Jason Barnes perdió su mano y antebrazo derecho en 2012, tras un accidente en el que recibió una gran descarga eléctrica. Músico aficionado desde niño, peleó desde el principio para poder volver a tocar batería, su instrumento predilecto. Cuando apenas estaba recuperándose, amarró una baqueta a sus vendas y volvió a tocar.
Su determinación lo hizo conocido en su ciudad, Georgia. Es así como Gil Weinberg, profesor de Georgia Tech, se puso en contacto con él. Luego de un intenso trabajo y diferentes pruebas, Weinberg desarrolló una prótesis para Jason, que le permitía sostener no una, sino dos baquetas al mismo tiempo.
Esto lo convirtió en el baterista más rápido del mundo: ocupando su brazo biónico, logra hacer 30 golpes por segundo, el doble de lo que una persona puede hacer con dos manos. Con esto, ambos buscan dar a entender que, con ayuda de la tecnología, una discapacidad puede convertirse en una súper-capacidad.
Su historia ha sido presentada en la tercera temporada de Super-Humans, programa que destaca a los pacientes, médicos y técnicos pioneros en la innovación médica.
Jason ha utilizado su brazo en varias presentaciones en vivo, incluyendo una en el Kennedy Center. Con el tiempo, esta prótesis ha pasado a ser parte de su identidad musical, pero hay un solo problema: el brazo biónico es, técnicamente, propiedad de Georgia Tech, no de Jason. Es por esto que Barnes y Weinberg han lanzado esta semana una campaña en Kickstarter para recaudar fondos, y poder así construir un brazo con el que Jason pueda salir de gira libremente, sin depender de la universidad.
Georgia Tech también ha creado una mano biónica para Jason, que se controla mediante señales de ultrasonido. Es decir, es capaz de mover su mano prostética con la mente. Esta nueva tecnología le permite mover cada dedo de la mano individualmente, dándole gestos y movimientos finos que le han permitido incluso volver a tocar piano.
Barnes no es el único músico que ha decidido seguir tocando luego de perder una de sus extremidades. Rick Allen, baterista de Def Leppard, perdió su brazo izquierdo en un accidente automovilístico, en 1984. Hasta hoy sigue grabando discos y saliendo de gira con su banda, usando una batería diseñada especialmente para él. De hecho, el año pasado tocaron por primera vez en Chile en el Santiago Rock City.
Otro ejemplo es Viktoria Modesta, artista pop que sufrió la amputación de su pierna izquierda. Ella ha sabido darle relevancia a su imagen utilizando su prótesis como sello personal, incorporándola a su trabajo visual y artístico.