuda se saldó con creces este domingo 10 de abril: Iron Maiden se convirtió en la primera banda de heavy metal en presentarse en el coliseo de Ñuñoa.
Los nacionales Kingdom of Hate fueron los encargados de encender los ánimos en la tarde, para dar paso luego a los norteamericanos Exodus, pioneros del sonido thrash, quienes se encuentran hace varios días en nuestro país y han ofrecido dos conciertos, uno en Santiago (viernes) y otro en Valparaíso (sábado). En 50 minutos de un potente show, interpretaron temas como “Piranha”, “Blacklist”, “Bonded by Blood” y “The Toxic Waltz”, entre otros
Su vocalista Rob Dukes, como es costumbre, incitaba a realizar mosh pits en las primeras filas del público. Lamentablemente el sonido no fue de los mejores, produciéndose una saturación en la amplificación de las guitarras de Gary Holt y Lee Altus, aspecto que mejoró levemente con el correr de lo temas.
A las 20:30 horas, Sam Dunn, el documentalista canadiense co-director de Metal: a Headbanger’s Journey, Rush: Beyond the Lighted Stage y Iron Maiden: Flight 666, aparece sobre el escenario para anunciar que los ingleses grabarán la actuación para un futuro DVD: «¿pueden ser más ruidosos que los argentinos?”, pregunta, y la respuesta enfervorizada no se hace esperar.
La hora avanzaba lentamente, y cerca de las 21 horas, se escucha de fondo “Doctor, doctor” de UFO, lo que anuncia que la Doncella está pronta a salir. Se apagan las luces, los gritos no cesan, y las dos pantallas laterales proyectan un video futurista de su nuevo disco, para aparecer Iron Maiden en escena y provocar la euforia de los presentes con “Satellite 15… The Final Frontier”, seguida de “El Dorado” (con la galopante intro en bajo de Steve Harris, alma de la agrupación), ambos cortes de su nueva placa. Ovación cerrada y el Nacional se viene abajo.
“2 minutes to Midnight” resuena en todo el Estadio, con el público coreando a todo pulmón aquel clásico del Powerslave (1985), mientras por los aires una cámara sobrevuela al público, capturando toda la energía y pasión de los chilenos.
La intro en guitarra acústica a cargo de Janick Gers nos lleva a “The Talisman”, épico corte de más de nueve minutos, de notorias influencias progresivas. “¡Chile, son el mejor público del mundo!”, exclama el legendario vocalista Bruce Dickinson, quien en no paraba de recorrer de extremo a extremo el escenario y de arengar a los presentes. Una energía realmente envidiable. “Están siendo grabados para el próximo DVD, así que griten fuerte”.
Tras “Coming Home”, sigue “Dance of Death”, en la cual su frontman ocupa una bandera chilena amarrada a su cuello. Las 45 mil almas corean “The Trooper” y “The Wicker Man”, ésta última recibida como un verdadero clásico a estas alturas, tema que abre Brave New World (2000), disco que marcó la vuelta de Bruce en la voz. Pequeño break, donde los presentes ovacionan y los “olé olé” no cesan, dejado estupefactos a los ingleses. “No importa si eres cristiano, musulmán, o judío, los fans de Maiden son uno sólo”, declara Dickinson, para que la doncella interprete “Blood Brothers”
La música de Iron Maiden es capaz de unir generaciones, lo que se podía apreciar al ver a padres con sus pequeños hijos disfrutando del show. “When the Wild Wind Blows”, una de las canciones más largas de la carrera de la banda, despliega un impecable trabajo en guitarras, cortesía de Janick Gers, Adrian Smith y Dave Murray. “The Evil That Man Do” sigue, apareciendo un futurista Eddie, por primera vez en la noche, quien incluso toma una guitarra y toca junto al grupo. “Fear of the Dark” es cantada por todos. Un tema infaltable en su setlist, que logra un momento sublime.
“Iron Maiden”, su tema homónimo, ya nos anuncia que el show está pronto a finalizar, apareciendo nuevamente Eddie, pero ésta vez tras el escenario, gigante e imponente. Tras el receso de 5 minutos, vuelven con “The Number of the Beast”, los redobles de campanas nos llevan a “Hallowed be thy Name” y el cierre definitivo con “Running Free”, el cual alargan, invitando al público a cantar este tema de aires más rockeros, tras el cual se despiden y abandonan el escenario.
Dos horas con una de las bandas de heavy metal más insignes, con una entrega total y un público fiel y eufórico, que será visto luego en todos los rincones del planeta.
GALERÍA DE FOTOS (clic para ampliar)
Iron Maiden | Estadio Nacional | 10 de abril 2011
Setlist
1. Satellite 15… The Final Frontier
2. El Dorado
3. 2 Minutes to Midnight
4. The Talisman
5. Coming Home
6. Dance of Death
7. The Trooper
8. The Wicker Man
9. Blood Brothers
10. When the Wild Wind Blows
11. The Evil That Men Do
12. Fear of the Dark
13. Iron Maiden
Encore:
14. The Number of the Beast
15. Hallowed Be Thy Name
16. Running Free
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