Deslenguado, contestatario, corrosivo, rebelde e imparable. Así es Marshall Mathers –Eminem– rapero estadounidense que llegará por primera vez a Chile en marzo para participar de la sexta edición del festival Lollapalooza Chile.
Su actuación, pactada para el sábado 19, fue presentada como uno de los shows más importantes del evento, en el que se espera que repase lo mejor de su carrera, además de los temas de su último disco, The Marshall Mathers LP 2 (2013).
Considerado como el rapero blanco más popular de la historia, Eminem conquistó el mundo a principios de los 2000 y luego de un receso de cuatro años (2005-2009), a causa del abuso de medicamentos como el Valium y Vicodin, volvió a los escenarios en gloria y majestad, sumando hasta la fecha premios como un Oscar y 13 Grammys, y más de 100 millones de discos vendidos alrededor del mundo.
La afilada lengua de Slim Shady
Con ocho discos de estudio, el trabajo musical del rapero es sin duda resultado de sus experiencias de vida, todas muy marcadas por una niñez difícil: padre ausente, una madre con la cual tuvo conflictos por largos años, constantes cambios de escuela, etc.
Su estilo irreverente le ha valido críticas por sus letras, consideradas varias de ellas homófobas y misóginas; algunas de sus canciones fueron vetadas en China y sus videoclips -donde parodia a personajes como Marilyn Manson, Pamela Anderson, Tommy Lee, Britney Spears, Bret Michaels, Sarah Palin, Bil Clinton, entre muchos otros – han sido blanco de comentarios provenientes de distintos sectores.
Michael Jackson fue uno de los que tuvo palabras para Eminem, cuando en 2004 pidió a las cadenas de televisión que no difundieran el video de “Just Lose It”, registro donde el rapero aparece personificándolo en secuencias donde se burla de sus cirugías, su relación con los niños y el accidente que sufrió en 1984 mientras grababa un comercial de Pepsi. “Es indignante y falta de respeto”, dijo Jackson en aquella ocasión.
En cuanto a sus letras, de las cuales se ha dicho que son “tan profanas como poéticas”, el músico ha salido en su defensa, diciendo entre otras que cosas que confía en sus fans: “creo que la gente sabe mi postura personal sobre las cosas y los personajes que he creado en mi música”, mencionó.
Sin embargo, hay canciones en donde sus experiencias de vida se entrelazan notoriamente en las líricas. Temas como “Kim”, dedicada a su ex esposa y donde expone frases como “¡Deja de llorar, perra!, ¿¡por qué siempre me haces gritarte!?” o “My Mom”, en la que le echa la culpa a su madre por su adicción (“mi mamá amó el Valium y un montón de drogas. Es por eso que soy como soy, porque soy como ella”) dejan entreabierta la puerta a los comentarios que hasta el día de hoy hacen algunos críticos, quienes alaban sus composiciones, pero al mismo tiempo expresan preocupación por la furia en la que son expuestas.
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